Mayo del 2014
—Sí... La raíz cúbica de 578 y lo que da... Entonces multiplico... ¡Ahora entiendo! Muchas gracias, Profesor Rodriguéz.
—No hay de qué, sabés que siempre podés preguntarme cuando no entiendas algo —dijo la voz joven y masculina del otro lado del teléfono—. Además soy el ayudante de cátedra, no necesitás decirme profesor. Con que me digas Lautaro está bien.
—Sí, siempre me lo dice —sonreí apenado. Era verdad que yo tendía a ser extremadamente formal con las personas.
—Jajaja. No te sientas avergonzado. Tanto el Profesor Wagner como yo y tus compañeros entendemos tu situación —respondió el Prof... Lautaro con simpatía—. Hablando de eso: acordate que pronto vendrán los parciales. Así que vas a tener que venir algunos días a clase para mantener tu regularidad.
—Entiendo —respondí ahogando un gruñido de frustración. Ir a clases era un infierno.
—Está bien. Nos vemos, y suerte con esos ejercicios —dijo amablemente y luego cortó.
Con un suspiro me dirigí a mis apuntes sobre la mesa. Mamá estaba fuera todo el día por trabajo así que yo era libre de invadir la mesa de la cocina para con fotocopias, papitas fritas y hojas cuadriculadas llenas de ecuaciones.
Cuando uno podía estar todo el día en casa conseguía ahorrar mucho tiempo. Fue así que para los quince años ya había terminado la secundaria y ahora me encontraba estudiando Licenciatura en Ciencias Físicas en la UBA. Todavía no estaba seguro qué quería para mi futuro, pero los números habían sido un buen comienzo. Y mientras que cumpla con el mínimo de asistencia podía quedarme en casa estudiando: en pijamas y con Lucky acurrucado en mi regazo.
Y lo mejor era que así podía disfrutar de mis conciertos privados de piano.
Escuchaba a Bastian practicar cada día después de que llegaba de la escuela. Y mientras el atardecer entraba por el balcón inundando la cocina de dorado, una dulce y melancólica melodía llegaba desde el departamento de al lado. Una criatura que me visitaba cada tarde, trayéndome una porción del corazón de Bastian. Una parte que pocos conocían.
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Dylan & Bastian
Teen FictionTodo comenzó cuando Bastian le lanzó una lata en la cabeza a su nuevo vecino, Dylan, y desde entonces no se han separado, a pesar de que son algo diferentes... Bastian es un alma libre. Dylan es agorafóbico. Para Bas la música lo es todo y a veces s...