Capítulo #9

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PV Christian

Voy a la cocina donde se encuentra Mia.

—Christian tienes que comer. Siéntate para que te sirva algo de cenar.

Estoy comiendo la carne con verduras que preparó Mia. Seguro que en otras circunstancias me hubiera encantado. Ella cocina tan bien como Ana. Pero ahora no me sabe nada. Paso los pedazos casi sin masticarlos.

Mi hermana no me quita la vista de encima. Sé que quiere decirme algo pero no se atreve, yo tampoco tengo muchas ganas de hablar, así que no le pregunto.

—Perdóname Christian. —La volteo a ver con extrañeza, no entiendo porque me pide perdón. Sus ojos están llenos de lágrimas.

—¿Qué tengo que perdonarte Mia?

En ese momento empieza a llorar, su cuerpo convulciona por el llanto. Camino hasta ella y la abrazo.

—Shhhh calma Mia. —Se remueve en mis brazos y me ve a los ojos.

—Si no me hubiera quedado dormida nada de esto estaría pasando —todo esto me lo dice entre sollozos.

—No digas eso Mia... —Me interrumpe alzando la mano.

—Tú sabes bien que yo siempre me levanto temprano, pero hoy no se qué fue lo que me pasó. Me desperté con las voces de Sawyer y Ana en el pasillo. Ella tambien se quedó dormida, pero eso es normal en Ana y más en su estado. Si yo me hubiera despertado como siempre no se le habría hecho tarde. —Solloza. Limpio las lagrimas que corren por sus mejillas y ella se limpia los mocos con una servilleta, toma aire y lo suelta—. No se hubiera subido a ese metro infernal. —Se tapa la cara con ambas manos y empieza a llorar nuevamente.

La abrazo fuerte, no quiero que se sienta culpable. Ahora entiendo. Desde que llegué casi no me ha hablado, su comportamiento hacia mí ha sido con cautela, podía sentir su nerviosismo. Cuando estábamos sentados en el sofá viendo la televisión muchas veces sentí su mirada puesta en mí y cuando llegamos a coincidir inmediatamente bajaba la vista o simplemente dejaba de verme. Yo pensaba que era por la situación que estamos pasando, que me veía así por lástima. Hasta ahora me doy cuenta, me veía con miedo, con arrepentimiento.

Mia no tiene la culpa, nadie tiene la culpa de lo que está pasando. Quizá la única culpable sea Ana por tomar esa decisión precipitada. Pero en estos momentos no quiero encontrar un culpable, lo único que necesito es encontrar a mi esposa e hija.

La despego de mí sujetándola de los hombros y mirándola a los ojos. Quiero que vea y sienta que lo que le voy a decir es lo que estoy pensando y sintiendo honestamente. Darle la paz que necesita.

—Mia tú no tienes la culpa, nadie tiene la culpa. Son cosas que pasan. —Respiro fuerte—. Ahora todos necesitamos estar calmados, sobre todo por Ted. Te necesito, necesito que cuides a mi hijo en estos momentos como si fuera tu propio hijo. No se lo que vaya a pasar. Mañana llegarán nuestros padres y Elliot, también vienen a apoyarnos. —Sé que esta noticia la alegra y la tranquiliza. Aunque Mia siempre ha sido una mujer independiente y alocada mi mamá es su gran apoyo, su calma. Lo ha sido para todos, pero yo no me di cuenta hasta que Ana me lo hizo notar.

—No te imaginas el suplicio que he pasado todo este tiempo. —Tapa su cara moviendo la cabeza negando—. Cuando ibamos en camino para encontrarnos con Ana, el chofer simplemente se desvió, nos trajo de regreso al departamento. Ryan se bajó del automóvil en el que venía atrás de nosotros, me dijo que subiéramos y nos quedáramos allí, sin darme otra explicación, se subieron a los automóviles y se fueron. Estaba muy enojada, no podía entender porque nos habíamos regresado, sobre todo, la actitud de tus empleados. Fue cuando te mandé los mensajes y te llamé la primera vez pero no me contestaste. Le llamé a Sawyer, quería una explicación, solamente me dijo que no saliéramos del departamento por ninguna circunstancia, que en esos momentos no contabamos con seguridad y no quería ningún problema más. Todo esto me lo dijo molesto, nunca me había hablado así, esa jamás había sido la actitud de Luke hacia mí. Esto me molestó aún más, estaba furiosa, te mandé mensajes y te llamé nuevamente, quería saber si estas órdenes las estabas dando tú. Le marqué a mamá para que te llamara, para saber si a ella le contestabas.

