Dylan & Bastian

29 - Bastian

Junio del 2005

—¿Qué pasa? —preguntó una vocecita chillona a mi lado.

—No es nada —le respondí a Flor.

—Pero parecés bastante deprimido para un cumpleañero —dijo, agachándose junto a mí con cuidado de no ensuciar su vestido que parecía nuevo.

—Es que hay alguien que no pudo venir.

—¿Tu vecino?

—¿Cómo sabés que es él? —pregunté sorprendido.

—Porque no hay nadie acá que yo no conozca. Hasta conozco a tus primos —respondió recorriendo la mirada por la sala de juegos que mis padres habían alquilado para mi fiesta de cumpleaños. Había peloteros, inflables, árcades y montones de juegos además de mesas repletas de bocadillos; todo decorado con mis superhéroes favoritos—. Además él sería la única persona que te haría sentir así —agregó un poco molesta.

—¿Por qué decís eso?

—Si él es tu mejor amigo como decís, él debería estar en tus cumpleaños. Los cumpleaños son importantes, es la forma en que la gente te dice que está feliz de que hayas nacido.

—Es que Dylan no puede venir a lugares con mucha gente. No me gustaría que se sienta obligado a venir cuando sé que eso le haría sentir mal —respondí calmadamente pero con firmeza—. Tampoco puedo pedirle mis papás que realicen una fiesta en casa, nuestro departamento es demasiado pequeño y no podría invitar a todos mis compañeros. Además, tampoco puedo privarlos de mimarme como quieren. Celebrar mis cumpleaños y los de Kati los hace más felices a ellos que a mí.

—Perdón, Bastian. No quería hacerte sentir mal —dijo apenada.

—Estoy bien —sonreí—. Sí, me gustaría que Dylan pudiera estar acá y vieras lo copado que es. Estoy seguro de que serían muy buenos amigos. Pero sé cuando vuelva a casa esta noche Dyl va a estar esperándome.