Uno.

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 Se seca el sudor de la frente y sigue corriendo por las calles de la ciudad. Solo llevan allí tres días y ya ha recorrido la isla entera haciendo ejercicios y entrenamiento militar. Le quedan poco más de doce metros para llegar a casa, el piso destartalado lleno de cajas al que se han mudado después de diez años viviendo en el extranjero.

- ¡Hola! - abre la puerta con la llave y entra - ¿Hola?

En la cocina hay una nota, su tío Jack se ha ido a las oficinas de la policía y los servicios especiales, donde se encuentra el mejor equipo de las fuerzas de la ley de Hawaii; el cinco-cero. Él sirvió en el FBI durante mucho tiempo en Nueva York, ahora ha venido a la isla por que tiene algo pendiente con ellos. No ha querido dar muchos detalles durante los últimos días y el viaje, pero acabará sonsacándoselo en la cena. Siempre lo hace.

Cuando sale de la ducha se pone un mono de flores y empieza a vaciar algunas cajas. Abre el armario y pone todas las prendas que puede dentro, colgadas en perchas y en los cajones. También saca sus zapatos de tacón y deportivas y los deja en el suelo de éste. Recoge y dobla las cajas ya vacías y las deja junto a las de su tío en el único cuarto vacío que comparten ambos en el piso.

Nueve y media de la noche. Jack llega a casa y se sienta en la mesa para cenar, una ensalada de atún y tomate y fideos preparados que ha ido a buscar al chino de la esquina. Aún no tienen la nevera llena, ni siquiera un paquete de yogures. No tiene muy claro si van a quedarse aquí más de un par de meses y no le apetece adelantarse a los hechos e instalar demasiado rápido.

- ¿Como ha ido el día?

- Bien, entrenando un buen rato. - sonríe - ¿Y tú?

- Al edificio del cinco-cero, ya lo sabes. Y tengo que contarte, esto.. Algo importante..

Margo asiente, esperando algo más por parte de su tío.

- ¿No querías entrar en la policía?

Casi se atraganta con los fideos por la sorpresa, aunque intenta tranquilizarse antes de que se le note más de la cuenta. Tiene que mostrarse preparada y profesional ante su tío.

- Dios, sí, claro.

- Bien. - sentencia – Pues empiezas mañana.


Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora