Capítulo # 37

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PV Christian

Abro los ojos está obscuro, la cabeza aún me duele mucho, estoy sobre la cama, alguien está acostado junto a mí, siento un ligero peso sobre mi pecho y la camisa un poco húmeda. Ted. Debió haber estado llorando. Trato de moverme sin molestarlo, no sé si está dormido.

-¡Papá por fin despertaste! No te muevas voy por la abuela.- Sale de la habitación. Trato de levantarme pero siento un mareo. Entra mamá, se sienta a mi lado en la cama y enciende la lámpara de noche. La luz me molesta.

-¿Qué fue lo que pasó?-

-Te desmayaste, Christian tenías la presión hasta las nubes. Nos diste un gran susto. Te inyecté un medicamento para bajarla y tratar de estabilizarla. ¿Sabes que la presión alta puede causar una embolia?- Asiento. -Me extraña mucho que haya ocurrido algo así, siempre has sido muy cuidadoso con tu salud y la de tu familia.-

-Lo soy madre, solo que estos días han sido.- Dejo de hablar y resoplo. Llevo la mano a mi frente.

-Por favor hijo tienes que cuidarte, desde que te ví noté que tienes muchas ojeras, te ves cansado, estresado, debes de dejar de trabajar tanto...- La interrumpo.

-Estos días han sido terribles, no solo he tenido problemas en la oficina, tuve una discusión muy fuerte con Ted, pasó lo de Mia.- Estoy a punto de comentarle lo del chantaje pero me quedo callado, prefiero no decirle nada para no preocuparla. Niego con la cabeza.

-Lo sé cariño.- Acaricia mi cara. -Ted habló con nosotros. Cuando te desmayaste se asustó mucho, pensó que lo que te había pasado era su culpa, por lo que había dicho. Está muy arrepentido, el te ama ¿Lo sabes verdad?- Me ve a los ojos.

-Lo que dijo me dolió hasta el alma, nunca pensé...- Me interrumpe.

-Christian, Ted es solo un niño. Ellos son así, dicen cosas sin pensar. No te cierres por favor, no permitas que tus inseguridades y esas ideas regresen otra vez, tú no eres malo.- Cierro los ojos. -Eres una gran persona, has sido un excelente padre para él.- Acaricia otra vez mi mejilla y sonríe. -Nos contó de Samantha.- Cuando escucho el nombre de esa mujer siento como si me dieran un golpe en la boca del estómago. Por culpa de ella me peleé con mi hijo y nos distanciamos como nunca lo habíamos hecho. -Nos explicó todo lo que pasó entre él y tú.- Trato de hablar pero no me deja. -Haces bien Christian en desconfiar de esa mujer y la gente que rodea a tu hijo.- Suspira y cierra los ojos. -Le expliqué a Ted la preocupación que tienes y tu afán de protegerlo de manera sencilla para que lo entendiera. Todos los peligros que corre un niño, robo, secuestro, trata de menores, venta de órganos.- Hace una pausa y toma aire. -Abuso físico, psicológico y pedofilia.- Tuerce la boca. -Le conté sobre Elena...- Ahora soy yo el que no deja que siga hablando.

-¿Por qué hiciste eso? ¿Qué le dijiste?- Mi tono es molesto.

-No te enojes Christian y escucha por favor. Le platiqué como una supuesta amiga mía había abusado de mi confianza y te había hecho daño.- Frunzo la frente. -Muchas veces me has dicho que ella no te violó, que lo hizo con tu consentimiento, pero ya lo hemos hablado.- Su tono es molesto. -Estuvo mal lo que hizo esa hija de.- Se detiene y pasa la mano por la frente. -Esa maldita zorra cometió pedofilia contigo.- Pega en la cama enojada.

-Mamá tranquila, lo sé, estoy consciente de eso. No quiero que mi hijo caiga en las garras de una maldita mujer como me pasó a mí por eso quiero protegerlo.- Hace un mohín y cierra los ojos.

-Ese es el punto por el que le platiqué lo de esa mujer. No le dije lo que esa maldita te hizo sexualmente, solo le dije que te había hecho daño. En lo que tu papá y yo pusimos mucho énfasis fue en el hecho que esa mujer nos engañó, que yo confiaba en ella, porque era una amiga de la familia, si tu padre y yo hubiéramos puesto más atención y te hubiéramos protegido como tú lo haces con tu hijo.- Pone la mano en la boca ahogando un sollozo. -No hubiera pasado todo lo que te pasó.- Baja la cabeza y veo como una lágrima escurre por su mejilla. La limpio con mi dedo y la abrazo. -Fue nuestra culpa.- Lo dice en un susurro.

Sombras y LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora