Narra Fabricio.
Había pasado una maldita semana y ya no soportaba estar sin saber de Samanta.
Así que mande a uno de mis hombres a vigilarla y mantenerme al tanto de todo, los dias estaban pasando rápido y es de lo que mas agradecía.
Estaba todo el día ocupado de reunión tras reunión, me había tocado reunirme con un clan de brujas del pueblo para quedar en un acuerdo de paz.
Me había reunido hace unos dos días con una manada de lobos, me estaba presentando a todas las criaturas con el nuevo rey. O mejor dicho anunciando mi regreso.
En la manada de lobos tuve un en conveniente con una de las lobas, la muy descarada se me insinuó y le dijo a su alfa que yo era su mate.
Esto me traería problemas pero ya lo resolvería, por otro lado habían llegado unas vampiras, son las hijas de un viejo amigo de mis padres.
Las recibí en el castillo, todo estaba tranquilo hasta que una de ellas se metió en mi habitación, y en mi cama.
Esa noche la saque la estaba sacando de mi habitación, cuando un Dimitri molesto entro a mi habitación, sabia que estaba molesto de que ella estuviera dentro de mi habitación.
Dimitri quiere demasiado a Samanta, como para permitir que otra tome su lugar aunque yo se que nadie ocupara su lugar ella repasa los limites de todo.
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Ya había llegado el día de la coronación y todos estaban nerviosos, ya que sabían que venían nuevas leyes.
En todos lados se rumoraba que había ya una reina, todos sabían del incidente que había pasado una semana atrás.
Y después de eso su padre vino a pedir disculpas personalmente por el comportamiento tan inapropiado de su hija, a lo que yo lo disculpe y le advertí que no volviera a pasar ya que mi amada se podría enterar y no responderia por su reaccion.
Desde ese día se regó el rumor de que ya tenia dueña, reía por como las mujeres al verme soltaban la baba pero no se acercaban.
Pude arreglar el problema con el alfa de la manada sobre la loca loba y me pidieron disculpa todos por eso.
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Ya era la hora de mi coronación y ya me encontraba en el palacio, delante de mi se encontraban las puertas que me separaban del enorme salón.
Respire profundamente y camine, los guardias me abrieron las puerta haciendo llamar la atención de todos en el salón.
El silencio reino durante toda la coronación, tenia nervios lo admito, podre ser vampiro pero también me da nervios esto.
- Fabricio Vladimir Black Morti. Juras lealtad a tu pueblo.
mire a todas las personas en la enome sala del trono verme.
(Yo)- Lo juro.
el hombre me miro y volvio su vista al documento que recita.
- Juras luchar encontrar de todo por tu pueblo?.
sin pensarlo volvi a repetir lo anterior.
(Yo)- Lo juro.
su mirada volvio al documento.
- Juras llevar las riendas de todo el mundo vampírico, gobernar con sabiduría y lealtad y maldad, ante todo y todos, hoy y siempre.
deje salir mis colmillos.
(Yo)- Si lo juro.
su mirada ylas de todos se clavaron mas en mi.
- Por el poder de la corte y el consejo, te damos derecho a tu trono y te proclamamos Rey.
Camine con pasos firmes hasta el trono y me senté, sentí como la corona de mi padre fue puesta en mi, les di una mirada a todos los presente.
Todos sonreían y aplaudían como si llevaran años esperando esto, escuche como el consejo y la corte me presentaban como el nuevo y único rey.
Cerré los ojos por unos segundos y los abrí viendo a todas aquellas personas, todos tenían caras de fascinados o de con función.
No entendía por que, hasta que Dimitri se acerco y posiciono a un lado mío y mi me susurro.
(Dimitri)- Tus ojos son del color de tu alma.
Mire a Dimitri y allí entendí que ya todos sabían, que tengo un alma y que ya la tengo en mi vida, que es mía y me pertenece y que sera su reina.
Ladie mis labios haciendo una sonrisa sin mostrar los dientes, había llegado el momento de cambiar todo y de volver a ver a Samanta.