Sentimiento extraño

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Me sequé las lágrimas y esperé un rato para no mostrar evidencia de mi llanto, un llanto estúpido por cierto y después salí del baño.
Al salir vi su escultural cuerpo recargado de la pared como si me estuviera esperando, Ruiko estaba ahí.
Lo miré pero el sólo veía el suelo.

-¿Qué te pasa?- el alzó su vista y me vio.

Ruiko: ¿Te sientes bien?

-Si, ¿por qué la pregunta?-dije con confusión.

Ruiko: Perdón si te lastimé con lo que dije de que no siento nada por ti.

-¿Lastimarme? Oye, no lo hiciste, ¿quién te dijo eso? Yo tampoco siento algo por ti, me alegra saber que tu tampoco sientas algo por mi.-dije tronándome los dedos.

Ruiko: Me quitas un peso de encima, gracias. Vine porque pensé que te había lastimado, disculpa.

- No más disculpas.-le sonreí- No hay nada entre los dos.

Ruiko: Eso dices tu.- sonrió.

-¿Ya vas a empezar?

Ruiko: ¿Empezar qué?

-Olvídalo.

Caminamos hacia el salón y Kentaro nos vio. Desvié mi mirada y Ruiko tomó mi mano "disimulando no verlo", bueno, sólo yo me di cuenta de que lo había visto.
Me sentí inútil, muchos nos vieron caminando así.

-Gracias.-le dije sintiendo un gran peso en el alma mientras el me sonreía.
Lo perdimos de vista y me soltó la mano.

Ruiko: Listo.

Ensayamos la obra y el profesor estaba encantado de mi gran avance en el aspecto de actuación.

-Felicidades Izumi, eres excelente! Me alegra que seas tu la protagonista! Pero qué me dicen de ese villano! Naciste para actuar Ruiko, excelente papel te tocó.

Ruiko: Gracias profesor, me alegra que aprecie lo que hago.

Claro, el sólo sabía actuar, era una persona falsa. Incluso le miente a su padre de que tiene novia y lo peor de todo es que yo colaboro en esa mentira.

Salimos de clases y me fui sola a mi casa.
Ese no había sido mi día que digamos, no tenía ánimos de nada. No tenía idea de por qué si mi actuación era muy buena y por ello debía de estar feliz.
Pasé por el lugar en donde una vez o más bien donde fue la primera vez que le pedí ayuda a Ruiko cuando Kentaro me seguía y tomamos un taxi. Reí o eso traté y seguí caminando.

Llegué a mi casa y mi mamá me recibió con el almuerzo servido.
Comimos y cuando yo iba a mi habitación me dio una soda, la cual me llenó de nostalgia y me fui algo rápido a mi cuarto sin preocuparla.

Esa lata era similar a la que Ruiko tenía guardada...pero el la guardó por algo... Puede que aún exista una posibilidad de que la tuviera y probablemente según yo, el podía quererme.
Mis esperanzas aumentaban y para mi gran suerte mi mamá me habló.

Mamá: Hija, llévale esta tarta a Ruiko, la hice con mucho cariño para el, cuando puedas ir ve.

Yo estaba feliz de que me mandara a su casa y decidí ir en ese momento.
Llegué a su casa y me costó trabajo tocar la puerta de unos nervios tontos que llegaron sin razón pero al fin pude.
Pasó un rato y ni siquiera contestaba, por lo que decidí abrir la puerta.
Estaba todo silencioso y dejé la tarta en la cocina.
Ruiko, Ruiko, dije una y otra vez pero no me respondió.
Di vueltas (caminando) por su sala y atrevidamente sin perder mi objetivo me metí a su habitación, y fui directo a la cajita en donde la tenía y me entristecí sin importarme tan siquiera un poco mi orgullo. Sólo se encontraban recibos de luz y de otras cosas. La lata no estaba y era de suponerse, yo fui algo pasajero para el o quizás nunca fui algo así.

Me di cuenta de que se escuchaba un sonido leve que venía del baño, era la regadera sin duda y atrevidamente abrí la puerta porque lo llamé y no respondía.

Sentí un bajón de presión al verlo en el suelo, al rededor de él había un poco de sangre y sin pensarlo me metí al baño de inmediato. Por suerte tenía puesto su boxer y no estaba desnudo completamente.

-¡Ruiko!- me tiré al suelo y le levanté el dorso junto con su cabeza.

Continuará...
Gracias por leerla ñ.ñ ojalá y les esté gustando la historia :D
Nos leemos en el siguiente jaja, comenten y voten porfa :)

Enamorada de un celoso y hermoso pervertido |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora