Capítulo # 45

5.1K 247 55
                                        

PV Christian

La abrazo muy fuerte quiero que se sienta segura y se tranquilice. Su cuerpo se convulsiona por el llanto entre mis brazos.

Ahora lo entiendo todo, el hijo de puta de Adams le hizo creer a Anastasia que era prostituta, al recordar en sueños lo que vivió conmigo la confundió más. Por eso ella afirma con tanta seguridad que lo es.

Estoy tentado en decirle toda la verdad ahora mismo, pero me contengo. Ya aceptó recibir la ayuda de Flynn, ese es un gran paso. No quiero que una imprudencia de mi parte o que mi poca paciencia lo arruine todo.

-Shhhh tranquila nena, todo está bien.- Acaricio su espalda. -Vamos a tu habitación para que te acuestes.- La separo de mí, limpio sus lágrimas con mis dedos. -Por ningún motivo te voy a dejar, quiero que me tengas confianza y siempre me hables con la verdad. Juntos vamos a encontrar una solución a cualquier situación que se presente.- Solloza.

Octubre 29 de 2019

Por la mañana Flynn vino a casa a ver a Anastasia. Acordamos que va a venir dos veces por semana antes de ir a atender su consulta. Aunque su consultorio es un cuarto con una sala normal y su escritorio consideró que la idea de Shepher de tener la consulta en nuestra casa es muy buena, así ella podrá sentirse más cómoda y relajada por el momento. Le recetó una dosis muy baja de Amytal, es un medicamento que se utiliza para inducir los recuerdos reprimidos durante un largo tiempo.

Aunque ahora ya sabemos que Ana ha tenido recuerdos de su vida en sus sueños y eso podría incrementarse con el medicamento y el tiempo, los planes de decirle toda la verdad no han cambiado. Mi idea de hablar con ella después del Halloween, es para que nada arruine todas las ilusiones que tiene mi pequeña de este evento.

Llego a casa de mis padres un poco antes de la hora de la cena, todos están sentados en el comedor platicando, hoy entregaron los trajes para el Halloween. Le pedí a Mia que guardara los nuestros en su recámara, Taylor se encargará de guardarlos en la camioneta cuando Anastasia no se de cuenta.

-Hola campeón. Hola princesa.- Le doy un beso a mis hijos. -¿Dónde es...?- Me interrumpe Elliot antes de que termine la pregunta.

-Tu damisela está en la cocina, aprovecha la oportunidad de ir a meter mano a la olla.- Suelta una carcajada. Imbécil. El lunes por la tarde mi hermano fue a mi oficina, estuvimos platicando mucho tiempo, me amenzó que no se iba a ir hasta que no le contara todo con lujo de detalles, fue tanta su insistencia y que a mí me urgía que se largara para que me dejara trabajar en paz, que terminé contándole mi situación con Anastasia.

Entro a la cocina solo Gail ha notado mi presencia.

-Ahora vuelvo señora.- Ana asiente sin quitar los ojos de lo que está picando. Me acerco a ella, la rodeo con los brazos y deposito un beso en su cuello. Pega un respingo y se zafa de mi agarre.

-¡Christian! Nos pueden ver, Gail acaba de irse.-

-Lo sé. Se fue cuando me vio entrar.- Abre los ojos sorprendida.

-¿Crees que sepa de nosotros?- Hay nena todos lo saben excepto los niños.

-Estoy seguro.- Se ruboriza. -Nena somos adultos, no tiene nada de malo que estemos juntos, no sé porque te has empeñado en que nuestra relación sea clandestina.- Le doy un beso casto en los labios. -Te vez hermosa en la cocina.-

-No me digas que eres de los hombres que piensan que la mujer debe estar descalza, embarazada y en la cocina.- Hago un mohín. Sería muy feliz de volver a ver a mi esposa de esa manera, pero sé que por ahora es imposible. La pego a mí.

Sombras y LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora