Tuve que fingir paz toda aquella cena, intentar esconder mis ganas de encarar al rubio traidor. ¿Cómo se le ocurre estar con Verónica? Daniel me desilusionó mucho, jamás pensé que estaría aliado con esa arpía.
-¿Y desde cuándo están juntos? - preguntó Leonardo.
-Hace un par de días... Éramos compañeros de colegio y nos volvimos a encontrar en una fiesta... - respondió la Almeida.
Claro, nunca van a reconocer que han estado juntos desde siempre y que me engañaron todo este tiempo. Pensé mientras veía como los novios se tomaban las manos para demostrar su romance.
-Disculpen... - no aguanté más y me marché del comedor.
Entré al baño para lavarme el rostro y olvidar aquella escena que tanto asco me dio. Todo era una provocación de esa zorra, quería demostrar que todavía puede dañarme, que el ser novio de su padre solo fue un ataque más, que no se ha desmoronado después de ello.
De pronto escuché como la manilla de la puerta comenzó a girar. En mi interior imaginé que se trataría de Daniel, quien querría explicarme lo que ahí sucedía, pero me equivoqué, no era el muchacho quien me visitaba.
-¿Te sientes bien? - preguntó Leonardo, quien parecía preocupado por mi.
Mencioné que estaba bien, que no me había sucedido nada, tan solo que no fui lo suficientemente convincente como para despejar las dudas del hombre.
-¿Él te gustaba en la Scuola? - escuché de pronto, como si hubiera leído mi mente.
Volteé asustado, ¿cómo había podido enterarse de eso?
-¿Por qué me miras así? Es muy evidente, además Verónica me había dicho que competía contigo por los chicos... - Me asombró escuchar aquello.
Muchos recuerdos vinieron a mi cabeza, momentos de aquella época en la cual estaba enamorado de Vicente, en que competía de mil maneras con la Almeida para conseguir su corazón. ¿Todo eso se lo había contado a su padre?
-Sí, me gustaba... - hice una pequeña pausa antes de dejar escapar las palabras más estúpidas que pude decir. - No, miento... No me gustaba... Lo amaba... Y no es algo pasado, todavía lo amo... - le confesé mis sentimientos a quien ahora era mi novio.
Observé cómo el rostro de Leonardo no se inmutaba, como si eso también lo hubiera sabido de antes.
-Era obvio que amabas a alguien joven... Pero eso me gusta, me encantan las competencias... Te aseguro que en un tiempo más dirás que a quién amas es a mí.... No te he esperado todo este tiempo para perder al final... - sonrió seguro de sí mismo.
-¿Qué? ¿Acaso no te molesta?.... ¿Puedes contarme la verdad?... Me intrigan tus palabras, ¿cómo es eso que me has esperado hace mucho? Es la segunda vez que me lo comentas... - mi estómago se había contraído, algo extraño sucedía, algo más grande que mi rivalidad con Verónica.
-No, no eres digno de saberlo todavía... Cuando vea que realmente me amas, podrás escuchar la verdad... - y tras decirlo, se marchó dejándome nuevamente solo en el baño.
Un sudor frío recorrió mi espalda, estaba perplejo y asustado, intrigado con las razones de un hombre, del padre de una asesina.
No te dejes engañar Valentín, nada bueno puede venir de un Almeida, esto debe ser un ardid más de aquella zorra, algo están tramando y no descansaré hasta averiguarlo, porque no me dejaré vencer sin antes pelear.
Decidí no regresar al comedor, me encerré en mi cuarto a meditar sobre las palabras de Leonardo, sobre todo el peligro que podría tener al otro lado de mi cama.
Alguien golpeó la puerta, imaginé que se trataría de Consuelo, quien me llevaría la cena que no comí. Nuevamente fui sorprendido por esa familia, ya que en esta ocasión se trataba de Verónica quien se acercaba a hablarme.
-Deja adivinar... Imaginas que Daniel y yo éramos pareja desde hace mucho tiempo, que te engañamos para poder ganarte.. Pues, deja decirte que te equivocas... Todo lo que dije es verdad, comenzamos a salir hace muy poco... Puedes creerme o no, eso me da igual, porque ahora vengo a protegerme... Si resulta ser que las intenciones del Palmer es hacer justicia y ayudarte como un héroe, déjame pedirte un favor... Dile que no sea tan estúpido y que si se atreve a hacerme algo, tendrá el mismo final de Vicente... - ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué tiene que ver ella con la muerte de Bosch?
No pude controlar mi ira ante los pensamientos que surgieron en mi cabeza, así que me levanté como una gacela y ataqué a la ojiazul, la tomé del cuello con mis propias manos y la obligué a hablar.
-Por favor, ¿acaso creías que la coreanita iba a tener los cojones para asesinarlo? Claro que no... Si no se lo hubiera pedido a Borja, Victor o como se llame, Vicente nunca hubiera muerto... ¿De qué te sorprendes? Eunbyul no te dijo nada porque la amenacé con matarte si decía la verdad... - aquella escoria reconoció todo lo que había hecho, todas sus fechorías con una sonrisa en el rostro, riendo como si le diera placer recordarlo.
Estaba tan sorprendido que bajé la guardia y la Almeida se zafó de mi agarre.
-Vete de esta casa o tendré que hacerlo de nuevo... Porque... No quieres que nada malo le pase a Daniel o a esa pobre sirvienta que trajiste ¿verdad? Date por vencido, si no quieres ver sufrir a la gente que quieres... Otra vez.. - me amenazó antes de marcharse victoriosa, viéndome completamente abatido.
Vicente... ¿Qué hiciste para que Verónica te matara? ¿Qué otras cosas hay ocultas detrás de esa desquiciada?
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ADVERTENCIA: La belleza es peligrosa
Mystery / Thriller¿Por qué está lleno de gente hermosa pero fría? ¿Acaso la belleza no puede ser acompañada de bondad? La Scuola Bianchessi fue fundada por una de las mujeres más hermosas del país, y por ello, ha decidido crear un lugar donde la hermosura física se...