Tonta Venganza

CAPITULO 1

Alonso.

-No, no... Jos, por favor deja eso... ¡Jos!

Me levante de golpe en medio de la oscuridad. Sentía el sudor frío recorrer mi frente y la espalda. Soñé de nuevo lo mismo. Joder ¿Cuándo acabara? Ya han pasado casi dos años. No puedo soportarlo.

Me levante y camine hacia el cuarto de baño. Encendí la luz y me mire al espejo. Hace días que no duermo como debe ser y eso esta mal. No estoy rindiendo lo suficiente en la escuela. Estoy a finales de semestre y tengo encima exámenes universitarios.

Tome agua con mis manos y la eche sobre mi rostro. En eso una tenue luz ilumino no habitación. Era mi celular. Camine hacia el y vi que era una llamada de Sam.

-Hola, Sam...

-¿Te desperté?

-Para nada. Estaba despierto-me senté en un sofá cerca de la ventana-. ¿Qué pasa?

-Siempre te llamo a esta hora para despertarte y que no llegues tarde a la escuela. Solo que esta vez me ganaste-una tímida risa se escucho del otro lado de la linea-.

-Sí, es que...

-¿Tuviste ese sueño otra vez?-note preocupación en su voz.

-No fue nada. Estoy bien.

-¿Has pensado en tomar terapia, amor? Quizá...

-No, Sam, definitivamente no.

-Vale. No voy a presionarte... Oye, hable con mis papás ayer.

-¿Ah si?

-Preferiría contarte en la escuela ¿te parece?

-De acuerdo... Paso por ti en dos horas ¿va?

-Vale. Te amo.

-Y yo a ti.

Colgué y me metí a darme una ducha de agua caliente. Cerré los ojos al sentir el agua en mi cuerpo y... Esas escenas aparecieron. Jos en un ataúd. La gente diciendo que había sido mi culpa. Joder. Abrí los ojos de golpe y mire hacia todos lados.

-Vamos, Alonso, relajate. Éstas solo. Solo son feos recuerdos. Olvidalo.

Enjuague mi cabello de todo rastro de jabón y luego de unos minutos salí envolviendo una toalla en mi cintura. Mire mi closet decidiendo que usar. Opte por un pantalón azul oscuro acompañado de una playera blanca y una camisa de botones del mismo color. Tome unos zapatos de vestir y me los coloque. Me mire al espejo y trate de acomodar mi cabello. Al final quedo alborotado y así lo deje.

Baje al comedor y me tope con mi papá solo en este.

-¿Y mamá?

-Buenos días, hijo, amanecí bien, gracias.

-Como sea-me senté al otro extremo de la mesa.

-¿Cómo vas con Sam?-dijo viéndome por encima del periódico.

-¿En serio te interesa?-devolvió la vista a su periódico-. Lo sabia.

-Oh, buenos días.

Era mi madre entrando por la puerta de la cocina con un florero. Que horror.

-¿Cómo amaneciste?-beso mi cabeza.

-Ay, mamá, no hagas eso-acomode mi cabello-. Carajo.

-Ay, que amargado.

-Tengo que irme-tome una manzana de la mesa.

-Es temprano aun...

-Debo pasar por Sam-mordi la manzana-. Hasta la noche.

Tome las llaves de mi auto y salí de mi casa. Lance la manzana a los arbustos al salir y me monte en mi auto. Conduje hasta casa de Sam y me detuve ahí. No se veía movimiento. Posiblemente Fatima este en el departamento de Bryan. Esos dos son una bomba cuando están juntos. Deberían casarse antes de que Mouque dé "en el blanco".

Baje del auto y camine hasta la puerta de la casa. Toque el timbre y espere. Sam no habría. Eso era raro.

-¡¿Sam?!-dije tocando de nuevo.

-¡Voy!-se escucho a lo lejos. Espere unos minutos y la puerta se abrió. Mire a una desarreglada Samanta frente a mi.

-Hey, ¿Qué pasa?

-Pues... Pasa-camino hacia dentro y yo la seguí luego de cerrar la puerta. Se sentó en la barra y yo me coloque entre sus piernas.

-¿Vas a decirme?

-Mis padres se enteraron.

-¿Qué?

-Alguien les mando una carta donde les decían que yo había matado a Jos... O bueno, que yo había hecho que se suicidara-llevó si vista hacia otro lado que no fueran mis ojos.

-Nena-la hice que me viera-. No pasa nada, ambos sabemos que no fue nuestra culpa...

-Lo fue Alonso-trato de bajarse de la barra pero no la deje-. Él me lo advirtió...

-Quiso chantajearte. No lo logro. Solo... Olvidalo. Ya es pasado, queramos o no-tome su rostro entre mis manos-. Escucha-me miro-, no voy a dejar que esto nos afecte ¿okey? Que si la gente dice que estamos siendo felices a costa de la vida de Jos, me importa un carajo, lo que importa es que te quiero, que te amo, y que... Quizá suene arrogante pero Jos no supo perder, gane tu corazón... Mejor dicho tu corazón siempre fue mío y él no quiso aceptar eso.

-Te amo, Alonso.

Me acerque a ella y la bese. Sus brazos rodearon mi cuello y los míos bajaron a sus piernas y muslos. La atraje más a mi, acortando toda la distancia. Los besos subieron de nivel hasta que ni pudimos respirar.

-Si no estuviéramos en finales me quedaba a hacerte el amor-tome su labio inferior entre mis dientes, mordiendo ligeramente.

-Eso quisiera yo.

-Ve vistete. Llegaremos tarde.

-Vale.

La baje de la barra atrapando sus labios en el acto. Se dirigió a su habitación sin soltar mi mano hasta que ya no pudo sostenerla. Me senté a esperarla en la sala.