Donald me guió con sus manos hasta los asientos de hierro oscuro.
—Bueno, creo que nadie se esperaba esto —comentó Thomas por detrás.
Evidentemente tenía tantas dudas como yo.
—Calla niño, déjame explicar —pidió el anciano—. Yo... fui un amigo muy cercano a Zora. Ella fue la que me habló de ti.
— ¿De mí?
No le daba crédito a mis oídos. Sin embargo, el hombre asintió.
—Los rumores estaban corriendo, de alguna forma sabía que irían por ella... Vino a verme antes de aquella tarde.
Una tos me interrumpió la garganta.
— ¿Rumores sobre mí?
—Oh, no, claro que no —y entonces volví a respirar —. La sociedad es más grande de lo que la gente piensa, pero no todos tuvimos la suerte de mantenerlo oculto.
Nos quedamos en silencio, esperando que Donald saliera de su encapsulamiento.
—Disculpe —balbuceé —. No entiendo, ¿De qué sociedad está hablando?
Entonces ambos intercambiaron miradas.
—El M.A.C —dijo Thomas, y como no volví a hablar, explicó—. Más Allá del Confín.Entonces Donald tomó la palabra, y comenzó a contarme una historia totalmente surrealista.
Cuando las Familias Fundadoras crearon Genux, luego de las guerras, acordaron un nuevo comienzo. No todos estaban de acuerdo con lo que esto implicaba: nuevo idioma escrito, información nula sobre el pasado, nueva construcción de la historia... Y por supuesto, un sistema que abalara los nuevos métodos.
Existía un grupo de personas que se oponían a esto; fueron los mismos que ingresaron la bibliografía prohibida, y textos no aprobados. Se convirtieron en los guardianes de todo tipo de información sobre el pasado, y demás datos que pudieran ser de utilidad para la construcción del presente.
Pero como toda sociedad, o ideología, el M.A.C fue mutando. Al ser perseguidos y masacrados, perdieron gran parte de aquello que resguardaban. Y con el crecimiento de la Edad Negra, fue perdiendo miembros y disolviéndose.
El M.A.C se redujo prácticamente a cenizas, volviéndose un estilo de vida casi extinto. Ya no se trataba de una organización, sino de una forma de vida estancada en el tiempo.
—Fue entonces que algunos de nosotros nos dimos a la tarea de heredar a las nuevas generaciones nuestros conocimientos...
—He aquí yo —dijo Thomas, alzando la mano —, y antes de mí, mis padres.
Donald asentía.
—El día que Zora vino a verme, me dijo que una niña había logrado ingresar al Epicentro, y que había llegado a su casa. Me habló sobre el túnel, y su sótano. Apostaba que un día volverías.
— ¿Túnel?
Thomas no dejaba de sorprenderse, sin embargo, el anciano hizo un ademán. Indicándole que le comentaría todo más tarde; estaba claro que había mantenido oculta la existencia del túnel.
Antes de poder preguntar más, Donald suspiró y miró fijo a Thomas.
— ¿Cómo no me lo has dicho antes?
— ¿Cómo iba a saber que Zora tenía una rescatada?
Donald se rió por la cara de indignación de su compañero.
—Querido niño, sabía que registrarías toda la ciudad buscando a Annabeth Bless de 18 años de edad; estatura media y cabello dorado.
—Buen punto.
—Perdonen, pero no tiene sentido. Mi mejor amigo, Elioth, ¿Pertenecía al M.A.C?
El anciano se lo pensó, y titubeó con sus labios varias veces antes de responder.
—Niña, una de las creencias más arraigadas de los miembros del M.A.C, es que más allá de los muros, en el horizonte, hay algo más que sólo maleza. Quizás, tu amigo quiso enviarte un mensaje...Elioth me había obsequiado una pista: No me fui en vano, Annie. Estoy fuera. Él sabía que iba a toparme, tarde o temprano, con el significado de aquel símbolo. Así como también Zora sabía que volvería al túnel alguna vez... De repente, me encontré con que todos sabían más de mí que yo misma.
—Zora me dio un cofre, justo antes de desaparecer.
Donald borraría a mi padre de la lista de Reclutados, sin embargo, Thomas insistió en que existía la posibilidad de que aquel plan no funcionara. La realidad era que, de ser Elioth un objetivo claro del Epicentro, no habría forma de que pasaran por alto la ausencia de mi padre en la lista de Reclutamiento de Oficiales. Pero supongo que valía la pena intentar.
Justo después de que ambos le echaran una mirada al mapa de las afueras que Zora me había dado, Wobe acercó una pila de impresiones con los últimos movimientos de los Oficiales, y un manual de procedimientos frente a diversas situaciones. Uno de los tantos protocolos estaba referido a la salida que los Oficiales hacían cada vez que expulsaban a un grupo de subversivos de Genux.
Casualmente, una de las fechas de la aplicación de este último protocolo coincidía con el día después de la desaparición de Elioth.
Estábamos al tanto de varias cosas: Operación Finalizada tenía como desenlace físico el afuera, Operación Truncada significaba que no habían logrado completar el protocolo de expulsión. Por lo cual, Elioth podría estar en cualquier parte ahora.Dejé que Donald guardase el mapa de las afueras, y prometí que reuniría los escritos de Zora para que pudiera verlos.
Sentía que estaba un paso más cerca de mi objetivo: salvar a mi familia, y encontrar a Elioth.Al final de la conversación, todo había parecido una gran y absurda casualidad. Pero de regreso a Civitas, comprendí que algunas casualidades se habían hecho a medida del destino.
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SUBVERSIVOS #1
Science Fiction"Silencio. Silencio. Y luego -sin aceptar que aquello podía ser producto del deseo y la esperanza- el eco ínfimo del agua a lo lejos. No teníamos otra opción. Tomé tres granadas de la bolsa que l...