Día 29: Otro Culpable

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Bergsucht, averigua qué es y sabrás por qué murió Francisca.

La nota que encontré en mi bolso fue el detonante de toda la verdad, o por lo menos de la parte más importante de ella.

-Quiero que me ayudes a investigar. Tú papá tiene mucha influencia y puede averiguar en los tribunales de justicia... Te lo suplico, necesito saber la verdad.. - le supliqué a Daniel.

Necesitaba saber si esa nota era verdadera, porque si fuese así, significaba que... Oh por Dios, incluso ahora me cuesta decirlo.

Aquella droga es la misma que Borja me está suministrando para acabar conmigo. Es mucha la coincidencia, por lo que sólo hay dos posibilidades. El feo es quien me manda las notas y quiere desestabilizarme, que crea que la muerte de Francisca tiene que ver con la mía, sin siquiera saberlo. O, la otra opción, es que tanto él como su madre hayan sabido esta verdad, que la chica... Murió envenenada, y quieren asesinarme de la misma forma en que se supone, yo lo hice con ella.

¿Se dan cuenta de lo que significa? Si todo es cierto, quiere decir que no tuve nada que ver en la muerte de la chica, que aquella estocada que ayudé a propinarle no fue la causante de su deceso, sino que un tercero, alguien que quería verla muerta.

El corazón no paraba de galopar en mi pecho, era mucha la incertidumbre que tuve mientras esperaba la ayuda de Daniel. Fue horrible tener la posibilidad de limpiar mi conciencia, porque toda mi vida, o lo que creía que era, se destruyó luego de ese accidente.

Fue un suplicio fingir ser el novio de Borja luego de todo lo sucedido. Reconozco que antes era un juego, me estaba defendiendo de un enemigo, de quien quería hacer justicia por un error que había cometido. Tan sólo que ahora, podría ser que la verdadera víctima fuera yo, que me inculparon siendo inocente, que mis padres me odiaron sin creer en mí, sin pensar que tal vez su hijo no tuvo nada que ver.

Estaba pensando en ello en el almuerzo, cuando de pronto me percato que Daniel me estaba haciendo un gesto. Estábamos sentados en la misma mesa y me instó a observar frente a mí.

Me encontré con la mirada penetrante de Borja, una que nunca había percibido antes, una que me desnudó por completo. Jamás le había visto de esa manera, siempre fue frío, como si no tuviera vida, y en ese momento, se convirtió en un volcán, en alguien apasionado.

-¿Qué sucede? - pregunté un poco asustado.

El chico salió de su trance avergonzado, al parecer esa fue una jugada que no planificó.

¿Qué habrá estado pensando? ¿Tal vez en mi muerte? ¿En su venganza? ¿En cómo se supone que maté a Francisca?

Quizás la idea de convertirse en un asesino le aterra, porque últimamente ha estado muy extraño. Usualmente podía reconocer aquella chispa de amor cuando se cruzaba con Verónica, tan solo que ahora la observa sin ánimos, como a cualquier otra chica. ¿Qué le está sucediendo a este sujeto?

No debería hacerlo, es quien quiere acabar con mi vida, tan solo que no he podido evitar preocuparme por él. Es estúpido, mi mente quiere odiarlo, aborrecerlo por lo que planea hacerme, tan solo que mi corazón no me lo permite. A veces soy más débil de lo que quisiera.

Búscame en el parque.

Finalmente llegó la invitación de Daniel, había obtenido los documentos que le solicité, por fin sabría la verdad, esa que siempre quise ocultar.

Llegué media hora antes del encuentro, caminé en círculos por mucho tiempo, ansioso, nervioso de lo que me enteraría.

-Te prometo que te ayudaré hasta el final, ahora más que nunca.. - fue lo único que me dijo el rubio para luego entregarme un sobre.

Mis manos tiritaban. El invierno estaba en su apogeo, la neblina nocturna estaba apareciendo a lo lejos, las hojas doradas caían melancólicas al suelo. El vapor de mi boca se disipaba con ánimo frenético, no podía aguantar más.

Abrí el sobre con mis dedos entumecidos, ansioso comencé a leer aquella hoja.

Razón de la muerte: paro cardioresporatorio fulminante, paciente no presentaba antecedentes anteriores.

-No murió por la herida, ni siquiera murió desangrada, más abajo aparecen los resultados de los exámenes de sangre y aparece un compuesto desconocido suministrado poco antes de la hora de muerte... Creo que son los mismos componentes del veneno que te dan... La herida fue superficial y jamás hubiera provocado su muerte... - relató Daniel.

El mundo se me vino encima, todo por lo cual me llegué a odiar era mentira, nunca fui un asesino, hay alguien ahí afuera que si es el culpable y que nunca sufrió por lo que hizo. Me destruyeron la vida, me convirtieron en un monstruo y nunca lo merecí.

ADVERTENCIA: La belleza es peligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora