CAPÍTULO 32

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Bien, aquí van los últimos capítulos que subiré de esta novela. No sé cuando volveré a subir capitulo pero espero que sea cuando termine de subir el fanfic. No subia cap pirque estaba en busca de swnsualea fotos de Sam, es que es tan hermosa....
Gracias por los ladrillazos. Chau.

***

Sam.

-No contesta-dije una vez más con el celular en el oído. Tenia cerca de dos horas llamando a Jos-. ¿Y? ¿No vas a hablarle para disculparte?

-¿Por qué lo haría?

-Oye no sé, quizá por como te comportaste.

-No hice nada-se levanto de la cama y se acerco a mi, la velocidad que llevaba hizo que la camisa, que están desabotonada, se abriera dejando ver su torso-. Él entró de repente como querías que actuara si nos interrumpió.

-Ahora entiendo que no te interesan sus sentimientos en lo absoluto.

-¿Qué querías? ¿Acaso pensabas que en cuanto él me confesara su amor yo se lo correspondería? Sam entiende que yo te quiero a ti.

Demonios, quizá yo este exagerando las cosas y Alonso tenga razón.

-Por lo menos-su cercanía comenzaba a incomodarme-... Por lo menos deberías hablar con él. Recuperen su amistad.

-No es algo de lo que estoy seguro aun-volvio a sentarse en la cama-. Tengo que pensar...

-¿Pensarlo? Alonso... Es obvio que no te convenceré.

-Nop.

-Me voy a casa.

-¿Segura?

-Si, seguiré llamando a Jos, no vaya a ser que le haya pasado algo.

-Bien, voy a buscarlo ¿feliz?

-No, no... Te puede pasar algo.

-¿Entonces?

-Llamalo... Quizá si ve tu nombre en la llamada conteste.

-Bien-tomo el teléfono fijo y marco el número. Esperó un momento...-. Jos... ¿Quien eres? Pasame a Jos-su tono de voz había cambiado, parecía molesto-. No me importa si esta in... ¿inconsciente? ¿Cómo que ebrio? No te atrevas a col... ¡Estúpida!

-¿Que pasó?

-Me contestó una tipa, no me dijo su nombre.

-¿Eh?

-Ahí están los sentimientos de tu querido Jos.

-Dijiste que estaba ebrio.

-Me voy a dormir.

-Alonso... No te comportes como un niño.

-¡Quiero dormir!-se metió debajo de las cobijas y se cubrió hasta la cabeza.

-Ay Dios-me acerque y me senté a un lado de él, puse mi mano en su cabeza, vi como aflojaba el agarre que tenía en las cobijas, destape lentamente su cabeza y entonces él alzó la vista hacia mí. Sus ojos azules se veían apenas a través de algunos mechones de su casi desteñido cabello rubio-. Te amo-dije para luego depositar un beso en su frente. Me levante y salí de si habitación, sus padres no tardarían en llegar así que les deje una nota antes de irme.

Camine un largo rato hasta llegar a mi casa. Las luces estaban encendidas, así que Fatima ya estaba en casa. Saque mis llaves y abrí la puerta. Ella estaba acostada en el sofá, con su cabeza en las piernas de Bryan, él acariciaba su vientre por encima de la blusa.

-Se esta moviendo-dijo ella-. ¿Lo sientes?-puso su mano sobre la de Bryan para guiarlo sobre su estomago. Se veían tan...

-Sam-dijo Bryan-, ¿Cómo está Alonso? Me dijeron que lo dieron de alta.

-S-si... Así fue, esta bien, se quedo acostado en su casa.

-¿Lo dejaste solo?

-Sus padres no tardan... Bryan, ¿haz hablado con Jos?-me acerqué, quité los zapatos y me senté en el sofá individual al estilo "indio".

-¿Jos?-nego-. ¿Por qué?

-Digamos que nos miro en una situación... Tú sabes. Creo que se molesto o algo así y se fue de casa de Alon, le estuve marcando y no contestaba, entonces Alonso lo hizo y contesto una chica. A lo que entendí es que Jos estaba ebrio.

-Demonios.

-suspire-. Tratare de comunicarme de nuevo.

Me levante del sofá y subí al segundo piso, para entrar a mi habitación.

***

Alonso.

Estaba acostado mirando el techo, mientras pensaba en lo que Sam me ha dicho. Hablar con Jos. Debo reconocer que en la tarde que hablamos sobre... Sobre viejos tiempos fue divertido. Recordar como jugueteabamos, como... Como nos divertíamos.

Tome el teléfono y nuevamente marque el número de Jos. Uno, dos, tres tonos y nada.

-Maldición. Contesta imbécil-colgué y volví a marcar. Lo mismo. Tres tonos y luego colgaba, hice esto por una larga hora hasta que escuche el timbre. Quite las cobijas de encima de mi y baje a abrir-. Jos...

-¿Puedo pasar?-su voz se escuchaba quebrada y, a decir verdad, apestaba a alcohol.

-Si, pasa-me hice a un lado y él entró. Nos sentamos en la sala. Miraba como él se tallaba los ojos con las manos, me levante y fui a la cocina, puse la cafetera para darle un café bien cargado para bajarle la maldita borrachera. Lo mire por la ventana de la cocina, se había recostado en el sofá y puesto una almohada en la cara-. Levantate-dije tranquilo-. José.

-Ya voy-se quito la almohada y me miro. Su cabello estaba todo revuelto y con algunas basuritas en él.

Serví el café en una taza y se lo lleve. Se sentó y dio un sorbo haciendo todos los gestos que pudo hacer. Yo reí bajo, aguantando las carcajadas, ya que a él le gustaba todo lo dulce.

-Que asco.

-Es para la cruda.

-Alonso-dejo la taza en la mesa-... Perdón.

-¿Eh?

-Perdoname por todo. Por favor-se dejo caer del sofá y se arrodillo frente a mi-, perdoname, necesito de ti, a mi amigo, por favor.

-Jos, sabes que odio que se humillen...

-Pero yo quiero hacerlo, quiero recuperarte y si así puedo hacerlo lo haré.

-No, Jos-lo hice que se levantara-, no lo hagas, odio que lo hagan.

-Pero...

-Hablemos ¿okey? Pero luego, te quiero en tus cinco sentidos, así que terminate ese café y luego descansa. Mañana hablaremos.

-asintió-. Tuve sexo con una desconocida.

-Si, me di cuenta.

-Lo siento.

-¿Por qué te disculpas por divertirte un poco?

-Por... No, por nada, creo que debía disculparme.

-Tomate el café ¿okey?

Asintió y tomo la taza entre sus manos para dar pequeños sorbos haciendo gesto tras gesto.

Tonta Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora