Enamorada de un celoso y hermoso pervertido |EDITANDO|

Distancia

Sobreviví a la primer semana de clases y fue bastante pesada.
Me habían cargado de tarea y a parte de eso quería impresionar a todos mis profesores para que tuvieran un buen concepto de mi y también para estar preparada con argumentos buenos en cada clase, en especial la que compartía con Mildre.

Es extraño pero en toda la semana no nos hablamos, sólo nos sonreímos por compromiso y de ahí no avanzamos. No me siento alegre por eso pero tampoco enojada. Simplemente me incomoda pero sé que de alguna forma está bien a distancia.

Sonó mi teléfono y contesté de inmediato.

Ruiko: Hola preciosa. ¿Qué tal el trabajo?- sonreí al escuchar su voz.

-¡Hola! Todo muy bien. De hecho, ahorita estoy trabajando en un arreglo enorme. Parece que el chico va en serio. Éstas flores son muy caras.

Ruiko: Wow, pero el dinero no importa. A nosotros nos gusta impresionar de vez en cuando a nuestra chica.

-Siempre lo haces. Y eso es lindo, pero a veces me siento culpable de lo mucho que has gastado en mí.

Ruiko: No te preocupes por eso.- sonó la campanita de la puerta y me tomó por sorpresa su visita.- Pues hola.- siguió hablando por teléfono y al ver mi cara colgó.

-¡Hola!- corrí a abrazarlo.- No me avisaste que vendrías. Debí peinarme un poco.- me dio un beso en la cabeza.

Ruiko: No es necesario. Te ves muy bien así.- me sonrojé.

- ¿Y ese milagro que me visitas?

Ruiko: Amm...pues vine por algo.

-¿En serio?- alcé la ceja y ladeé la cabeza.

Jack: Hola Ruiko.- dijo entrando a la tienda desde la puerta que daba hacia el jardín.

Ruiko: Jack, me da gusto verte.

Jack: Tu encargo te espera.- Ruiko se acercó hacia la barra y le dio un abrazo de amigos a Jack.

Ruiko: Gracias por cuidar mi anonimato.- ahora me sonrió y yo no entendía.- Bueno, entonces esto es tuyo.- tomó el ramo que yo estaba decorando y lo plantó en frente de mi.

- ¡Oh por Dios! ¡Ruiko! ¡Dios mío!- me llevé las manos a la boca.

Ruiko: No es nada, solamente quería impresionarte.- me entregó el ramo y luego lo abracé, aunque aplasté un poco las flores.

-¡Gracias! Te juro que me has sorprendido.- sonrió satisfecho.

Ruiko: Me alegro. Ese era el chiste.- me besó la cabeza.- Y como faltan diez minutos para que salgas, te espero.- sonreí.

-Gracias.- lo tomé de, mentón y le clavé un beso chillante en la mejilla.

Minutos después nos fuimos en su auto y yo iba feliz de la vida con mi ramo de flores.
Llegamos a la casa y mi mamá se emocionó al verlas como si fueran para ella también.

Mamá: Mi hija tiene mucha suerte de tenerte. Estoy segura de que es muy feliz contigo.- dijo mientras ponía la cajeta en la mesa. Esa noche cenaríamos hot cakes.

Ruiko: Eso es lo que quiero.- me dedicó una sonrisa.- De verdad la quiero.- me puse roja al escucharlo decir eso en frente de mi mamá, y ella dio unas palmaditas de emoción.

Mamá: Huele a boda...-murmuró muy bajito pero logré escucharla.- Entonces, van bien en la escuela.

Ruiko: Gracias a Dios si, aunque iría mucho mejor si compartiéramos más clases. Sólo nos vemos en una.