La Reina volvía a estar cómoda en su diván, y sus hijos aún despiertos, aguardaban entre las sábanas para escuchar lo que faltaba del relato.
Al poco tiempo, Megara y Menelao se escabulleron en la habitación con más hidromiel, algunas cobijas y chocolates para los pequeños. Asumieron lugares entre los cojines, y asintieron a su Reina para indicarle que ya estaban preparadas.
Ella sonrió satisfecha, respiró profundo y se sirvió licor para mojarse los labios. Entonces continuó:
"Al caer la noche en las costas de Endingtopia. La elegida encendió una fogata entre los arbustos, consiguió agua dulce para los heridos y atendió las heridas del Capitán Pearl. Hizo todo lo posible por evitarle dolores, pero sus primeros auxilios eran tan ambiguos que el hombre gritó durante todo el curetaje.
Zacharias y El Espantapájaros apenas y superaban su doloroso encuentro de hacía unas horas, y permanecían callados alrededor de la fogata, mientras veían arder trozos de conejos cazados. El Monstruo los hubo acompañado, debido a que sentía gran afinidad con la doncella de risos rubios. Pero nunca les habló, estuvo reacio a las cortesías y se mantuvo distante del grupo.
Al cabo de unos minutos, en el que la penumbra los arropaba con su silencio, La Liebre de Marzo apareció con su nerviosa forma de andar, se acercó a la fogata y miró a sus parientes cocinados al fuego. Se sintió ofendido.
—¡Piss! ¡Piss! Princesa —llamó en un susurro. Jonas dormía—. Princesa, por favor. Venga un momento.
Aurora se sintió extrañada, y se acercó a él para evitar que su demencia despertara a Barbanegra.
Marzo se juntó con Saggie y el hombre mitad león, entonces se tumbó en el suelo y tomó una bocanada de aire.
—Quiero agradecer que hayan salvado al Capitán —repuso mientras los presentes le escuchaban—. Sé que es un hombre creído y solitario, pero lo conozco. Está agradecido con ustedes por haberle ayudado. Será una historia que agrade contar a mis hijos cuando los tenga... y si es que sucedió realmente.
Zacharias, Aurora y Saggie se miraron las caras con extrañeza. El Monstruo apenas y escuchaba.
—Sé que ustedes saben algo que yo sé que mis hijos sabrán alguna vez. Y que supieron muchos de los que ahora están muertos. Pues este lugar no es el que conocemos que conocimos que jamás conoceremos... y que evidentemente no es nuestro verdadero "hogar". Solo quiero decirles algo que debí haber dicho que no volveré a decir nunca más, y es que yo también supe que ustedes saben que mis hijos sabrán alguna vez.
—¡Basta! —soltó el hombre mitad león. Tenía poca paciencia.
—Esta no es más que una mentira, porque la "otra LoudRia" es de donde realmente venimos y donde nacimos. Algo pasó que sigue pasando y que pasará una y otra vez. Porque estamos en un lugar incorrecto que parece correcto pero que es imperfecto porque así lo han obligado a ser —la liebre tomó una bocanada de aire y se calló. Nadie supo entenderlo, pero venía de Shadowheart, era imposible que estuviera cuerdo.
Entonces, Marzo movió sus manos la una contra la otra, y luego de un chispazo verde; cuatro huevos coloridos se dibujaron sobre sus palmas; de esos que parecían pintados a pulso por un escultor.
—Este es un regalo de agradecimiento, por haber salvado al Capitán —les dijo con una sonrisa nerviosa—. Tomen el que quieran más no lo prefieran, pues en su interior está lo que van a desear.
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Cuentos de Luz Oscura
FantasyUna hermosa reina se ve obligada a entretener a sus hijos, tras la partida misteriosa de su adorado esposo. Aquellos cuentos de hadas que escuchó durante su juventud, le servirán de inspiración para entrelazar algunas cosas que supo de personas que...