Capítulo # 42

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PV Christian

Rumbo a casa, Anastasia va sumida en sus pensamientos viendo por la ventanilla de la camioneta.

-¿Pasa algo?- Voltea a verme, se queda callada por un momento, se que está sopesando la idea de decirme o no. Al final niega con la cabeza. Suspiro.

Aunque Ana haya perdido la memoria y no recuerde en realidad quién es, estoy seguro que su esencia sigue en ella, su timidez, el rubor en sus mejillas cuando le digo un cumplido, su terquedad y la manía por rechazar las cosas materiales que quiero darle me lo han demostrado. También su cuerpo, en un principio pensé que no, pero he podido comprobar que aún provoco algo en ella. Anoche quería que la besara, pude sentirlo y me correspondió el beso que le di en la casa del embarcadero con la misma pasión y deseo. Sé que allí esta esa conexión que siempre hubo entre nuestros cuerpos con el puro contacto. Debo quitarle esa absurda idea que la veo como una sumisa o prostituta, que lo único que busco es placer a cambio de mi ayuda. Esto me dificulta más las cosas porque como lo dijo Flynn para mí el sexo es muy importante, en un principio lo utilicé para calmar mis miedos, mis inseguridades, la ira, el estrés, sentir el poder y el control. Con mi nena todo cambió, además de obtener un inmenso placer que solo ella puede darme, era la mejor manera que yo tenía para expresarle todo mi amor, cada vez que la tocaba, con mis besos y carisias le transmitía lo importante y necesaria que es para mí. Ahora no puedo hacerlo. Paso mi mano por el cabello para sacar un poco de mi frustración.

Necesito encontrar la forma que se comunique conmigo, que me haga saber lo que piensa y siente. Al comienzo de nuestra relación a Anastasia le costaba mucho trabajo expresarse, descubrí que escribiendo lo hacía. Por la enfermedad de sus ojos, no creo poder conseguirlo de esta manera.

¿Cómo voy a ayudarla con sus miedos e inseguridades si no me tiene confianza? Hasta me tiene miedo. Cierro los ojos, me duele mucho que sea así.

Si tan solo recordara quién es. Va a ser muy difícil, no podemos utilizar las fotografías y los videos como respaldo. Yo esperaba que ahora que viera a sus padres fuera un detonante. Estoy seguro que Flynn podría ayudarla, pero ella no quiere. No puedo obligarla a ir con él.

Me preocupa mucho mi niña, no puedo hacer nada por ella hasta que no se compruebe legalmente que soy su padre. Ese bastardo tiene un poder sobre ella que no le corresponde. Aprieto mis puños. Aunque papá me prometió que hará todo lo necesario y pondrá todo su empeño para que los trámites sean más rápidos, llevará tiempo.

Paciencia, todos me piden paciencia. Como si fuera tan fácil.

Llegamos a casa, estoy muy cansado y abrumado, quisiera mandar todo a la mierda pero no puedo.

-¿Papá podemos jugar un rato video juegos?- Veo mi reloj.

-Solo una hora Ted, en lo que Gail prepara la cena.-

-Vamos Eloise.- Sonrío. Me da mucho gusto ver que mis hijos sean tan unidos. Ted está feliz con su hermana, aunque aún no lo sepa.

-Yo voy a mi habitación.- Dice Ana.

-Quiero hablar contigo, aún tenemos una plática pendiente.- Hace un mohín. -Si quieres ve a cambiarte y refrescarte, nos vemos en mi despacho.- Asiente.

Estamos sentados frente a frente, puedo notar su nerviosismo y miedo. Necesito lograr que se sienta cómoda, tranquila y segura.

-¿Quieres que nos sentemos allá?-Señalo el sillón que ella misma escogió para mi oficina, yo no lo consideraba necesario, pero Ana insistió que hacia mi despacho un lugar más cálido. Asiente. -¿Quieres agua?- Niega con la cabeza. Sin embargo agarro dos botellas con agua del mini bar, las pongo en la mesita. Me siento en el sillón con una pierna doblada sobre éste y la otra abajo, pongo mi cuerpo de lado para poder verla de frente, ella está sentada con las dos piernas juntas, jugando con su ropa, viendo hacia abajo como una niña regañada en la oficina del director. Suspiro. -Samantha se que te incomoda mucho, porque ya me di cuenta que te escondes detrás de esos lentes pero podrí...- No me deja terminar cuando se los quita. Buena chica. Sonrío. -¿Te gusta escribir?- Voltea a verme con el ceño fruncido. -Podría darte una computadora o una portátil para que lo hagas.- Tuerce la boca. -Sería como un préstamo.- Esboza una sonrisa. Eso es nena relájate.

Sombras y LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora