Un año

3.6K 258 45
                                    

Hace unos minutos llegué a la casa de Ruiko y comencé a sentirme extraña. Rara. Pero no le tomé importancia, no hasta que me senté y esperé unos instantes cundo ¡boom! Mi sentido común me decía que saliera corriendo y eso hice. Entré a su habitación, luego al baño, abrí la taza de baño y tiré todo lo que había desayunado. Suena asqueroso pero eso hice.

Ahora sentía mucha debilidad y me di cuenta de que él estaba atrás de mi. En eso bajé la palanca rápido para que no viera nada y después me paré.

-Uff. Perdón, no era necesario que me siguieras. Lo siento.

Ruiko: Izumi...- su tono sonaba confundido y no sabía bien qué iba a decirme.- ¿Estás comiendo bien? ¿No te cayó mal algo? Es decir, ¿comiste algún producto caducado...?- él negaba con la cabeza convenciéndose de que esa sería mi respuesta.

-Sólo me comí un Sandwich de jamón. Estaba delicioso, no creo que estuviera en mal estado.

Salimos del baño en silencio y comencé a sentir cierta tensión.

Ruiko: Tú eres muy sana. Debes de decirle a tu mamá. Ella es enfermera. Yo tengo algunas pastillas pero no sé si sea conveniente automedicarte.

-No te preocupes, ya no siento nada, te lo juro.- sonreí con amabilidad pero no conseguí lo mismo de él.- ¿Me regalarías algo de jugo? O ¿Tienes un chicle? No puedo tener la boca así como así...- asintió y fue a servirme jugo.

Ruiko: Aquí tienes.- me lo dio.

-Gracias.- le sonreí.- Oye, no sé tú pero yo no me he recuperado mucho que digamos de la desvelada de hace dos días.- dije entre risas.- Pero fue una excelente fiesta de graduación.- añadí pero descubrí a Ruiko pensativo.- ¿Estás bien?

Ruiko: Izumi, perdona la pregunta, pero ¿Este mes has tenido tu periodo?- la pregunta me cayó como bomba y sentí la intensidad de mis latidos. Creo que lo notó y me puso una mano en el hombro.- Eso quiere decir que no.- hizo una pausa y sabía a qué se estaba refiriendo, lo sabía, no quería pensar en eso pero podría ser probable.- Izumi.- me distrajo de mis pensamientos y lo miré a los ojos.- No será que...no, ¿Verdad?

-Te juro que me cuidé. Me tomé la pastilla, te lo juro.- asintió sin decir nada.- No creo...-no pude terminar y luego tuve un tráfico de pensamientos.

Esto...no quiero creer que esté pasando. Me cuidé, yo personalmente me tomé la pastilla calculando todo, me la tomé en el tiempo exacto que debía de tomarla.
Y de pronto un sentimiento de paz entró en mi, tanto que hasta suspiré del alivio.

-No lo estoy.- sonreí.- No creo porque después de la boda de tus papás me vino mi periodo.- pude ver la tranquilidad en su rostro y se desplomó en una silla.- Y la última vez que pasó fue ese día.

Ruiko: Me acabas de dar un susto tremendo ¿eh?- me senté en sus piernas y acostó mi cabeza en su pecho.- No creo que sea conveniente ser padres ahora. Lo digo porque primero debemos de disfrutar nuestro noviazgo.

-Hablas como si ya estuviéramos casados o algo.- solté una risita.- Pero tienes razón. Sentí un mini infarto también.- él comenzó a acariciarme el cabello.

Ruiko: Lo sé. Y no estaría mal tener un bebé pero lo que está mal es que no somos esposos. Yo respeto mucho eso...quiero decir que pienso tener hijos hasta el matrimonio, no antes.

-Buen punto.

Ruiko: Aunque tengo para mantenerlos pero no es el caso.- sentí sus labios sobre mi oreja.- Todo a su tiempo.- me dio un beso y me dejó aturdida.

-¡Oye, loco! ¡Me dejaste sorda!- dio una carcajada y luego lo callé con un beso.
Deslicé con tranquilidad mis labios en los suyos, mordiéndolos de vez en cuando y acaricié su cabello con mis dedos. Hoy estaba sedoso, más que nunca y tan suave que hasta me daba cosquillas.
Luego besé sus mejillas y victoriosa llegué a su oreja y me di un beso que sonó más fuerte que el de él.

Enamorada de un celoso y hermoso pervertido |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora