Día 32: La verdad de Alonso

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Leí una y otra vez lo que decía aquel mensaje. ¿En qué estaba metido Alonso? Muchas dudas se generaron en mi cabeza, pero solo tenía un pensamiento claro: es él quien me ha enviado anónimos todo este tiempo.

Decidí no entrar a clases y es que necesitaba aclarar mis ideas.

El moreno fue mi amante, siempre me ha dicho que me ama y que desearía tener una relación conmigo. Fue el mejor amigo de Vicente y debido a ello, lo nuestro era un secreto. Jamás imaginé que estuviera involucrado en todo este asunto. ¿Qué tiene que ver él con Francisca? ¿Por qué me ha enviado todos esos mensajes anónimos? Alonso sabe que la muchacha murió envenenada por aquella droga desconocido, pero ¿por qué conoce ese secreto?

Ya no hay nadie a mi alrededor que se libre de esta trama, tal parece que todos conocen un fragmento de la trágica muerte de Francisca, y yo no voy a descansar hasta llegar al fondo de todo.

Decidido a averiguar las razones del moreno, lo cité en el mismo parque donde suelo juntarme con Daniel.

-¿Por qué no querías entregarme el celular en la Scuola? - me preguntó tan solo al llegar.

A través de una nota en su pupitre, le hice saber que le estaría esperando en el parque para entregarle su móvil. Llegó como si no temiera a que yo hubiese descubierto su verdad.

-Ahí está... Y toma, te devuelvo todos los anónimos que me enviaste... - fui directo al grano y le entregué los papeles que había guardado.

Su rostro no se inmutó, como si hubiera sabido que todo eso ocurriría.

-Pensé que no encontrarías mi teléfono... ¿Te sientes mejor? - prosiguió como si fuera una conversación normal.

Con esas palabras me dio a entender que él había dejado su celular en el baño a propósito, queriendo que yo viera los mensajes que ahí guardaba. Sabía que estaba en el cubículo y por eso habló tan fuerte, para que supiera que se trataba de él.

-Ok, entiendo... Entonces, cuéntame... ¿Qué escondes y por qué quieres que lo sepa? - dejé la ambigüedad a un lado.

-Está bien... ¿Por dónde comienzo?... Por muchos años estuve enamorado de Verónica, en aquellos días en que era la mejor amiga de Francisca y parecía una chica normal... Hacía todo lo posible para que se fijara en mí, incluso me hice amigo de Vicente, solo para estar cerca de ella... Para ser sinceros, siempre lo odié... Despreciaba lo que yo quería... - Hizo una pausa para sentarse en una banca cercana.

-Un día, después de una fiesta, quise hablar con la Almeida para insistir en mi amor... La encontré en una pieza, vertiendo un líquido en una copa. Se colocó muy nerviosa e intentó disimular... Le seguí el juego, pero cuando llegué a mi casa busqué el nombre que había en ese frasco y me enteré que se trataba de Bergsucht, una droga que en grandes cantidades servía para matar a alguien... - Algo en mi interior sabía aquello.

-¿Quieres decirme que Verónica mató a Francisca y que tú siempre lo supiste? - pregunté enfurecido.

-Valentín, yo... Estaba enamorado de ella, por eso no dije nada... Siempre lamenté que toda la culpa hubiera recaído en Vicente y en ti, pero....cuando todo pasó, tuve miedo porque me convertí en cómplice... - Se levantó de su asiento y se me acercó, quería disculparse con vehemencia, tan solo que no lo dejé.

-Te hice una pregunta... ¿Verónica es la culpable de la muerte de Francisca? - quería una respuesta clara.

-Sí, ella la mató... - Lo dijo casi sin aire, agachando la mirada.

Por eso es que estuvo involucrada en el caso, los tribunales sabían lo que había hecho... Mis padres... Ellos.... Siempre supieron que era inocente.

ADVERTENCIA: La belleza es peligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora