Samanta.
Siento como una luz me da en la cara y me levanto al recordar lo que sucedió, miro detenidamente y veo que esta no es ninguna de la habitaciones del castillo, me asusto por que se que esto es real, que lo que paso no fue un sueño, que el loco del papa de Noha me ha secuestrado.
Respiro pesadamente y miro que ni atada estoy, por lo menos doy gracias a que no me tiene atada, veo como la puerta se comienza abrir lentamente y por ella entra un chico de cabello blanco, lo miro detenidamente y este suspira y cierra la puerta tras de el, camina hasta mi, y me tiende algunas prenda de ropa, fruño el seño.
(Yo)- Donde estoy?
- Esta en la casa de Damien.
(Yo)- Que hago aquí y quien eres?
- Eso te lo dirá el y mucho gusto soy Patric, yo te ayudare en todo lo que necesites.
(Yo)- Lo que necesito es volver con mis almas.
(Patric)- Lo siento pero eso no va hacer posible, ahora ve y date un baño y te cambias, mi señor quiere verte.
(Yo)- Dile a tu señor que se pudra.
Camine con la ropa que se la arranque de las manos a Patric, y me dirigí a lo que yo suponía era el baño, y por suerte si era, cerré la puerta con seguro y camine hasta el lavado, coloque la ropa en el, y me mire en el espejo detenidamente, sentía que algo faltaba en mi, no sentía a Fabricio y eso me pareció extraño.
No le tome importancia, ya tendría momento para averiguar que pasaba, me despoje de toda mi ropa y me metí en la ducha, me di un largo baño, salí y me seque bien y me coloque la ropa que Patric me había traído, es de mi talla, un pantalón alto rasgado colo vino, una camiseta color negro y ropa interior de encaje color negro, rodé los ojos y me vestí rápido.
Salí y mire a Patric el cual estaba sentado en un sofá cerca de una ventana, el se giro y me miro, me dio una sonrisa ladeada y me entrego unas vans negras, me las coloque y me peine mi cabello con un cepillo que se encontraba en una pequeña mesa.
Una ves lista, Patric me hizo seña, lo seguí y salimos de aquella habitación, caminamos por un largo pasillo, bajamos unas escaleras y doblamos por un pasillo llegando a otro, volvimos a doblar y unas escaleras estaban frente a nosotros, las bajamos y pasamos por una sala realmente grande y bien decorada, pasamos por un lado de la cocina y esta es enorme, llegamos a un pequeño salón donde se encuentra el comedor que es gigantesco.
Patric, me hizo seña, y me ayudo a sentarme en una silla cerca de una de las puntas de la gran mesa, mire como entro una chica como de unos 20 años y se sentó del otro lado de la mesa, unas sillas alejadas de mi, a su lado se sentó Patric, y mire como entro otra chica, esta tenia una sonrisa malévola en la cara y se sentó un todo el frente de mi, rodé los ojos, y a los pocos segundo entro un hombre como de 25 o 27 años.
Me quede mirándolo y el me dio una gran sonrisa, yo gire mi cara y clave mi mirada en la mesa, mire como colocaban un plato de comida delante de mi, subí mi mirada encontrándome con una señora, de unos 45 o 48 años, ella me regalo una sonrisa algo tímida a lo que yo me le quede viendo, hasta que un carraspeo de garganta me trajo de vuelta.
Mire hacia donde salio aquel carraspeo y mire a otro hombre que había entrado y se encontraba ubicado en la punta de la mesa, me sorprendí por lo hermoso que es, aparenta unos 22 años cuando mucho, tiene el cabello negro algo largo pero bien peinado, en un corte de moda, es blanco, tiene los ojos color café oscuros, unos labios finos color rojos, una nariz repingona y perfilada, cualquier persona que lo viera diría que es un dios griego.