Día 7: Novios

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No iba a permitir que Verónica me ganara, antes preferiría morir. Es por eso que pasé muchos días pensando en la forma cómo  revertir la situación.

En ese tiempo, la Almeida no se quedó  quieta y es que tras ver a Vicente y a Borja peleando por ella, decidió seguir el mismo truco que yo había utilizado: sacarle celos con alguien muy feo.

De pronto,  tanto la maraca como Rodríguez comenzaron a ser novios,  todos los veían tomados de las manos y dándose besos a escondidas.

Borja se ve feliz, como si hubiera encontrado al amor de su vida.  ¡Qué  rabia!  ¿Cómo puede preferir a esa pelo negro antes que a mí...  Claro que estoy ofuscado porque ella es mi enemiga.  No vayan a creer que siento celos, porque jamás  podría sentir algo por el feo ése.

-Lo siento Vicente, me he enamorado de él...  Me di cuenta tarde.  Y es que él  me quiere solo a mi,  me es fiel y no se revuelca con medio colegio...  Como tú... - es lo que Verónica respondió  ante los ataques de mi amado.

La muy zorra lo dijo bien fuerte, para que todos en el salón la oyeran y se enteraran que había rechazado al gran macho del colegio.

Era obvio que quería desestabilizarlo,  romper su ego para que decidiera serle fiel y así  ganarme.

¡Maldita!

Yo no me iba a quedar con los brazos cruzados, si no me resultó con Borja, entonces tendría que suplirle y qué  mejor que con Alonso, el mejor amigo de Bosch.

Decidido busqué  al moreno por todos  lados. Lo encontré en los baños más alejados, donde follaba con un chico de unos cursos menores. Sin pedir permiso golpeé la puerta con mi pierna y la derribé en el acto.

-Sal de aquí pendejo... - es todo lo que dije mientras me miraban atónitos.

-No quiero... - refunfuñó el estudiante.

Cansado, lo tomé  del cabello y lo arrastré  hasta la salida.  Lo lancé  al suelo sin compasión, para luego cerrar la puerta con llave.  Por fin estábamos los dos solos.

-Desde ahora serás mi novio... - es la forma en que le conté mi decisión.

El chico de piel oscura y cabello rapado,  se subía los pantalones y quedó  a medias debido a lo imprevisto de mis palabras.

-¿Y por qué debería aceptar? - respondió aprehensivo.

-Porque es la única opción  que tienes para estar conmigo...  Si me rechazas no volverás  siquiera a tocar mi piel...  ¿Entiendes? - no quería perder más tiempo, debía actuar cuánto antes.

Calló, supongo que se percató que hablaba en serio y se atemorizó con la idea de no ser nunca más amantes.

Me acerqué, tomé  su rostro con mis manos y le besé apasionadamente. Pronto sentí que su polla volvía a erguirse. Le sonreí coqueto, para luego arrodillarme. Bajé la cremallera de su pantalón a medio subir. Con su carne ardiente cerca de mi rostro, le miré directamente a los ojos.

-Esta va a ser la primera mamada que te haga como pareja... - exclamé.

Tomé  aquel enorme trozo y lo acaricié con devoción. Supongo que han escuchado que los morenos lo tienen muy grande...  Y bueno, es verdad. Alonso está  muy bien dotado, incluso más  que mi amado.

Llevé la glande a mi boca y la llené con mi saliva. Mi lengua le hacía estremecer mientras lamía su piel caliente. Primero el falo para luego bajar a los testículos. Apenas me entraba en la boca y hacía todo lo posible por llevarla  hasta mi garganta. Finalmente eyaculó y repletó mi boca con su semen, tanto que salía  a borbotones por mis labios.

Ya limpios, salimos del baño y en medio del patio,  nos besamos. Todos quedaron sorprendidos con nuestro acto, entre ellos Vicente, que veía como su compañero de tenis le quitaba un amante.

Bosch simplemente se marchó, sin demostrar sentimiento alguno. Aunque sé  que le dolió demasiado.

Veamos qué  sucede ahora , porque estoy seguro que él  luchará por mi amor.

ADVERTENCIA: La belleza es peligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora