Después de bastante tiempo hablando con Carlos y Pedro me di cuenta de que era ya demasiado tarde y decidí volver. Mientras caminaba hacia la casa de Malú seguía pensando en la oferta de Pedro. La verdad es que lo de poner voz a un dibujo animado estaba bien y tal... pero lo de cantar era mi vida. Eso si, la opinión de Malú era sin duda lo que más me importaba y, si ella me decía que no, pues no.
Cuando llegué la vi en el sofá con la niña, dormidas las dos. Como me dio mucha pena despertarlas cogí una manta y se la puse por encima. Me quedé un rato contemplando esa imagen. Esa preciosa imagen de ellas dos juntas. Una sonrisa enorme se me dibujó en la cara y ahora era difícil sacarla.
Como no tenía sueño decidí darme un baño relajante, de estos que sirven para sacar todo el estrés que te produce tu día a día en general. Subí arriba y llené la bañera. Mientras se llenaba aproveché para mirar un poco twitter, whats app y demás. Me había hecho amiga de algunos maluleros durante esta temporada y, cuando tenía tiempo no dudaba en contestar a sus menciones o a sus mensajes directos. Eran realmente simpáticos.
Por fin se llenó la bañera. Le eché el gel de la espuma, cogí mis cascos y mi móvil y me metí dentro. El agua caliente hacía que me despejara de todo por un rato y la música me transportaba a donde quiera que fuera en ese momento.
Al cabo de un rato, cuando el agua ya se estaba enfriando, al rededor de las dos, quizá las tres de la mañana me dispuse a salir e irme a dormir por fin. Me quedé de pie, apoyada en el marco de la puerta mirando la cama, vacía. En ese momento fue como un "o viene a dormir o no me duermo" porque estaba ya tan acostumbrada a dormir a su lado que dormir sola se me haría imposible. Aún así no la quise despertar, por lo que cogí una manta y una almohada y me fui al salón. Me acosté en el otro sofá y allí me quedé profundamente dormida, casi al instante.
Me desperté con la mirada de Chloe fija en mi. Seguramente querría desayunar. Me froté los ojos, la cogí y la subí al sofá conmigo. Se acurrucó en mi hombro y se quedó allí tranquilita un rato más. Cogí mi móvil, miré la hora y vi que era realmente temprano. ¿Esta niña no duerme? Las siete de la mañana, ni más ni menos.
-Tía... quiero leche.- me dijo mientras le daba vueltecitas a un mechón de su pelo. Era clavada a mi hermana, el exacto calco a ella.
-Bueno, ahora la preparamos ¿vale enana?- le dije acariciando su cara y sonriéndole
La cogí en brazos y me la llevé a la cocina. La senté en la mesada y comencé a preparar su leche. Como me había dicho mi hermana: templada, con una sola cucharada de colacao y media de azúcar. Pues si que se necesitaban instrucciones para esta niña, si. Y seguro que en eso también había salido a mi hermana. Quiero decir, en que si no le das las cosas como ella las quiere, como le gustan, pues no las quiere.
Como hacía un bonito día y Malú seguía durmiendo me llevé a la niña a desayunar fuera, para no despertarla. Era una niña muy risueña, bastante habladora. Era muy expresiva y se reía mucho. Realmente provocaba muchísima ternura. Era adorable.
(...)
Sentí como sus brazos rodeaban mi cuello y su cabeza se pegaba a la mía.
-Buenos días pequeña.- Le dije acariciando sus manos que aún rodeaban mi cuello
-Buenos días mi vida.- dijo con esa suave voz que nos inunda y nos atrapa sin poderse contener. Besó mi cuello despacio, sin prisa. Y poco a poco fue subiendo por mis mejillas, a la vez que se giraba hasta quedar sentada sobre mis piernas y besó mis labios.
-¿Desayunamos?
-Mmm... ¿Y si en vez de eso... besayunamos?
-Si, me parece bien.- reímos y tras nuestras risas más besos.
-¿Y la niña?
-Allí, jugando con Danka.- señalé. Sonrió y me cogió de la mano hasta llevarme a la cocina. Se puso a hacer café y mientras tenía que aprovechar para contarle lo de anoche.
-¿Que tal con Pedro?
-Bien, de echo tengo algo que contarte.
-¿A que esperas? Venga tonti.- sonrió.
-Pues... me ha ofrecido un trabajo.
-¿En serio? ¡Eso está genial!
-Si y no... No le dije nada porque no sabía si tu querías que lo aceptara...
-¿De que se trata el trabajo?
-Me ha presentado a un chico, Carlos. El trabajo sería que diéramos una especie de "conciertos" los dos, allí donde nos llamen, ya sean bares, hoteles, fiestas...- Se quedó callada un minuto, por lo que deduje que no le parecía buena idea.
-No tienes que hacer lo que yo quiera Alex, tienes que hacer lo que tu creas mejor.- dijo cogiendo mi mano.- ¿Tu quieres aceptarlo?
-A ver... es que por una parte si, porque hago lo que más me gusta y eso siempre tira más, pero por otro lado estoy confusa.
-¿Por qué lo estás?
-Porque no se si a la larga eso nos podría traer problemas a nosotras...
-Cielo, eso no tiene por qué pasar.- hizo una breve pausa y prosiguió- Cantar es tu sueño, así que a por ello porque aún no es tarde.
-¿Estás segura?
-Por supuesto- sonrió- Y sabes que haré todo lo posible para ayudarte, pero te vendrá bien ese trabajo.- tras estas palabras me besó transmitiéndome la tranquilidad que necesitaba.
-¿Y tu que tal anoche con la niña?
-Genial, me encanta tu sobrina tía.- dijo emocionada- Si fuera por mi me la quedaba.- reímos
Mi hermana no tardó mucho en venir a por Chloe. Cuando llegó, le di dos besos y la invité a pasar.
-¿Que tal se ha portado?
-Genial. Ha congeniado muy bien con Malú. - le contesté con una gran sonrisa
-No sabes cuánto me alegro. Ahora seréis las niñeras oficiales.- reímos- ¿Dónde está?
-A la orden jefa!- dije con gracia- Está fuera, jugado con Danka.
Acompañé a mi hermana fuera y cuando salimos la escena fue tan tierna que no pudimos evitar coger los móviles y quitarle fotos. Llamé a Malú y en cuanto vio a na niña no dudó en hacer lo mismo. Estaban los dos, Danka y Chloe en la hierba. Danka tumbada y la niña dormida a su lado. Eran tan cuquis... Mi hermana la cogió en brazos con cuidado para que no se despertara y la ayudamos a llevarla junto con sus cosas hasta el coche. Prometió traerla pronto y se fue.
Ahora la casa estaba vacía otra vez. Solas. A mi aún me quedaban un par de horas para quedar con Pedro así que no dudamos en aprovechar bien ese tiempo. Nos vestimos con ropa cómoda y salimos a la calle a dar un paseo. Lo mejor de que años antes la gente se hubiera enterado de nuestra relación nos ponía las cosas mucho más fáciles. Ya no teníamos que ocultarnos, ni tener cuidado de que nos vieran andando de la mano... Aunque, como suelen decir, todo lo bueno tiene su parte mala.
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THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVE
RomanceHistoria totalmente ficticia entre Alex, cantautora pendiente de descubrimiento y Malú, famosa cantante española.