Capítulo # 44

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PV Christian

Comienzo a besarla despacio, con mucha ternura, quiero que con este beso sienta cuanto la amo. Disfruto de sus suaves y cálidos labios. Ana abre un poco la boca para darle paso a mi lengua. Nuestro beso se va intensificando cada vez más, acaricio su cuerpo, voy a levantarle el suéter que lleva puesto pero me detiene la mano.

-Para.- Me dice jadeando. -Acá no.-

-Vamos a mi habitación.- Le digo mientras me levanto y le tomo la mano.

-No Christian, por favor espera.- Me jala para que deje de caminar. -No quiero tener sexo contigo en tu casa.- Toma aire. -Ni en ningún otro lugar.-

-¿A qué te refieres?-

-Por el momento no quiero que tengamos intimidad.- Paso la mano por el cabello. -Por favor compréndeme, necesito tiempo, todo está pasando muy rápido.- Resoplo. -Aún no me siento segura para estar contigo.-

-Aún me tienes miedo.- Baja la cabeza.

-No solo es eso.- Lo dice en un susurro. Lleva la mano a la frente y la rasca con desesperación. -Es mejor que olvidemos todo, ya te lo dije antes que lo nuestro no puede ser.- Quiere irse pero la detengo.

-No. Voy a respetar lo que me pides, te voy a dar tiempo y todo lo que necesites. Pero no te cierres a la idea de estar juntos como pareja.-

-Christian es una locura, además tu y yo no estamos solos, ambos tenemos hijos, no podemos involucrarlos en una relación que ni siquiera estamos seguros que va a funcionar.-

-Por mi parte estoy seguro que si.- Le acaricio la mejilla. -No me apartes de ti.- Se queda pensando unos minutos que yo siento como horas.

-Vamos a intentarlo, pero no quiero que lo sepan ni los niños, ni tu familia.-

-¿Me estás pidiendo una relación clandestina?- Asiente. Niego con la cabeza sin embargo río, porque me causa mucha gracia que la que en realidad es mi esposa me pida una relación a escondidas. -Ya entendí que sexo no. ¿Pero si nos podemos besar no?- Le pregunto seductoramente mientras me acerco a ella y la tomo por la cintura. Asiente sonriendo. -¿Y meternos mano?- Paso la mano por su muslo acercándome a su entrepierna.

-Solo por arriba de la ropa.- Me detengo. La veo fijamente.

-Somos adultos, no unos pubertos. Esto es demasiado.- Digo irritado.

-Lo siento, es lo que te puedo ofrecer por ahora. Es mejor que me vaya a dormir.- No la detengo, estoy muy molesto para seguir hablando.

Me siento en el piano y empiezo a tocar, me equivoco en repetidas ocasiones en la pieza, esto hace que me enoje más, golpeo sin sentido y con coraje las teclas varias veces hasta que cierro la tapa. Apoyo los codos en ésta y llevo las manos a la cara.

Octubre 23 de 2019

Salgo a correr a las seis de la mañana, cuando regreso a casa están los niños y Anastasia desayunando. Me acerco a mis hijos y les doy a cada uno un beso en la frente. Tomo un vaso para servirme jugo. Siento como Ana me está viendo pero no la volteo a ver.

-Niños vamos arriba para lavarnos los dientes.- Les dice a nuestros hijos cuendo terminan de desayunar. -Solo danos cinco minutos.- Se dirige a mí esbozando una sonrisa.

-Los va a llevar Ryan.- Su sonrisa desaparece y asiente.

-¿No nos vas a llevar tu?- Me pregunta mi pequeña triste. Me duele verla así, pero en estos momentos no puedo estar cerca de Anastasia, estoy demasiado molesto por su actitud de niña. Me acerco a mi princesa.

Sombras y LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora