Capítulo # 52

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PV Kate

Estoy retozando con mi marido en la cama, aprovechando que Ava se fue este fin de semana con mis padres, cuando suena mi celular.

-No lo contestes.- Me dice Elliot.

-Podrían ser mis papás.- Río al ver que mi esposo hace un puchero y se tapa con las sábanas como un niño.

Al ver la pantalla me extraño, es la llamada de la persona que menos esperaba.

-¿Christian?- Le contesto sorprendida. Elliot se destapa inmediatamente, estoy segura que también le llama la atención que me llame su hermano.

-Katherine necesito tu ayuda.-

-Buenos días Grey, nosotros estamos bien, gracias por preguntar.- Le contesto con sarcasmo a mi cuñado. Escucho como resopla al otro lado del teléfono. Christian tiene la costumbre de no saludar e ir al grano. Yo también soy igual, pero no es lo mismo que te hagan las cosas a que tú las hagas. -¿En qué puedo ayudarte?-

-Ana salió de casa hace tiempo, está muy alterada y eso no le hace bien...- Lo interrumpo.

-¿Qué le hiciste Grey?- Vuelve a resoplar.

-Hoy junto con el periódico dejaron la revista de Andlauer, vio las fotografías, le leyeron el artículo y creyó todo lo que dice.- Hago un mohín. Se perfectamente de que revista habla, es de chismes y basura. El dueño era un periodista muy exitoso en el Seattle Times, desde que perdió su trabajo se dedicó a este giro. -Necesito que hables con ella.- Suspiro.

-Voy a hacer lo posible Christian, Ana y yo fuimos muy amigas pero no estoy segura si ahora me tenga la misma confianza.- Escucho como suspira. -¿Cómo puedo contactarla?-

-Lleva su celular. ¿Tienes el número?-

-Sí. Yo le llamo.- Cuelgo la llamada. Necesito el tiempo para poder arreglarme.

-Nene mueve ese hermoso trasero e imprime la revista en línea de Andlauer.- Elliot frunce el ceño, sabe que la aborrezco. -Christian y Ana tuvieron un problema por culpa de un artículo, necesito leerlo para ver de qué se trata. En lo que haces eso voy a ducharme rápido.-

Al salir le marco a Ana. Contesta al cuarto tono.

-Bueno.- Su voz se escucha triste.

-Hola Ana, me gustaría que me acompañaras a hacer unas compras.- No quiero que sospeche que le llamo y la quiero ver por el problema.

-Kate, hoy no puedo.- No picó el anzuelo. Debo de buscar otra manera. -¿Estás bien? Te escucho diferente.- Carraspea. Sé que está tratando de ocultarme que está llorando.

-Si.- Esto va a ser más difícil, siempre ha sido muy introvertida y discreta. Pero con Kavanagh no va a poder.

-¿Estás segura?- Escucho como suspira. -Ana te conozco, se que pasa algo.- Se queda callada por un momento.

-No estoy bien Kate, me peleé con Christian. No sé qué hacer.- Escucho un sollozo.

-Voy para tu casa.- Sé que no está allí, pero debo disimular.

-No estoy en casa, estoy en un parque, vine caminando.-

-Sé en donde te encuentras. Voy para allá.- Cuelgo la llamada para no darle tiempo a que se niegue o diga algo más.

Le pido al de seguridad que nos puso Christian que maneje para leer el artículo. Me caga tener guardaespaldas y chofer, pero con lo que ocurrió hace siete años con Mia y Anastasia, no podemos arriesgarnos a que el nuevo lunático que está en sus vidas nos haga daño.

Sombras y LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora