Capítulo # 39

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PV Christian

Debo hacer muchas cosas para llegar al fondo de todo este asunto. Decido llamar a Welch para saber si investigaron algo del automóvil.

-¿Tienen alguna información sobre el Mustang?-

-Sí señor y no son muy buenas. El auto fue robado unas horas antes, la policía ya lo encontró en un estacionamiento público que ni siquiera tiene cámaras de seguridad al norte de la ciudad. No tenemos rastro de él.-

-Sigan buscando Welch haber si pudieran encontrar alguna pista.-

-Si señor.- Cuelgo.

Llamo a Arthur para informarme del estado de salud de Sawyer.

-¿Cómo está Luke?-

-Estable señor, acaba de salir de quirófano. El doctor le informó a sus padres que corrió con mucha suerte, una de las balas quedó a pocos centímetros de la columna vertebral, si hubiera pegado en ésta lo más seguro es que quedara paralíto.- Paso la mano por el cabello. -Ahora está en la UCI pero si mañana sigue como hasta ahora lo van a trasladar a una habitación.-

-Bien. Estate al pendiente de él y de todo lo que puedan necesitar sus padres. Mantenme informado.- Cuelgo.

La curiosidad por lo que dijo Taylor de la niña me está matando, quiero verla. Le digo a Jason que haremos un descanso. Salgo de mi oficina y le pregunto a Gail donde se encuentran, me informa que están en el cuarto de juegos. Al llegar allí me quedo parado en el marco de la puerta, Ted está jugando un video juego, la niña está sentada a un lado de él viendo como lo hace y Samantha está en otro sillón, tiene el codo recargado en la codera y la frente sobre su mano con la cabeza hacia abajo. Ninguno de los tres ha notado mi presencia, así que aprovecho para observarla, está vestida con una playera azul marino de manga larga, pantalones de mezclilla y tenis rojos. Efectivamente se parese demasiado a Anastasia cuando era niña, no tiene el cabello castaño como ella, pero lo tiene negro como el padre de Ana, Franklin Lambert, mi mujer no tenía fotografías de él, solo de Ray su padrastro. En una ocasión que llevé a Ted a Georgia a visitar a su abuela, Carla estaba muy deprimida y lo único que hacía era hablar de su hija, comentó que era una lástima que ella no hubiera heredado el color de cabello de su padre ya que tenía un tono muy especial de negro, el que le llaman negro ébano. Ese detalle llamó mucho mi atención así que le pedí que me enseñara una foto de éste. En ese momento comprendí porque Ana era castaña y no rubia como su madre, el color de su cabello era una combinación del de ambos. El tono del pelo y la piel blanca de la niña hacen resaltar sus ojos, no son tan grandes y abiertos como los de Anastasia, sino más pequeños y un poco cerrados como los míos. Desde el lugar que me encuentro los veo azules.

Cuando se da cuenta que la estoy viendo, se levanta para ir rápido hasta donde se encuentra su madre. Esto hace que Ted se sorprenda y voltee hacia donde me encuentro.

-Papá estamos jugando video juegos. ¿Quieres jugar con nosotros?-

-No campeón ahora no puedo, solo vine a ver si se encontraban bien.-

-Señor Grey.- Se levanta Samantha y la niña se abraza a sus piernas. -Aprovecho para despedirme y darle las gracias por todo, ya nos tenemos que ir .-

-De ninguna manera. Ustedes no se irán.- Me ve sorprendida. -Se quedarán acá.-

-N...no señor Grey, nosotras debemos irnos a casa, no sería co...correcto que yo me quedara acá.- Niego con la cabeza repetidas veces. Se a lo que se refiere con lo último que dijo. No es normal, ni bien visto que un hombre con familia acepte que una sumisa o prostituta se quede en su casa, pero eso no va a hacer que cambié de opinión.

Sombras y LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora