CAPITULO 49

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Sam.

Un fuerte dolor se me presentó repentinamente en el vientre bajo, me enderece lentamente en la oscuridad de mi habitación y busque con mi mano el interruptor de la luz al lado de mi cama.

-Ah...

Fije mis ojos en Alonso, dormía plácidamente en la cama improvisada que se hizo con algunas cobijas y una almohada; desde hace unas semanas había decidido quedarse en el suelo de mi cuarto ya que era el ultimo mes de mi embarazo, y estaba igual o más nervioso que yo.

-No ahora... P-por favor, no estoy lista...

Respire entrecortadamente intentando levantarme de la cama sin despertar a Alonso, quizá solo son algunos espasmos como anteriormente.

-¡Au!

Cubrí mi boca con mi mano, Alonso se removió en su lugar y abrió los ojos para encontrarse conmigo.

-se levanto rápidamente-. ¿Qué pasa, Sam?

-jale aire unas cuantas veces antes de responder-. Creo que ya... Va a nacer.

-¿Ahora? Joder-abrio la puerta del cuarto y se paró en el pasillo-. ¡Ya va a nacer!

-¡No grites!

-Vamos, calmate, te llevare al hospital ahora-se acercó a mi y me levanto en sus brazos sin esfuerzo.

-Alonso... Tengo miedo...

-Tranquila... Yo estoy contigo. Todo saldrá bien.

-¿Cómo que ya es hora?-dijo mi madre saliendo a medio vestir de su habitación.

-¡Aah, duele!

-Calma, querida, solo respira, ¿vale? Alonso, llevatela, con calma no se pongan nerviosos ninguno de los dos, nosotros los vemos allá.

-Okey...

Alonso bajo las escaleras rápido pero con cuidado y luego salimos de casa, me ayudo a sentarme en el asiento del copiloto y me colocó el cinturón de seguridad pata subir luego del otro lado.

-Date prisa...

-No me presiones ¿okey?

-reí-. Somos un asco en esto... ¡Au!

-Por lo menos estamos juntos.

Arrancó a toda velocidad rumbo hacia el hospital. Lo bueno de que sean la dos de la mañana es que las calles prácticamente están solas y no debemos tratar con el tráfico del día.

Los dolores se empezaban a intensificar. Alonso intentaba calmarme sin despegar los ojos del camino, pero me era imposible, estaba muy nerviosa, y agregarle a eso los incontrolables dolores del parto... Era peor. Nunca creí que doliera tanto.

Estábamos por llegar, nunca antes me había sentido tan feliz de ver el enorme edificio del hospital. Alonso bajo rápidamente, rodeo el auto y me abrió para luego tomarme en sus brazos sin problema alguno, entró por las puertas del hospital en busca de una enfermera o algo.

-Mierda ¡¿Alguien?! ¡Mi novia esta por dar a luz!

De la nada llegaron dos doctores y un grupo de enfermeras junto con una silla de ruedas. Decían cosas que realmente no entendía, algo sobre dilatación y la mierda. Lo único que quería era que me sacaran a este niño de una vez.

-La llevaremos a revisión, debemos ver si esta lista.

-¡¿Qué rayos?! ¡Claro que estoy lista, joder!

-Señorita, no se esfuerce innecesariamente. Llevenla a un cuarto.

Ordenó y fui separada de la mano de Alonso quien sólo fue detenido por el doctor al intentar seguir mi camino.

Tonta Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora