Nos quedamos viendo por un largo tiempo hasta que un niño nos saco de nuestro trance, para que le pasáramos una pelota, que se encontraba entre Fabricio y yo.
Fabricio tomó la pelota y se la lanzo al niño, él la atrapo rápidamente y le grito un gracias a Fabricio a lo que él asintió con la cabeza.
Fabricio volvió a sentarse a mi lado y se dispuso a responder mi pregunta de hace rato.
(Fabricio)- Si, mi infancia tampoco fue la mejor de todas, mis padres nunca les importo en lo mas mínimo algo que tuviera que ver conmigo. Siempre estaban sus trabajos primero que yo claro que sus trabajos no eran los mejores para tener tiempos libres para mi.
asiento y lo observo.
(Yo)- Creo que tenemos algo en común.
lo veo ladear una pequeña sonrisa.
(Fabricio)- Al parecer.
(Yo)- Y que hay de tus hermanos?.
su mirada se clava en mi fijamente.
(Fabricio)- Samanta todos somos hijos únicos.
lo miro confundida.
(Yo)- No comprendo, o sea no son hermanos de verdad?.
lo veo suspirar y girar su rostro observando el parque.
(Fabricio)- No tengo por que responderte eso.
suspiro y asiento.
(Yo)- Tienes razón, disculpa por preguntar eso.
(Fabricio)- Tranquila.
miro las personas en el parque y siento que ya es suficiente de estar en este lugar.
(Yo)- Ehh creo que ya tengo que irme.
