¡Qué sueño!

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-Te gusto de manera pervertida sin duda. Tú no me quieres en realidad, acomoda tus pensamientos, Ruiko y no digas tonterías como esas por querer quedar bien; además estás rodeado de chicas que te gustan y entre ellas no estoy yo. Aparte, no tendrías algo serio conmigo, imagínate...

Ruiko: Izumi- me interrumpió- , no es mi culpa que estés traumada por el caso que te pasó con tu ex novio.- sentí un golpe en el pecho y quedó silencio entre ambos, solo el aire de ese otoño podía hacer ruido.- Disculpa si mis palabras te hirieron, pero solo trato de dejarte en claro que no tengo esas intenciones.- miró a otro lado y con el ceño un poco fruncido aclaró su garganta.a Adiós- me tocó la cabeza y siguió caminó, dejándome ahí, inmóvil, porque algo impedía que yo siguiera con mi camino.

Llegué a mi casa y mi mamá estaba en el trabajo; quise relajarme pero no me sentía bien. Hice sentir mal a Ruiko por motivos de mi pasado, y olvidé que no todas las personas son iguales, aunque lo que me dijo me dolió, pero fue la verdad, la verdad que necesitaba saber y gracias a ella no me estancaría mas. Al menos eso comenzaba a pensar. Ya era hora de dejar ir esos malos ratos que me hizo pasar Kentaro.

Empecé a recordar el día tan alocado que tuvimos y justo cuando me cambiaba vi que me había quedado una hormiga en la piel. Me la quité y una risita salió de mi boca.
Por alguna razón recordé lo que me dijo cuando esas chicas de el otro día hablaron de mi y de él.
" No puedo permitir que gente así te lastime. Déjame estar a tu lado..."
Esas palabras dieron vueltas en mi cabeza una y otra vez, hasta llegar al grado de fastidiarme. En eso recordé el beso que me había dado esta mañana y no tuve más remedio que tirarme a la cama para dormir un poco y olvidar todo. Era una buena forma de proteger mis pensamientos.

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Estaba en casa de Ruiko y me encontraba en el sofá rojo que tenía por la ventana enorme que estaba en su sala, entonces llegó él pero estaba sin camisa y su cuerpo parecía brillar. Algo no andaba bien con el ambiente, pero no le tomé mucha importancia. Fue ahí donde se acercó a mi.

- Oye Ruiko, ¿qué estás haciendo?- abrí los ojos como platos y el miedo ya estaba presente.

Ruiko: Lo que me pediste, dijiste que querías venir para...-lo interrumpí porque estaba desabrochándose el pantalón.

- ¡Espera! ¡No! Yo no recuerdo haberte dicho algo así. ¡Vístete!- era tarde, me estaba seduciendo en el sofá y quedé debajo de su cuerpo.- Ruiko- dije sudando de los nervios- ya cálmate, por favor. - comenzó a besarme el cuello y sentí una sensación rara, como adrenalina.
La piel se me erizó y un cosquilleo circulaba por mi pecho.

Ruiko: Te amo Izumi.- puso sus manos en mi cintura y comenzó a bajarlas lentamente mientras aproximaba sus labios a los míos.
El cosquilleo aumentaba y ahora podía sentirlo en todo mi cuerpo, tanto que se mezclaba con el miedo y los nervios que tenía ante aquella situación.

-¡¡ESPERAAAAAA!! -Grité aterrada mientras me levantaba de mi cama. ¡Qué horror! ¡Fue un sueño! ¡¿Por qué tuve que soñar de esa forma?! ¿Qué me está pasando? ¡Estoy loca!

En eso tocaron el timbre de mi casa y aún media dormida, decidí ir. Tenía que volver a la realidad y dejar ese sueño en un rincón. No podía ni debía pensar en eso. Me aterraba la idea de hacerlo.

Abrí la puerta y para mi sorpresa era él. Quedé helada al verlo y mi mente quedó en blanco.

Ruiko: Izumi, ¿estás bien?

-Sí. ¿Qué sucede?

Ruiko: Vine a disculparme por cómo te contesté hoy, lo lamento.

