Capítulo 4.- BÚSCAME

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Corrí.  Corrí lo más rápido que pude. Me sentí avergonzada por lo que había hecho. Pero ya no había marcha atrás. Noté que había salido corriendo detrás mía, pero no era capaz de mirarla a la cara. ¿Qué iba a decirle ahora?

Estaba exausta ya. Necesitaba un sitio para dormir, pero no llevaba dinero encima. Decidí ir al bar donde trabajaba y pedirle al dueño que me acogiera una noche. Ya por la mañana iría a buscar mis cosas y volvería a mi casa.

Aun que de mucho no sirvió.  Esa noche no pegué ojo. Y con razón.  Seguía sin intender como había hecho tal cosa, no me lo explicaba. Pasaban las horas y no dejaba de pensar, vaya tortura. Dieron las ocho y decidí ir a recoger mis cosas. Que miedo me daba. Entré en la casa sin hacer ruido. Aun que tampoco me valió de mucho. Miré hacia el salón y allí estaba, sentada en el sofá con la mirada fija en mi. No me atreví a decir palabra. 

-¿Dónde has estado? ¿Por qué no contestas a mis llamadas?-me preguntó muy seria

-Yo... lo siento muchísimo, de verdad. Por todo... No...no se lo que me pasó. Pero no te preocupes, he venido a recoger mis cosas, ya no te causaré más problemas...

-¿Pero qué dices Alejandra? ¿Tu estás tonta? No, no. Tu no te vas.

-Que si, de verdad, que yo aquí no pinto nada.

Me fui sin decir nada más. Recogí mis cosas y salí de allí.  

Camino del aeropuerto llamé a Sofía. Le conté todo lo que había pasado y que estaba yendo al aeropuerto para volver a casa. Cuando llegué allí y quise comprar los billetes me dijeron que no había ningún vuelo hasta las 10 de la noche. Genial, tendría que quedarme más de 12 horas allí esperando. Aproveché para seguir reflexionando sobre lo sucedido. Que tonta había sido, en apenas segundos había destrozado lo mejor que me había pasado en la vida. No pude evitar romper a llorar. Era algo que me superaba. 

Siguieron pasando las horas y por fin pude subir al avión. Cuando llegué a Vigo cogí un taxi y por fin llegué a mi apartamento. Alguien me esperaba.

-¿Me quieres decir que coño haces aquí?-grité enfadada

-Llevo días esperando a que volvieras y por fin te has decidido. Quiero que hablemos.

-No tengo nada que hablar contigo Manuel. Vete,

-No me pienso ir hasta que no hablemos.

-¿Y de que coño quieres hablar? ¿Ponerme los cuernos no fue bastante? 

-No exageres, tampoco fue para tanto... puedo cambiar.  Por favor Alex, vuelve conmigo.

-¿QUÉ NO FUE PARA TANTO? Puedes cambiar lo que quieras, pero no pienso volver contigo. Eres un gilipollas, Manuel. Ahora vete con Laura y déjame en paz. Que seais muy felices. 

Le cerré la puerta y dejé de escuchar lo que me decía. Poco a poco me estaba hundiendo. Decidí llamar a Patri para que pudiéramos vernos. La necesitaba más que nunca. Vino y estuvimos hablando de todo lo que había pasado. Me dijo que tenía que aclarar las cosas con Malú, no podíamos acabar así. Lo peor es que tenía razón, pero yo no sabía como hacerlo. 

Pasaron los días y no sabía nada de ella. Todos los días miraba su perfil en twitter pero nada. No daba señales de vida. Según sus fechas de conciertos, no tenía ninguno hasta pasados dos meses más o menos. Que desesperación. Me angustiaba no saber absolutamente nada de ella, de lo que hacía ni donde estaba. 

Hacía como un mes que no sabía de ella. 

Todo este tiempo desde que había llegado a Vigo casi no salía de casa. Solo para comprar comida y poco más. No contestaba a los whats app's ni respondía a las llamadas. Desconecté totalmente del mundo. No podía con todo esto. Estaba sentada frente a la ventana tocando la guitarra cuando sonó el timbre. No sabía quien era pero me dio igual. Siguieron llamando varias veces hasta que me decidí a atender.

-¿Si?

No me contestaron. A los 5 minutos llamaron a mi puerta.

La abrí y...

-Pero vamos a ver,¿ahora resulta que de repemte me odias?

Me quedé petrificada. ¿Qué hacía aquí? No sabía que decirle. Me impactó. 

Notó que estaba nerviosa y entró sin decir nada. 

-Quiero que me lo expliques.-me dijo seria. 

-No tengo explicación. 

-¿Dices que me besas, desapareces y no tienes explicación? No te entiendo Alejandra. De verdad que no.

-No se por qué lo hice. Y me fui por que me asusté, solo eso.

-Pues olvidémoslo y vuelve a Madrid conmigo. No puedes dejar tu trabajo en aquel bar, era un gran inicio. Y quien sabe que cosas pueden pasar a raíz de ahí. No seas tonta y no lo eches todo a perder.

-¿De veras no estás enfadada?

-No le doy importancia. Anda vente.-sonrió y me abrazó. 

Por supuesto acepté y me fui con ella. Si no estaba enfadada,¿que motivo tenía para abandonar lo que siempre había querido?

Volvimos a Madrid, recuperé mi trabajo y cada día seguía con la rutina que tenía antes de que todo esto pasara. 

Un día me desperté con ganas de más. Quería empezar a darme a conocer en el mundo de la música. Malú movió algunos hilos y me consiguió una pequeña entrevista en cadena dial. Aquel seria mi comienzo y a partir de aquello iría formando yo mis bases. 

Después de la entrevista empezaba a ser más conocida. Ya no solo trabajaba en un bar, sino también en un salón de fiestas infantil por las tardes y mientras estudiaba doblaje por las mañanas. Estaba realmente ocupada en lo que más me gustaba.  Pero los problemas no tardaron en llegar. 

Recibí un mensaje de alguien que no me esperaba:

"Me han contado a que te dedicas ahora. Quiero que nos veamos."

Ese cabrón ya estaba aquí como si nada..

THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora