Noviembre 17 de 2019
PV Anastasia
Todos estos días mi humor y estado de ánimo ha estado pésimo, trato de controlarme enfrente de todos. Desde antes de la operación estaba muy nerviosa e irritable, era lógico tenía mucho miedo por la operación, el hecho de no poder hacer las cosas y estar en la cama también me molestaba. Pero desde el viernes se ha incrementado, primero con la partida de Christian, se fue de madrugada, sé que entró a mi habitación porque estaba impregnada de su aroma y dejó una rosa en mi mesita de noche. El se ha portado excelente conmigo, pero su rechazo me tiene muy inquieta, lo extraño mucho. Ha estado muy al pendiente de mí, llama muy seguido para hablar conmigo y con los niños, pero he notado que hay algo diferente.
El sábado comencé con mi periodo, esto me puso muy sencible. Por la mañana vino a verme la doctora Greene como lo dijo Christian, opté por las pastillas, detesto las inyecciones sé que es un piquete cada tres meses pero si puedo evitarlo mejor. Puse una alarma en mi celular para recordar que debo tomarla. Además está el aparato que me dejó, todas las mañanas en cuanto me despierto debo de tomar mi temperatura, no entiendo para qué tantas cosas si ni siquiera me toca.
Por la noche mi mamá se fue, por supuesto que mi marido arregló todo para que viajara en primera clase ya que él se llevó el jet. La despedida fue terrible, Carla no paraba de llorar, yo también lo hice pero sé que así deben de ser las cosas.
Hace unos momentos se fue mi papá, uno de los chicos lo va a llevar a Montesano, a ambos se nos llenaron los ojos de lágrimas y me dolió mucho decirle adiós. Ahora me siento muy desprotegida, quisiera que Christian regresara pronto pero no debo de llamarle, él debe hacer su vida como los demás. Esa fue la decisión que tomé y ahora debo de aguantarme.
Voy hacia la cocina donde se encuentra Gail, son sus días de descanso pero ella me ha dicho que por ningún motivo me va a dejar sola, sé que detrás de todo esto está Christian. Los niños están jugando video juegos, mi hija se ha vuelto una fanática de éstos.
-¿Te preparo un té?- Me pregunta la señora Taylor. Asiento. Ya no me llama Samantha, por lo general se dirige a mí como señora cuando están los niños y Christian, pero cuando estamos solas le he pedido que me diga Ana, no sé si era lo mismo antes.
-¿Te ha llamado Christian? Me extraña que no haya recibido ninguna llamada de él.-
-No Ana.- Suspiro.
En lo que Gail pone el agua a calentar veo que el periódico y una revista están encima del mesón de la cocina, yo jamás los leo ya que no puedo hacerlo, parece como si las letras se movieran del sitio, no puedo enfocarlas bien. Pero no he hecho el intento de ver una fotografía. Tomo la revista para hacer la prueba. La veo un poco borrosa pero me alegro porque si puedo apreciarla mejor. Al ver que es mi marido vestido muy elegante con smoking me gusta pero siento una punzada en el pecho porque está abrazando a una mujer con un vestido muy elegante y los dos están sonriendo.
-¿Gail es Christian el que aparece en la fotografía verdad?- Se acerca a ver la revista.
-Sí, es el señor Grey con la señora Amelia Warner.- Lo dice sin importancia. Sé que mi esposo debe de conocer a mucha gente, pero me llama la atención que Gail también la conozca. Debe de ser alguna empresaria como mi marido. El nombre de esa mujer ya lo he escuchado pero no recuerdo dónde o quién me lo dijo. Veo por mucho tiempo ésta, entre más lo hago no puedo evitar que los celos se vayan apoderando poco a poco de mí. Christian me comentó que le gustan las mujeres de cabello castaño. Sus facciones se ven finas y bonitas, su rostro luce radiante, no como el mío con esta horrorosa cicatriz. Están abrazados y se ve contento de posar con ella. Quiero saber más.
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Sombras y Luz
FanfictionCon su pequeño hijo Ted y la espera del nacimiento de su hija Phoebe; Chistian y Anastasia Grey viven en su hogar lleno de paz y felicidad, en donde las sombras del pasado han sido iluminadas por una luz que solo el amor verdadero y profundo puede d...