Disculpas Falsas

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El dolor de cabeza cada vez se volvía más intenso. Sentí calor y la piel me ardía.

Todo lo que tocaba estaba caliente y duro, aunque sentía algo sobre mi pecho.

El mismo malestar hizo que por fin abriera los ojos. Pero la luz me molestaba en exceso.
Me tapé con las manos y vi a un tipo a lado mío.
Hice un esfuerzo con mi mente y recordé lo de anoche.
Me sonrojé y luego solté una risita.

Anoche cuando nos fuimos del antro, vomité en el camino. Estábamos tan ebrias que nos dormimos.

Vi a Daisy a lado mío, con la tela de su vestido suelto entre mis dedos, y luego se la acomodé.

Estábamos en la carretera...bueno, en la parte del monte y recordé que nos salimos por alguna razón, pero no nos preocupamos, el sueño nos acabó a todos.

Vi mi reloj y vi que eran las 10 de la mañana.
Busqué mi celular y recordé que no lo había llevado. Al mismo tiempo recordé todo de golpe con detalles borrosos.

Lo bueno era que el dolor de cabeza que tenía me mantenía distraída un poco del dolor emocional. Había terminado con Ruiko. Yo le había terminado.

Daisy: Jartiponnn...dud- dijo en sueños y me hubiera causado gracia, pero no fue así. Mi humor negativo estaba presente con más intensidad, pero sabía que lo que tampoco me ayudaba era el calor tremendo que sentía en esa camioneta.

No sé cómo se atrevieron a dejar las ventanas abiertas, pero si no lo hubieran hecho, estaríamos muertos...bueno eso pienso.

Busqué las llaves en las bolsas del pantalón de Rick -el doctor, que tenía las llaves de su amigo porque el otro estaba demasiado ebrio- y cuando iba a sacarlas, cambió de posición y me abrazó el cuerpo con fuerza.

-Rick, suéltame.- susurré.- Rick, me dejas sin aire.-Luché contra él al no recibir respuesta y me libré de sus brazos. Encendí la camioneta y después de un rato encendí el clima.
Creo que hasta ellos sintieron alivio cuando lo hice y después me sentí hostigada, por lo que me tuve que salir.

Casi me caigo de la camioneta pero logré equilibrarme. Basta, tengo que poder con esto. 

Abrí la puerta del auto de Rick- que se había llevado manejando Mónica- y localicé las llaves de inmediato. El calor estaba peor en este coche que en la camioneta y tuve que encender el clima.

Me senté en el césped a como pude con este vestido, y me quedé viendo los coches que pasaban en frente de nosotros.

No entiendo cómo es que nos atrevimos a parar aquí, y tampoco entiendo por qué no nos robaron o algo, pero estaba agradecida con Dios porque no nos había pasado nada malo.

Tiempo después, la puerta de la camioneta se abrió y Yumu cayó al suelo. Me reí un poco y quise ayudarla pero se levantó rápido.

Yumu: Dios, dime que no soy la única con dolor de cabeza.

-Me duele muchísimo.-le dije y nos reímos con complicidad.

Yumu: Ayer nos descontrolamos bien feo. Recuerdo que vomité por allá.-señaló y me reí.

-La pobre de Rose también. De hecho todas, menos Mónica. Fue la más sobria.

Yumu: Pero ni te creas, también andaba bien mareada. Solamente que ella sí pudo manejar.

-¿En dónde quedó tu coche?

Yumu: Ya ni me digas. Se lo di a Drake.

-¿Drake? ¿Estás bien? te recuerdo que ayer no estaba con nosotras.

Yumu: Pues estaba tan ebria que lo llamé. Es que él vive por ahí...Y ya nos íbamos con los chicos a pasear por las calles.- recordé que ese era el plan y por eso habíamos salido del antro a las cuatro de la mañana, porque daríamos vueltas en los coches.

-¿En qué rayos estábamos pensando?- soltó una carcajada.

Yumu: No tengo idea. A esa hora tenía palomitas en el cerebro.- Dejó de reírse poco a poco y fijó su vista al suelo.- Besé a Drake.- abrí los ojos como platos.

Enamorada de un celoso y hermoso pervertido |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora