50 - Dylan

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Agosto del 2014

Cuando fui capaz de reaccionar, corrí tras Bastian. Pero él había cerrado la ventana de su habitación y no la abrió sin importar cuánto lo llamara.

Los siguientes días fueron un infierno.

Bastian me evitaba a como dé lugar y de igual manera yo no era capaz de encontrar las palabras correctas. No sabía cómo explicarle que todo era un malentendido, que había besado a Flor para intentar poner mis sentimientos por él en orden. Pero no podía decirle que, en primer lugar, todo era su culpa por haberme besado en su cumpleaños.

—Ahora vas a cumplir tu promesa y me vas a decir lo que está pasando acá —exigió Florencia sebándome un mate.

Un momento después de que mi madre me haya dejado en el centro del grupo de apoyo, Flor pasó por mí en su motoneta y me llevó hasta su casa. Fue una experiencia aterradora.

—En este momento no es prudente que Bastian o su familia me vean entrando a tu departamento —había argumentado—. Además me dijiste que tenías que hacer cosas de un adolescente normal. Ahora podes tachar "ratearme"* de tu lista. (*Saltearse/escaparse de clases)

Quise decirle que no tenía una lista pero estaría mintiéndole y ya tuve suficiente de mentiras. Así que aquí estaba para contarle toda la verdad a Flor.

Le conté todo.

Desde cuando me diagnosticaron agorafobia y trastorno de ansiedad, cuándo conocí a Bastian y cómo nos hicimos amigos. Cómo él era el único capaz de tranquilizarme cuando tenía miedo y, a la vez, el único que hacía que mi corazón se enloquezca. Le conté de nuestro primer beso cuando éramos niños y el último, en la noche su fiesta de cumpleaños.

Le conté el caos de mis emociones y sentimientos. Y de cómo la utilicé para como si se tratara de un experimento.

—Perdón por meterte en este quilombo —dije al finalizar, mirando el mate entre mis manos.

—No te preocupes por eso, Dylan —contestó colocando una mano en mi hombro—. Aquí lo importante es una sola cosa.

—¿Qué? —pregunté, mirándola. El rostro de Flor era simétricamente bonito pero sus ojos marrones tenían una seriedad imponente.

—¿Descubriste qué es lo que sentís por Bastian?

—Sí —respondí. Esta vez no tuve que pensar la respuesta. Ella salió disparada de mi boca sin miedo ni dudas—. Lo amo. Estoy enamorado de Bas.

 Estoy enamorado de Bas

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Dylan & BastianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora