-¡YAAAAAAA!-Grité y al mismo tiempo me apretaba el cabello.- ¡ESTOY HARTA! ¡NO QUIERO MÁS TAREA!
Ruiko: Amor, ¡tranquila!- me tomó de los hombros y me abrazó.- Ya tenemos la fórmula, eso es lo que importa.
-Ruiko, llevamos 45 ecuaciones. No quiero más. Estamos desde las tres de la tarde tratándolas de resolver. Me equivoqué diez veces en la comprobación, ¡¿Cómo no quieres que me tranquilice?!
Daisy: ¡Llévatela lejos!- dijo mi pobre amiga con ojos irritados.
Yumu: Compra helado o algo. La entiendo, no es nada fácil hacer esto.- recostó su cabeza en la mesa.
Ruiko: Bueno, ahorita venimos.- me dio un beso en la cabeza y me orientó hacia la puerta.
Llegamos al coche en silencio y yo sentía que mis ojos se volvían huecos. No hay nada más horrible que te dejen de tarea cien ecuaciones inventadas pero bien hechas. Es lo peor. Odio los números, lo acabo de comprobar.
Ruiko: Listo, llegamos.- estacionó el auto en frente de un Dairy Queen y mis ojos volvieron a la normalidad.
Bajamos del auto y compramos un pastel de fresas para todos. No era una ocasión tan especial pero el pastel era necesario, llevabamos todo el día en casa de Rose resolviendo problemas de matemáticas sin parar. Mis ojos me dolían y cada quien tenía cara de zombie, excepto mi novio, y me sorprendía porque se mostraba tan normal que...
Ruiko: Ten, esto es tuyo.- me interrumpió el pensamiento y me dio un helado.- Cómelo ahora, sé que el pastel también entrará en tu estómago.- sonrió.
-Muchas gracias Ruik.- me reí al escuchar cómo sonaba su nombre sin la "o".
Ruiko: Ruik. Suena raro.- también se rió.
-Cierto Ruik.-tomé el helado y comencé a comerlo.- ¿Quieres?- asintió y le dio una mordida al helado. Correcto, una mordida. Se llevó las manos a la boca y dio un pequeño brinco.- ¿Cómo se te ocurre?- me reí.
Ruiko: No recordaba que mis encías podían ser tan sensibles con algo tan frío.- dijo mientras salíamos de la tienda y yo me empecé a reír.- Síguete burlando, que a ti te pasan cosas malas cuando te burlas de mí.- me alzó una ceja y yo también hice lo mismo, retándolo.
-Ya veremos. Algún día tengo que ganarte.- entramos al auto.- No siempre ganarás tú.
Ruiko: Lo sé, pero por alguna razón muy extraña, siempre te pasan cosas opuestas a tus decisiones contra las mías.- me guiñó el ojo y me hice la enojada.- ¿Qué? Es la verdad Izumi y lo sabes.
-No.
Ruiko: Estás molesta porque sabes la verdad.- crucé los brazos.- Pero sabes que esto es broma, ¿verdad?- me miró con una sonrisa tierna y por primera vez me contuve las ganas de besarlo.- ¿Verdad?- se acercó a mí y dejé de respirar.
-Mira al frente.
Ruiko: Puedo manejar.- me alzó una ceja y metí mi helado a la boca.- Oye.- no parpadeé ni un momento.- Izumi, sabes que todo esto no lo digo en mal plan. Sabes que yo no soy un cretino y que a veces te hablo en broma como ahora.- asentí sin mirarlo y sin ninguna expresión.- Está bien. Perdóname amor, no quise... Me las vas a pagar Izumi.- comencé a reírme tanto que el helado se me iba a caer.
-¡Te la creíste!
Ruiko: Una contra mil.
-Pero por primera vez lo logré.- alcé las manos luego me metí el helado a la boca.
Ruiko: Felicidades.- me volvió a guiñar el ojo.- Has obtenido un logro.- le di un empujoncito y me seguí riendo.
El pastel había resultado de maravilla para las chicas y para Drake que se encontraba haciendo la tarea con nosotros.
Le llamé a mi mamá explicándole la situación unas tres veces en todas esas horas y entendió. Me dijo que no había problema y que se la pasaría en casa de Margarita viendo películas, ya que era su día libre.
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Enamorada de un celoso y hermoso pervertido |EDITANDO|
FanfictionUna loca historia de amor se presenta ante ti. Por muy larga que sea, por muy extensa que la veas. Si tu decisión es leerla, serás uno de los lectores más sensuales que existe en este planeta. --- Después de que mi novio me engañó con otra chica nu...