La Reina se recostó sobre la cama, bebió un sorbo de hidromiel y dijo:
"He llegado a saber, ¡Oh hijos míos! Sobre los dilemas de varios corazones elegidos. Aquella confusión acerca de La Bella Durmiente, de los aliados, de los enemigos y de los afiliados.
El Enano Spot curó las heridas de Elliot Rajiq solo para que este preocupara más al equipo. Les contó que había recorrido LoudRia en busca de Aurora, que se había encontrado con El Lobo Albino y que este le había confesado que custodiaba su cuerpo inerte, en lo profundo de Nightmareplace.
Fue en ese cruce de palabras que terminó gravemente herido y después de aquello, llegó a la cabaña de los enanos para pedir ayuda a Las Elegidas. Sin embargo, las jóvenes estaban contrariadas, y se dejaban llevar demasiado por los chismes y palabras de los demás; había quienes confiaban ciegamente en el príncipe de sangre azul, pero también había varios que no creían media de sus palabras. Estaban confundidas.
Cenicienta y Blancanieves hablaban en la terraza de la cabaña. A pesar de todo estaban felices por haber encontrado el Amor Verdadero entre tantos peligros, y eso las motivaba a continuar con la peligrosa responsabilidad de derrotar al Príncipe Egoísta.
—Mira —Cenicienta mostró un anillo de oro blanco y piedra verde—. Arturo me lo ha regalado para pedir mi mano en acto de compromiso. Le he dicho que sí, y quiere que nos casemos lo más pronto posible, de hecho, me ha dejado venir para invitar a todos a nuestra boda.
Blancanieves sonrió emocionada y detalló la joya con un brillo en los ojos.
—Felicidades, pero es algo lujosa para cargarla por los bosques.
—Tienes razón, solo debo cuidarlo bien. Perteneció a su abuela y a su madre. Fue por eso que me lo dio a mí —comentó mientras le daba vueltas en su dedo anular. Pensaba en su amado.
—Bueno, podré ir. Pero no creo que vaya con Robin —excusó la más hermosa de las dos—. Es que quiere llevarme con El Herrero que lo contrató, aunque El Arlequín le dio oro, dice que devolverá lo que ha robado a cambio de mi libertad. No tendremos mayores problemas con eso. Le he notado un poco contrariado, y aunque no quiera decírmelo, sé que no está preparado para dejarme ir.
Las dos sintieron pesar, pero Belle las sorprendió con cierto misterio. Revisó que nadie las escuchara, se acercó silenciosa y se incluyó entre palabras. Estaba nerviosa.
—Oigan, debemos hablar. —Las demás se miraron las caras con extrañeza—. No sé qué me está pasando, pero no confío en ese hombre —comentó refiriéndose a Elliot.
—¿De qué hablas? Es el príncipe de Aurora —sostuvo Cenicienta aún tranquila.
—Es que he escuchado la historia de Blancanieves cinco veces, desde que llegué aquí —argumentaba Belle, ahora inquieta—. Y las primeras dos, dijo que había sido testigo del amor que Aurora y Hanzel se tenían.
—¿Hanzel? ¿El superviviente de La Comeniños? —interrogó La Princesa Misteriosa, había prestado más atención a las tres siguientes explicaciones.
—Sí, el mismo —respondió La Más Hermosa.
—Entonces no podemos darnos el lujo de confiar en Elliot, por mucho que grite su amor hacia nuestra compañera —siguió Belle—. Lo siento, pero me da mala espina su llegada, su actitud y sus palabras; la gente no va por la vida reconociendo que ama ciegamente a alguien que apenas conoce.
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Cuentos de Luz Oscura
FantasyUna hermosa reina se ve obligada a entretener a sus hijos, tras la partida misteriosa de su adorado esposo. Aquellos cuentos de hadas que escuchó durante su juventud, le servirán de inspiración para entrelazar algunas cosas que supo de personas que...