-Descuida, necesitaba escuchar algo así- abrió los ojos más de lo normal pero no entendí por qué.- Yo soy quien debe pedir perdón por juzgarte mal. Es mi culpa porque mi situación pasada me afectó hasta el día de hoy y desconfío de todo. Perdóname Ruiko.

Ruiko: Izumi, ¿puedo...decirte algo? - se acercó a mi y no me moví.

-Si...- alcé mi rostro y me di cuenta de que estábamos muy cerca.

Ruiko: No tienes pantalones. - de inmediato vi mis piernas y ¡tenía razón! ¡¿Cómo pude salir así?! ¡¿En qué estoy pensando?! ¡Solo tenía puesta mi ropa interior! - acabas de ponerte más roja de lo normal.

Unas voces se escucharon en el pasillo del edificio y Ruiko me empujó y cerró la puerta. Caímos al suelo y el estaba encima de mi; ambos quedamos con los ojos muy abiertos y sin movernos.

Ruiko: Por favor!- dijo tapándose los ojos- Cámbiate rápido! Hazlo antes de que te haga algo.

- Qué dijiste?!

Ruiko: Hazlo Izumi, por favor! No puedo resistir...- Dijo sufriendo.

- ESTÁ BIEN! - me paré de un salto y me fui a poner unos pantalones y después regresé.- Qué vergüenza!

Ruiko: Descuida, menos mal que fui yo quien te vio porque si hubiera sido otra persona le hubiera arrancado los ojos- O.O

-Qué?!

Ruiko: Fue un chiste, aunque si pasara me enojaría mucho.

-Ruiko, por qué me besaste? No comprendo... Entonces es verdad lo que me dijiste hace rato?- pregunté cambiando el tema algo impaciente.

Ruiko: Bueno... Quizás no necesites saber la respuesta ahora, pero se dio la oportunidad y lo hice y también te dije eso por lo mismo.

-Estoy confundida y mucho, por todo lo que pasó hoy y por lo que sigue pasando x_x

Ruiko: Eres graciosa y por eso me caes bien. Pero bueno, dejémoslo atrás y para hablarlo en otra ocasión. También vine a decirte que si quieres ir a cenar conmigo?- Sentí un frío en mi interior, pero, por qué?

-Cenar? A dónde? - No entiendo por qué cambió el tema tan rápido..(pensé)

Ruiko: A mi casa, hoy es viernes y no tengo nada que hacer y eres la única persona a la quien he invitado a mi casa, así que...quieres ir?

- Si prometes darme ramen del que tu haces y no hacer cosas pervertidas entonces si voy.

Ruiko: (Rió) Te espero a las 8 en mi casa- sonrió y lo acompañé a la puerta, pero en eso estaba Kentaro afuera de la casa de mi vecino, que lamentablemente era su compañero de clase y por ello sentí un nudo en la garganta.- Entonces nos vemos- me tomó el rostro y comencé a sentir mi cara caliente-, te esperaré con ansias.

-Estás demente Ruiko, me das miedo, no entiendo por qué me tratas con esa confianza si yo no puedo...

Ruiko: Acostúmbrate-me soltó el rostro, menos mal que no me besó o algo así.- Oye y tambien quiero pedirte algo,- comenzó a susurrar- Métete a tu casa y no le abras la puerta a nadie, al menos que sea yo.

-Por qué? O.o

Ruiko: Porque no quiero que Kentaro esté contigo. Simplemente no lo soporto. - O.O (mi cara) - Adiós- dijo mientras se iba sin dejarme responder.

Pasaron las horas y fui a casa de Ruiko aunque llegué con los nervios de punta por lo de mi sueño que fue espantoso y porque la confianza entre el y yo andaba muy rara por lo que había sucedido en todo el día. Toqué el timbre y salió.

-Hola, perdón si vine algo temprano.

Ruiko: Adelante- dijo sin dejar de observarme y entonces me sentí incómoda.

Continuará...

Gracias por leer el capítulo ñ.ñ nos vemos en el siguiente xDc

Enamorada de un celoso y hermoso pervertido |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora