Noha.
Me encontraba acomodando mi nueva casa junto a mi gran amigo de años, Alexander.
Este seria mi nuevo hogar, ya me hacia falta alejarme de aquel castillo y de esos viejos amargados.
Me encontraba acomodando una de la habitaciones la cual seria la mía, al terminar de tener todo listo me di una ducha y me acosté viendo el techo y pensando.
Que seria de mi si fuera conocido a Samanta en persona primero que Fabricio?, a quien querrá más ella?, por que esta con el y no conmigo?, que pasa si la rapto?, me amara como a el?, seré importante para ella?.
En eso un sentimientos de rendición me invadió, fruñi el ceño que estaba pasando esto no eran mis sentimientos, hasta que lo entendí.
Eran los de ella, ladee un sonrisa pero se borro al instante al sentir que se iba a dejar caer, se iba a dejar vencer por una llamas.
Así que le hable telemáticamente, no sabia si iba a funcionar por la distancia en la que estábamos. Pero hice mi intento.
" No te dejes vencer por unas llamas, eres mas fuerte que el fuego, ponte en pie y sal de allí Samanta"
Escuche un vago pensamiento de ella, de que no podía dejarse vencer por esto, que tenia que luchar por salir, que no nos podía hacer esto a Fabricio y a mi, a sus amigos y al reino. Allí entendí que si me escucho y que si le importo.
Sentí como un poder ajeno a mi cruzo mi cuerpo haciendome quedar inmóvil por unos minutos.
Cuando sentí aquel poder irse de mi, pude moverme y me levante de un salto de la cama, en ese momento una visión paso frente mis ojos, la vi salir de unos escombros envuelta en un vestido de puras llamas y en su cabeza poseer una corona de fuego y hielo.
Fruñi el ceño y caí de rodilla viendo aquello, no podía creer que ella fuera la niña de aquella antigua leyenda, la niña de la profecía, esa de la que mi padre me había contando.
Vi como ella acerco su mano a la de Fabricio y los dos cayeron desmayados, allí aquella visión se corto.
Que había sido eso?, por que vi todo eso?, no lo comprendía pero sentía como si una parte de mi estuviera pasando por un sentimientos de calma y tranquilidad. Pero a la vez venia acompañado de uno de tristeza, odio, miedo.
