La fiesta fue de lo más genial. Nos la pasamos muy bien y Ruiko me dio otra sorpresa.
¿Recuerdan la lata que había guardado en una cajita? Resulta que nunca la votó. Sólo la guardó y la restauró para este día. Por lo tanto, bebimos en ellas cuando sirvieron el brindis. Digo ellas porque la suya también la guardó y su intuición de guardarlas no falló.
Cómo quisiera que a mí se me ocurrieran esas cosas. Pero le tengo una gran sorpresa que ni siquiera se ha de imaginar.Ruiko: ¿Se puede saber en qué estás pensando?- recostó su cabeza en mi hombro.
-En ti.- me giré hacia él y le di un beso en los labios.
Ruiko: Te prohibí que me besaras así en la fiesta.- dijo de broma.- Sabes que no me voy a contener.- solté una risa.
-Tú siempre. Tan pervertido.- le acaricié la mejilla.
Ruiko: Hoy no dormiremos. Prométemelo.
-Está bien. Pero te recuerdo que a las nueve de la mañana sale el avión.
Ruiko: Dios. Pero quiero que tu y yo...Pasemos nuestra noche de bodas.- sonreí.
-Yo también espero lo mismo. Y ya son las tres de la mañana. Esta gente sí que aguanta.
Ruiko: Pues ya va siendo hora de que demos nuestra gran salida. No creo que haya problema. Sólo quedan 25 personas.- me lo pensé un rato.
-Bueno.- me paré.- Entonces vamos.- su sonrisa le iluminó el rostro.
Ruiko: ¿En serio?- alzó una ceja.
-¿Quieres quedarte?
Ruiko: No. Mejor pasemos nuestra noche de bodas.
-O mejor, nuestra madrugada de bodas.- le guiñé el ojo.
Nuestros invitados nos despidieron de la fiesta con grandes gritos de júbilo y buenos deseos.
Habíamos contratado a un organizador de eventos, por lo tanto, no nos preocupamos en irnos y dejar todo porque ellos se encargarían de recoger y esas cosas.Ruiko manejó en su auto y me llevó a mi casa. Bueno, ya era nuestro auto (me dijo).
Fuimos por las maletas y me dio nostalgia ver mi habitación tan vacía. Iba a extrañar en serio mi casa, pero más a mi mamá. Aunque sabía que ahora iba a estar más acompañada que nunca.Ruiko ya tenía sus maletas en el auto y por eso nos fuimos directo a su casa que estaba a las afueras de la ciudad.
Ahí íbamos a pasar nuestra noche de bodas, y por la mañana comenzaría nuestra luna de miel.Ruiko: Listo. Llegamos a casa. Nuestra casa.- di un brinquito de emoción y lo abracé.
-¡Nuestra casa! ¡Dios mío! Siempre me gustó este lugar.
Ruiko: Técnicamente tenemos dos porque el departamento es mío...ahora nuestro.- me dio un beso en la mejilla y cerré mis ojos llena de intranquilidad.- ¿Nerviosa?- su voz era la que sonaba nerviosa.
-Algo.- dije casi temblando y me cargó.- No sé por qué lo estoy.
Ruiko: La última vez que lo hicimos, creo que fue en la boda de mis papás. Ha pasado muchísimo tiempo.- Dejó la maleta a un costado de la habitación que era suya cuando era pequeño.- Me hubiera gustado que esta fuera nuestra primera vez.- sonrió con tristeza.
-Lo sé...pero yo no podía aguantar.- le dije como si esas fueran mis disculpas y me miró con profundidad.
Ruiko: Yo tampoco pude.- mi corazón estaba latiendo muy duro, podía escucharlo, y mi respiración era profunda. Mi esposo se acercó a mi cuerpo y pensé que iba a besarme, pero no fue así.
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Enamorada de un celoso y hermoso pervertido |EDITANDO|
FanfictionUna loca historia de amor se presenta ante ti. Por muy larga que sea, por muy extensa que la veas. Si tu decisión es leerla, serás uno de los lectores más sensuales que existe en este planeta. --- Después de que mi novio me engañó con otra chica nu...