Hay sentimientos que tienen una edad, como el encanto de despertar en los brazos de tu madre que se va desvaneciendo mientras creces. Como la vergüenza que sientes en la adolescencia por el amor que te expresan tus padres. O el extrañarlos por las noches cuando te has ido de tu casa. Es como si para cada etapa de tu vida, existiera un sentimiento ligado a tu familia. Tan solo que no siempre esto sucede en aquel orden, o por lo menos eso me sucedió a mí.
Ahora, cuando ya soy un adulto, he descubierto muchas emociones que no encontré en mi infancia, ni en ningún otro momento de mi vida. Por fin estaba al lado de mi padre, del ser que me entregó sus genes. Y aunque en muchos casos, ese lazo no es necesario para ser padre, aunque muchas veces quienes te adoptan son en realidad tu familia, en mi caso no fue así. Y en este momento, recién conozco lo que es tener un padre.
Para Javier todo era nuevo también, ha vivido solo prácticamente siempre y ya se había resignado a no poseer familia. Luego de hacernos el test de ADN, cuando todo fue comprobado científicamente, no cabía ninguna duda que debíamos estar juntos, que teníamos que recuperar el tiempo perdido.
Las primeras veces que nos juntamos, los silencios fueron imperantes. Entre las historias que nos contábamos, se creaban largas lagunas que solo nacen cuando no existe confianza. Todo eso cambió cuando ambos abrimos nuestros corazones y contamos nuestras realidades.
-¿Puedes creer que sigo enamorado de Antonio?... ¿Cuántos años han pasado? ¿Treinta? Y sigo sin poder controlar mis latidos cada vez que le veo...- comentó de pronto un día en una cafetería.
Supongo que su intención era confiarme su secreto más grande, demostrarme que confía en mí, en su único hijo. Aunque creo que fue más grande que eso, porque nunca le había comentado eso a nadie, se había confesado por fin, había liberado toda esa frustración que llevaba a sus espaldas.
-¿Y nunca pensaste en estar con otra persona para olvidarlo?- le pregunté, aunque la cuestión pareciera más un pedido de consejo.
-Claro que sí, pero nunca me resultó... y dudo que algún día funcione. El corazón no es racional, no puedes obligarle a sentir de otra forma, sólo él puede decidir a quién amar y a quien no... o tal vez no haya elegido muy bien...- el hombre se río tras decirlo, poniendo más ameno el momento.
Solo atiné a acariciar su mano, como forma de apoyo o algo por el estilo. Aquel tacto fue diferente, tuvo algo de energía, como una descarga eléctrica que recorrió todo mi cuerpo y accionó un mecanismo que había estado detenido por mucho tiempo. Desde ese día siento que el amor por mi padre solo ha crecido, que aquel engranaje oxidado se ha revitalizado.
-¿Y tú? ¿Qué sucede en tu corazón?- luego fue mi turno.
-Estoy enamorado de Daniel... creo que heredé tu mal de amores...- intenté hacer más relajado mi sufrimiento.
-¿Y ya te has dado por vencido?- preguntó muy serio.
-Él está casado, me debe odiar por todo lo que hice, somos enemigos comerciales... Creo que nuestra historia está más que destruida. No hay ninguna posibilidad...- fui sincero.
-Yo me alejé de Antonio porque él ya amaba a otra persona, pero jamás me rendí porque hubiera cometido un error... Si tú crees que arruinaste su relación, tal vez deberías seguir intentando...-trató de aconsejarme.
-No es solo eso... ¿quién en su sano juicio comete lo que ellos hicieron conmigo? Es desquiciado y desproporcionado... No es tan solo lo que yo hice, sino que lo que ellos intentaron hacer... Es difícil para ti entenderlo, porque aunque soy tu hijo, sigo siendo un desconocido y en comparación, conoces mucho mejor a Antonio...- era verdad, podría ser entendible que él prefiriera confiar en los Palmer.
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ADVERTENCIA: La belleza es peligrosa
Mystery / Thriller¿Por qué está lleno de gente hermosa pero fría? ¿Acaso la belleza no puede ser acompañada de bondad? La Scuola Bianchessi fue fundada por una de las mujeres más hermosas del país, y por ello, ha decidido crear un lugar donde la hermosura física se...