Día 11: Me enamoré

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Al final sucedió lo que tenía que suceder, Verónica dejó a Borja de una manera sumamente humillante.

Estaban ambos sentados en una banca del patio, como ya se les ha hecho costumbre durante estos meses, ella le rechaza, le trata como a un estorbo y él no hace nada para defenderse. Esta ocasión fue diferente, ya que la Almeida no soportó más.

-¡Entiende que me das asco! No puedo soportar más tu aliento fétido, tu cara repleta de espinillas y grasa... Eres el ser más repugnante que he conocido... ¿Sabes por qué estaba contigo? Por la misma razón que Valentín, porque quería sacarle celos a Vicente con alguien inferior, para que él se sintiera humillado... Ya me cansé de este jueguito, ni siquiera para sacar celos sirves...-Gritó a los cuatro vientos la muy desgraciada.

No hay que ser un adivino para comprender que Bosch está detrás de aquel berrinche y es que esa zorra no se quedaría con los brazos cruzados al ver que su amado está tan interesado por mi amiga. Lo más probable es que haya ido a reclamarle y él, en su "infinita bondad" le diría que la perdonaba, solo que debía volver a sus brazos y dejar aquella relación patética con el feo. Supongo que el rubio opera siempre de la misma manera, es muy predecible.

¿Y por qué llegué a esa conclusión? Porque aunque haya humillado a Eunbyul delante de toda la Scuola Bianchessi, al otro día le regaló un ramo de rosas. No va a dejar que su presa se le escape, llegará hasta el final de su propósito. Nunca nadie se le había resistido y ahora que la coreana lo ha hecho, se siente desafiado, ya no es una venganza contra mí, sino que una caza para demostrar lo macho que es.

-Por favor discúlpame... No fue mi intención hacerte daño... Solo que no puedo concebir que me hayas impedido llegar a tu corazón... Te pido, no... te suplico que me des una segunda oportunidad... ¡Por favor!- se arrodilló Vicente para darle el ramo de rosas rojas.

Obviamente Kim rechazó sus rosas, y es que nadie en su sano juicio aceptaría la propuesta de un agresor. Debo reconocer que verle así, tan romántico, me causó envidia. Eso era lo que siempre deseé y ahora Eunbyul lo tenía, sin siquiera quererlo, enfadándole incluso.

-No me gusta... Es el ser más repugnante que he visto en mi vida...- me confesó una vez solos, bajo aquel sauce aislado.

-No te preocupes, yo haré todo lo posible con tal de defenderte... Nadie te hará daño...- Le prometí mientras la abrazaba.

Algo ha cambiado dentro de mí, es como si un ser maligno me haya poseído por muchos años, desde aquel día... desde que Francisca murió. Me enceguecí con Vicente, creyendo que era la única persona capaz de entregarme el amor que mis padres me quitaron. Ahora me percato que la única persona que siguió a mi lado y me contuvo, fue ella... Eunbyul, mi mejor amiga. Por eso no dejaré que caiga en las mismas trampas en las que caí yo. A ella no le sucederán las mismas desgracias que a mí, eso lo juro.

Ella se marchó al baño, tenía que lavar las lágrimas secas de su rostro. Mientras, yo me quedé en aquel lugar, recibiendo la sombra de aquel vetusto árbol y siendo acariciado por el viento tibio de mediodía. 

De pronto, veo una silueta cercana acercarse. Ahí me quedé viendo a Borja, caminando cabizbajo, casi sin energías. Había olvidado que también es su lugar especial, donde le encontré llorando aquella vez. Cuando se percató de mi presencia, intentó huir. Verónica le había contado toda la verdad.

-¡Espera! Necesito explicarte lo que ha sucedido.... Por favor... Ya no soy el animal de antes, he cambiado...- me levanté para detenerle, tomando su brazo afligido.

No mostró resistencia, aunque se quedó de espaldas, incapaz de mostrarme la cara. Ese gesto me bastaba, así comencé a explicarle.

-Todo lo que dijo Verónica es verdad... Ella y yo... te utilizamos...No hay ninguna razón que pueda darte para justificarnos, pero... No sé que te hace Vicente que terminas loco por él, y haces cualquier estupidez con tal de lograr su amor. Te prometo que ahora soy diferente y que me arrepiento mucho por haberte metido en todo esto... Dime, ¿qué puedo hacer para remediar mi error?- traté de hablar desde mi corazón, como hace mucho no hacía. 

Él no dijo nada, solo siguió su rumbo, marchito por el dolor de una ilusión, de un amor que le alegró sin saber de su falsedad. 

-Desde que te vi llorar... yo... algo cambió en mí... No sabría cómo explicarlo, pero... No puedo sacarte de mi cabeza. Lo he intentado, tan solo que...-Maldición, quise parar en ese momento, tan solo que no pude. -Creo que me enamoré de ti...- y lo que he intentado acallar en mi mente, salió por mis labios sin querer.

Nuevamente no recibí respuesta de su parte. En cambio, percibí una presencia que no había sentido y que estuvo desde hace mucho allí, escuchando mis palabras. 

Vi los ojos tristes de Alonso, reprobando mi confesión de amor. Todo este tiempo he fingido ser su novio, sabiendo que me ama y haciendo con él lo mismo que hice antes con Borja. Ya le he hecho mucho daño a mucha gente, debo detenerme. 

ADVERTENCIA: La belleza es peligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora