Día 51: Nuestra reunión

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Bajo el más estricto secreto, nos reunimos en casa de Eunbyul. Todos tuvimos cuidado de no ser seguidos, dando vueltas por la ciudad y cambiando de taxis, todo con tal de no ser descubiertos por Verónica.

Como en el colegio, preparé una presentación en la habitación de mi amiga para demostrarle a todos quién es en realidad nuestra enemiga.

Fui el primero en llegar y luego me siguió Daniel. Fue extraño verle de nuevo sin la compañía de su novia, me recordó cuando éramos amigos hace un par de meses, antes que me rechazara.

-Víctor va a llegar en diez minutos más... No vinimos juntos para no levantar sospechas... - mencionó el rubio para romper el silencio imperante.

-¿No vas a decir nada más? ¿No nos vas a explicar por qué eres novio de la Almeida? Y si es así, si la quieres tanto, ¿por qué te juntas con nosotros? ¿Quieres decirle todo lo que hablemos aquí? - fui directo al grano y es que no soportaba más tanta duda sobre él.

-Valentín, calma... El pobre acaba de llegar... - intervino Eunbyul, al darse cuenta que estaba gritándole a Palmer.

No pude controlarlo, sentía mucha rabia hacia él y es que, de todas las personas que existen en el mundo, ¿por qué justo se fijó en esa ramera?

Tuve que contenerme, supuse que todo se sabría a su debido tiempo.

Tal como había predicho, el falso Borja llegó a los diez minutos y con ello, dimos inicio a la reunión.

-Menos mal que en este miserable país no existen las pulseras con GPS para los asesinos dejados en libertad... Porque te recuerdo que no puedes estar a menos de 200 metros cerca de mí... - Ok, no fue la mejor bienvenida para Victor, pero no pude contenerme, estaba frente a dos traidores.

¿Por dónde partir? Nadie sabía y es que todos nos quedamos callados. Supuse que tenía que hablar yo y es que todo eso fue mi idea.

-Esta bien, para nadie es un secreto que Verónica es una perra, disculpas para el novio, pero es la verdad... Todos aquí deberíamos tener un motivo para odiarla y es que nos ha hecho mucho daño... Excepto a ti Daniel, porque no te ha hecho nada... Solo abrirte las piernas... - Es como si no pudiera controlarme, como si me hubiera poseído el antiguo Valentín, ese sin cerebro y que solo pensaba en su físico.

-¿Puedes parar la escena de celos? Él te rechazó, ya supéralo... - intervino Victor, él muy desgraciado me dejó en vergüenza.

-Eso da igual... Lo importante es que si nos unimos podemos destruirla, hacerle pagar por todo lo que nos hizo... Que pague por haber asesinado a Francisca, por haber confundido a este cretino, hermano de la difunta, que creyó que el asesino era yo y quiso matarme junto a la profesora Elena... ¿Acaso no te ha hecho el suficiente daño?... Y por si fuera poco... - tuve que detenerme en ese momento, porque un nudo se me formó en la garganta.

-Además, te hizo asesinar a Vicente... ¿Por qué? ¿Por qué le hiciste eso a él? ¿Por qué quiso abusar de tu hermana? ¿Por eso?.... - interrumpí todo, y es que el recuerdo de mi primer amor me hirió con potencia.

Víctor vio sus pies, no levantó la mirada, intentaba eludir la pregunta.

-Estaba enamorado, pensé que la mejor forma de ganarme su amor era de esa manera... Haciendo justicia con quien quiso violarla y contigo, que se supone la habías envenenado por celos... - respondió finalmente, aunque con un hilo de voz, totalmente apenado.

Callé durante unos minutos, el perro ese había reconocido sus fechorías, ya era un avance.

-Todo el mundo le echó la culpa a Eunbyul, porque a ella quería inculpar Verónica por la muerte de Vicente... Además quiso envenenarla como hicieron conmigo, para callarla por siempre... - seguí con mi monólogo para señalar por qué mi amiga debiera apoyarnos.

-Y Daniel... Bueno, es mejor que lo vea con sus propios ojos... - sentencié para luego dar play al vídeo en la televisión.

En ese momento comenzó a mostrarse cómo la Almeida se encama con su propio padre. Quería que Daniel lo supiera, que se enterara de una manera humillante cómo estaba siendo engañado.

Eunbyul y Víctor quedaron impactados, no podían dar crédito a lo que sus ojos veían, aquel acto incestuoso que tuve la desgracia de grabar.

Aunque sus compañeros estaban impactados, nada podía sorprender a Daniel, como si ya lo hubiera sabido. Lo observé con detención, algo estaba pasando, había otra cosa que el rubio me estaba ocultando.

-No soy el único que lo sabía... También Vicente y... Alonso... ¿Acaso creías que Verónica mata por diversión? Claro que no... - quién terminó sorprendido fui yo, tal parece que el mundo que me rodea es más perverso de lo que imaginé.

ADVERTENCIA: La belleza es peligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora