Dylan & Bastian

53 - Bastian

Julio del 2011

—Sigue así y podrías ganar una beca en Julliard —había dicho aquel pianista.

Julliard... Una de las universidades de arte más importantes del mundo. Jamás se me había pasado por la cabeza siquiera soñar con estudiar allí.

—Cada año, su programa para aspirantes extranjeros, del que soy parte, realiza audiciones en varios países —me explicó—. Todavía tienes mucho para pensarlo, pero si al finalizar la secundaria decides internarlo, será un placer volver a verte en un escenario.

Julliard. Eso quedaba en Estados Unidos, casi en el otro lado del continente. Era muy lejos. Sería demasiado solitario también.

Tendría que dejar a mamá y a papá, a Katia y a la tumba de Milton. También a Flor y a Lionel.

Tendría que dejar a Dylan.

No quería. No quería alejarme de él. No quería romper nuestras promesas.

No quería, pero...

—¡Julliard! Eso es increíble, hijo —había exclamado mi padre mientras volvíamos a casa en el auto. Ellos siguieron hablando de eso por semanas y hasta meses. Y a mí me agradaba ver su sonrisa cuando lo hacían.

Yo era capaz de soportar alegarme de todos los que amaba con tal de que así pudiera hacerlos sonreír.

Y entonces, un deseo ferviente y ambicioso comenzó a crecer dentro de mí. Estudiaría en prestigiosa universidad y superaría la leyenda de mi abuelo. Me convertiría en el orgullo de mi familia y, por mis padres, tendría el brillante que Milton mereció tener.