La mansión Almeida es opulenta, de fachada amplia, grandes ventanales separados por antiguos pilares que le dan una apariencia elegante, casi de la realeza. Al estar frente a esa estructura recordé todo lo que viví en aquel sótano, en todas las noches en que el frío calaba mi piel y congelaba mis huesos, aquellos golpes que me propinaron mis verdugos y que me hicieron sangrar grotescamente.
Logré salir de aquel infierno, recuperar mi salud y seguir adelante, enceguecido por la idea de superar a Antonio Palmer, de demostrarle que era suficiente para su hijo y que merecía su amor. Estuve persiguiendo un anhelo que más parecía competencia.
En medio de la oscuridad, frente a la estructura que significaba tanto en mi vida, pude ir más hacia el pasado y recordar mi infancia. En ese entonces estuve nublado también por una lucha sin sentido, por querer destacar en algo carente de significado como es la belleza. Me obsesioné con recibir halagos por mi apariencia, que todos quedaran impactados por mi mirada y por mi rostro angelical. Era feliz en aquel ínfimo instante en el cual recibía una palabra de alabanza. ¿Y después qué? Mi vida seguía sin sentido, sin el amor de mis padres ni la contención de nadie quien se preocupara por mí.
Tanto en mi juventud con la belleza, como en mi adultez con el poder, perseguí una meta que finalmente no me llenaba, que no era lo que quería, porque... buscando impresionar a otros, terminé perdiéndome, no pude estudiarme ni comprender quién soy. A mis treinta años me percaté que no me conocía, que el misterio más grande de todos es mi verdadero ser.
¿Quién era antes? El que quería a Vicente. ¿Quién soy ahora? El que quiere a Daniel, el que llegó a la cúspide del poder para mendigar un amor que ni siquiera me he cuestionado, que simplemente le di por un hecho. ¿Qué hay realmente en mi corazón?
Ingresé finalmente a la mansión y aun cuando es una estructura enorme, me sentí ahogado, enjaulado en un mausoleo ajeno, en un monstruo construido por una bestia. Subí las escaleras sintiendo la opresión de mi pecho, y cuando llegué a mi cuarto me encontré con Víctor.
-Quiero que me digas dónde está Verónica...-es todo lo que pronunció al verme.
-Marcela está muerta...-respondí sin prestarle atención.
Su rostro se inquietó, la rabia se disipó de inmediato dando paso a la pena.
-Lo siento mucho... Sé que era importante para ti...- se lamentaba al percatarse de su falta de tino.
-¿Sabes? Te voy a dar el mismo regalo que ella me dio a mí...-le dije al percibir la desesperación que tenía por encontrar a Verónica.
-Ella destruyó tu vida quitándote a tu hermana, te ha hecho sufrir como nunca nadie te ha lastimado... sin embargo, no te hace mejor persona el querer vengarte. Si sigues con esa aspiración, lo único que lograrás es ser como Verónica. Recuerda que ella también tuvo motivos para convertirse en tal monstruo. No termines del mismo modo... Anhelo de todo corazón que logres tomar la decisión correcta...- tras decir esto, escribí en un papel la dirección del burdel donde se encuentra aquella mujer y se lo di en las manos.
-¿Aquí está ella?- leyó la dirección sorprendido.
No quise seguir con aquella charla porque probablemente su sed de venganza no vaya a terminarse tan fácilmente. Lo más seguro es que lleve ante las autoridades a aquella asesina, para que le den la sentencia que se merece y pueda cumplir su pena bajo la justicia de los hombres. Como si ello pudiera borrar todo el daño que hizo.
Esa noche no pude dormir, estuve recostado en la cama de un hotel mirando el techo pensando en todo lo que he hecho con mi vida, en todas las victorias y fracasos que me han llevado a ser Valentín Pfeiffer. ¿Esa es la vida que quiero? ¿Cuál es la meta que quiero lograr? ¿Qué me hace realmente feliz?
ESTÁS LEYENDO
ADVERTENCIA: La belleza es peligrosa
Mystery / Thriller¿Por qué está lleno de gente hermosa pero fría? ¿Acaso la belleza no puede ser acompañada de bondad? La Scuola Bianchessi fue fundada por una de las mujeres más hermosas del país, y por ello, ha decidido crear un lugar donde la hermosura física se...