Escribo esto con la única intención de plasmar mi camino en búsqueda del amor de mi vida. Ya he hecho muchas cosas con tal de hacerlo mío, pero estoy seguro que si gano está vez, será la batalla definitiva.
Me llamo Valentín y estoy perdidamente enamorado de Vicente Bosch, el chico más guapo de todo el colegio. Le conozco desde pequeño, cuando éramos los mejores amigos del mundo.
Creerán que soy uno de esos estúpidos que babean por el hombre que aman, pero no hacen nada para lograrlo. Pues se equivocarán, porque no tengo nada de eso.
Mi padre es un reconocido Asesor Financiero del país, una de las autoridades más respetadas del mercado. Tengo todo el dinero que pudiera querer, viajes al extranjero y cinco tarjetas de crédito con cupo ilimitado.
Aunque no sólo eso me hace genial, porque además soy guapo. Vaya, qué digo, soy hermoso, la persona más guapa que jamás podrán ver. Me destaco por mi metro ochenta, mi cabellera pelirroja, mi silueta delicada y por sobre todo, por mis extraños ojos plateados, herencia de mi madre.
Siendo así, creerán que me sería fácil enamorar a Vicente, pero no, porque al igual que yo, él es sumamente popular y ¿para qué estar sólo con uno si puede estar con cientos? Es un hombre libre que folla a todo aquel que le abre las piernas.
Bosch es rubio, de profundos ojos negros, su piel está sensualmente tostada. Su rostro es una mezcla entre ángel y varón rudo, entre inocente y bribón. Y para qué hablar de su cuerpo, aquellos músculos que siempre luce sin camisa. Su piel es realmente deliciosa, todo un Adonis. Y lo que tiene entre las piernas no es natural, es tan grande que siempre la primera vez asusta.
Creo que desde los trece que hemos tenido sexo, y no hemos parado hasta ahora, que ambos hemos cumplido dieciséis. Puedo decir que somos amantes, algo carnal, pero no quiero sólo eso, también anhelo su amor y por ello estoy dispuesto a hacer muchos sacrificios.
He hecho de todo, pero no he tenido éxito por una simple razón: Verónica Almeida, la chica más perra de la Scuola Bianchessi, donde todos estudiamos.
A todo aquel que le mueve el trasero cae en sus garras. Su cabello es negro y liso, cae sedoso por sus hombros delgados. Tiene una figura delicada, incrementada por su piel pálida como la nieve. Sus ojos son de un profundo celeste, aunque su mirada es despectiva siempre.
Quizás se preguntarán qué he hecho para ganarme el corazón de Vicente; pues prácticamente he competido con la zorra de la Almeida. Primero eran juegos, quien daba el primer beso, quien lograba que se le declararan más personas. Siempre terminábamos en empate, por lo que debíamos buscar otra forma de determinar quién se merecía estar con Bosch.
Ahora que ambos hemos perdido la virginidad, se nos ocurrió lo más bizarro que puedan imaginar: aquel que folle con el mayor número de hombres de la escuela, gana.
Y adivinen... Sí, actualmente estamos empatados. Ambos hemos intimado con 87 chicos y ya no sabemos a quién más incluir, ya no quedan estudiantes en edad fértil.
Si quieren catalogarme como un puto, pues adelante, no me molesta. Sé que es envidia, porque soy mejor que ustedes en todo.
-Señor Pfeiffer, debe subir sus calificaciones, de lo contrario tendré que reprobarlo....- aparece de pronto la voz de mi profesora de matemáticas.
¡La odio! Es una vaca con traje, estoy seguro que me tiene manía, por eso siempre me coloca malas notas. ¿Por qué tengo que aprender logaritmos? Estoy seguro que en mi carrera de modelo no lo necesitaré.
-Buenos días alumnos...- ingresa la directora al salón.
Todos nos paramos y la saludamos, a ella, a la gran leyenda de la moda nacional: Silvia Bianchessi, quien creó este colegio para aceptar sólo a gente bella, por eso me espanto al ver con quien viene.
-Como sabrán, la profesora de matemáticas aquí presente, nos demandó hace un par de meses por no aceptar a su hijo, ya que él no era... No cumplía los cánones de esta escuela... Pues bien, los tribunales han pensado que aceptar sólo a gente guapa es discriminación y por eso tenemos que admitirlo... Les presento a Borja Rodríguez, su nuevo compañero- ¿qué cosa es eso? ¿es un humano?
Él es tan feo, tiene la cara llena de granos, el pelo se ve pegajoso, la piel amarillenta y sus ojos casi no se ven detrás de los anteojos. Por lo menos no es gordo, seria el colmo.
>>Ya tenemos el desempate<< Es el mensaje que Verónica envía a mi celular.
Mierda, tiene razón, esa cosa fea es el único estudiante con quien no hemos intimado. Lo miro una última vez para resignarme, no tengo otra opción, tendré que engatuzar al feo. ¡Dior me ampare!
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ADVERTENCIA: La belleza es peligrosa
Mystery / Thriller¿Por qué está lleno de gente hermosa pero fría? ¿Acaso la belleza no puede ser acompañada de bondad? La Scuola Bianchessi fue fundada por una de las mujeres más hermosas del país, y por ello, ha decidido crear un lugar donde la hermosura física se...