Se pone la mano en la frente como si la cabeza le pesara.

—Le empezé a marcar a Sawyer nuevamente. No contestaba mis llamadas, hasta que por fin después de no sé cuantos intentos me volvió a contestar. Me dijo que Ana había tenido un accidente en el metro, en su voz podía notar angustia y desesperación. Cuando traté de preguntarle más, me explicó que no podía hablar en esos momentos, debía colgar. Yo me preocupé, quería saber que le pasaba a Ana, pero como escuché la voz de Sawyer consideré prudente no marcarle otra vez y esperar a que el me regresara la llamada.

—Teddy estaba jugando en la sala con sus juguetes, así que decidí encender el televisor. —Se sienta en el banco de la cocina, como si le faltaran fuerzas en las piernas, voltea a ver hacia otra parte recordando algo—. En el canal de la televisión estaban pasando las noticias. —Traga saliva con esfuerzo—. Las noticias de un accidente en el metro, las imágenes eran terribles. —Me voltea a ver nuevamente—. ¿Las has visto? —Niego con la cabeza—. En ese momento recordé lo que Luke me había dicho desesperado "Ana ha tenido un accidente en el metro". Fue cuando las cosas me quedaron claras, Ana estaba dentro de todo ese desastre. —Las lágrimas empiezan a correr por sus mejillas–. No sabía qué hacer, tú siempre sabes qué hacer, no tenía idea si ya te habías enterado, debías estar en Nueva York. Fue cuando te volví a llamar, pero no me contestabas. Llamé a mamá, le platiqué todo lo que estaba pasando, ella me dijo que permaneciera tranquila, que no le dijera nada a Teddy, que no notara lo nerviosa que estaba, no podía llorar enfrente de él.

—Trate Christian, te juro que hice lo más que pude para que Teddy no se diere cuenta de nada. Conforme pasaba el tiempo el empezó a ponerse inquieto, quería ver a su mamá, hablar con ella. Yo intenté distraerlo pero era imposible, empezó a llorar, no podía calmarlo. Me suplicó que le llamara a su mamá, yo sabía que Ana no iba a contestar y fue cuando se me ocurrió marcarte. Cuando entró el buzón le dije que te hablara, que tu no podías hablar en ese momento pero si lo escuchabas. El resto ya lo viste —cuando termina de decir esto, empieza a llorar nuevamente permitiendo a su cuerpo liberar toda la tensión y preocupación que guardaba.

La abrazo y le paso la mano por la espalda para consolarla.

—Ya pequeña, tranquila, lo hiciste muy bien. Te agradezco todo lo que has echo.

Siento mi teléfono vibrar en el bolsillo del pantalón. Veo la pantalla es Taylor.

—Dime.

—La encontramos, estamos en el hospital Bellevue —no permito que me diga nada más.

—Voy para allá.

Llego al hospital. Como me lo esperé todo es un caos. Doctores y enfermeras corriendo para todos lados, policías preguntando y dando información a los familiares de las personas que se encontraban en el accidente. Mucha gente habla y grita. Hay heridos por todas partes, camillas en los pasillos. El olor tan peculiar que tienen los hospitales empieza a marearme. Me detengo cerca de una camilla en donde se encuentra una persona que tiene toda la cara vendada al igual que el brazo derecho, lo demás está cubierto por una sábana. Pero puedo distinguir que es una mujer porque tiene abultado el vientre, está embarazada.

Un hombre viene corriendo hacia donde me encuentro, choca su hombro contra el mío. Se para enfrente de la camilla y dice un nombre que no logro entender. Cuando a lo lejos escucho la voz de Taylor que me llama.

—Señor, ¡Señor Grey!

Hasta el próximo...

Gloria

Sombras y LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora