Capítulo # 18

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PV Christian

Estoy revisando unos balances en mi computadora cuando suena mi celular.

-Grey.-

-Señor Grey hablo del Eastside Christian School.-

-¿Le pasó algo a mi hijo?-

-No señor, su hijo está bien. Pero no puedo decir lo mismo del otro niño. Por eso le llamo, el director Pavit quiere hablar con usted, tiene que venir al colegio.-

-Voy para allá.- Cuelgo.

Me aprieto el puente de la nariz. -Ted, Ted, Ted ¿Ahora qué hiciste?-

Mi hijo es un excelente niño, es un estudiante brillante, tiene muy buenas calificaciones, ha ganado el primer lugar en varios concursos de deletreo y matemáticas. Pero este año ha tenido muchos problemas en el colegio por culpa de su carácter, se ha vuelto muy agresivo. Tengo miedo que no lo esté educando correctamente, el carácter fuerte se perfecto que lo heredó de mí, pero lo que más me preocupa es que está golpeando a sus compañeros, bueno uno en especial. A mí también me expulsaron de tres colegios cuando era adolecente por golpear a algún compañero, era cuando más problemas psicológicos tenía aunado a los trastornos que sufren todos los chicos durante su adolescencia. Ted es un niño, quiero saber ¿Qué problemas tiene que lo están impulsando a actuar así? Sé que el hecho de no tener mamá le afecta lógicamente. He tratado de todas las maneras posibles de hacerlo feliz, que se sienta un niño amado y protegido, de llenar el vacío que Ana dejó. Cuando hablo con él me dice que todo está bien. No sé qué hacer, no sé qué decirle.

Voy rumbo al colegio, aprovecho para llamarle al entrenador personal de Ted. Cuando mi hijo empezó con las peleas en el colegio, Bastille me aconsejó que lo hiciera entrenar taekwondo para que lo ayudara a desahogarse y aprender autocontrol. No me gustaba la idea de que mi hijo fuera a una escuela de taekwondo para aprender, quería que practicara en nuestro gimnasio. Claude conocía a la persona idónea para que mi hijo entrenara en casa, con alguien joven, que le pudiera dar batalla y seguirle el paso porque Ted tiene mucha energía. Así que me recomendó a Víctor Abel Esquibel, es un buen chico, conoce a la perfección esta disciplina, ha sido campeón por tres años consecutivos. Le ha dado muy buenos consejos a Ted para controlarse, hasta ahora todo iba bien.

-Diga.-

-Víctor, soy Grey.-

-¿En qué puedo servirle señor?-

-Ted tuvo otra pelea. No sé qué hacer. Quizá si aumentamos el número de entrenamientos ayude.-

-Puede ser. Pero me extraña mucho que reaccionara con agresión, su hijo ha aprendido muy bien las técnicas de control que le he enseñado, las ponía siempre en práctica, él me lo ha platicado. ¿Sabe por qué se peleo?-

-No, voy rumbo al colegio.-

-Hoy en la tarde voy a su casa para entrenar con él. Podríamos aumentar a cuatro sesiones por semana.-

-Bien.-

-Señor Grey, Ted está muy entusiasmado con el torneo, sabía que si se peleaba con otro niño no iba a poder participar en éste. Pienso que su hijo tuvo un motivo muy grande para pelearse. Hable con él.-

-Sí, así lo haré.-

-Hablamos después.-

Cuando voy entrando al colegio me topo a un hombre fornido con un niño a lado, debe de ser su hijo. Este tiene el rostro enrojecido e hinchado, el ojo derecho ésta completamente cerrado e inflamado y la nariz la lleva cubierta con una gasa, el uniforme lo tiene sucio, la camisa rasgada y manchada de sangre. A simple vista se sabe que su estado es la consecuencia de haber participado en una pelea. Sinceramente me da pena el pobre niño, ha quedado como Santo Cristo.

Sombras y LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora