(Fabricio)- Si quieres te puedo llevar.
observe a Fabricio y suspire.
(Yo)- No quiero ser una molestia para ti.
lo vi sonreír de medio lado y mirarme.
(Fabricio)- No lo eres Samanta, vamos deja que te lleve a tu casa a demás esta oscureciendo y no voy a permitir que andes sola a esta hora.
asiento rendida y me levanto junto a el.
(Yo)- Esta bien, vamos.
Caminamos en silencio hasta un convertible color negro muy lindo, él me abrió la puerta caballerosamente.
Cuando ya estábamos dentro del auto, Fabricio no espero ni dos segundos mas cuando ya estábamos en marcha por las calles del pueblo.
Me pareció muy extraño que no me preguntara mi dirección, él solo iba conduciendo sin despegar la vista de la calle no le tome importancia y me puse a pensar, en todo lo que había hablando con él y no me di cuenta que me quede tan metida en mis pensamientos que ni me di cuenta que ya habíamos llegado.