Los dos días siguientes que pasamos en Roma fueron los dos mejores días que pasamos desde hacía ya tiempo. Llegaba la hora de volver a Madrid y lo cierto es que no tenía ganas en absoluto. Solo de pensar en lo bien que habíamos estado estos días aquí se me quitaban las ganas de ir a trabajar. Bueno, de volver a Madrid, en general.
Mientras esperábamos para embarcar se me ocurrió ver el twitter. Había un montón de comentarios sobre una posible relación de Malú y cosas de ese estilo. Cuando busqué "Malú" en twitter aparecían fotos nuestras, aun que a mi no se me veía bien. Cogidas de la mano, paseando por Roma... Capturas de revistas, fotos de los artículos de periódicos en los que aparecían las fotos... todo. Se lo enseñé a Malú, pero no pareció importarle.
-Alex, no te comas la cabeza, tarde o temprano se iban a enterar.
-Lo se pero... por una revista, después de todo pues...
-Tengo una idea... Ah, por cierto. Esta noche tengo un concierto.
-¿Que idea? ¿Y como que un concierto?
-Pues una- sonrió de una manera sospechosa, miedo me daba imaginarme lo que estaría pensando- Si, un concierto Alex, ni que fuera nada raro. Soy cantante, ¿lo sabes no?-rió
-Pero mírala a ella que graciosa- dije remarcando mi ironía.
-Bueno, bueno, tranquila mujer que era una broma.- dijo entre risas haciéndome reír a mi también- El caso es que quiero que cantes conmigo en el concierto.
-¿Va en serio? Estoy reventada Malú...
-¿Y? Tu cantas conmigo y punto. Menos quejas y más trabajo, que eres una vaga.- rió
-¿No tengo elección?
-¡Pues claro que no!
Rió, y con ella yo. Me perdí en su risa, en su mirada, en ella. Parecía que estaba más viva que nunca, parecía otra. Y si antes ya me parecía alucinante, ahora cuatro mil millones de veces más. Estaba claro que era la persona con la que quería despertar cada mañana. Yo por lo menos lo tenía claro vamos.
Llegó la hora de subir al avión. Apoyó su cabeza en mi hombro y se quedó dormida. Yo mientras tanto la observaba. La observaba como siempre, pero de una forma diferente. Creo que todo por lo que pasamos este último tiempo hizo que me diera cuenta de que no quiero a nadie más a mi lado, a nadie. Me hizo ver que quiero hasta los peores momentos a su lado. Quiero despertarme contemplando sus lunares, como cada mañana; sentir sus labios junto a los míos; sus brazos rodeando mi cintura, o los míos rodeando la suya; acariciar su pelo cuando apoya su cabeza en mis rodillas, o en mi hombro; secar sus lágrimas, de emoción o de tristeza cada día y hacerla reír todos y cada uno de los minutos que esté a su lado. En resumen, quiero una vida a su lado, pero una vida de las de verdad, de las que parecen un sueño pero son realidad.
No podía dejar de mirarla. De echo estuve así todo el viaje. Recordé la primera vez que la vi.
Fue hace ya mucho tiempo, la primera vez que fui a Madrid. Cuando me senté en la hierba, debajo del árbol en aquel parque que luego se convirtió en mi favorito. La recuerdo a ella allí, de pie escuchando como tocaba la guitarra y cantaba aquella canción. La recuerdo como si hubiera sido hace apenas un rato. Recuerdo que me dijo "Me gusta mucho como tocas, tienes mucho rollo." Y al recordar esa frase acabé de derretirme cual helado en pleno agosto a 30 grados. Recuerdo el primer beso que nos dimos. Y como no, cuando después de eso salí corriendo. También recuerdo la primera noche que desperté a su lado. Me recuerdo a mi, acariciando su hombro y recorriendo su piel, contando cada uno de sus lunares. Bueno, ya os podéis imaginar que lo recuerdo todo. Y es que, mi madre siempre me decía que cuando hay algo que realmente te marca, lo vas a recordar siempre, pase lo que pase después. Y esto no es que me marcara, no. Marcar es poco. No encuentro la palabra exacta, pero marcar es poco.
Es de esto que piensas "Si ahora se va, será como si me matan lenta y dolorosamente." Pues así.
Claro que luego con el tiempo todo se supera, pero no. Yo no quería superarlo, ni con el tiempo ni sin el. Yo lo único que quiero es estar con ella. Hoy, mañana y siempre.
Y me diréis que soy poco realista, por que nada dura siempre, supuestamente... Pero yo os digo que si. Si el amor es verdadero dura siempre. ¿Que se desgastará con el tiempo? No lo dudo. Pero seguirá ahí, pase lo que pase.
Por fin llegamos a Madrid, después de haberme quedado dormida reflexionando. Mi cara de medio lela (o lela al completo si lo preferís) era todo un espectáculo. Malú se reía de mi, por que iba medio zombie. Claro, como ella había dormido más...
Y así entre pique y pique salimos del aeropuerto.
De repente un montón de periodistas y muchísima gente vino corriendo hacia nosotras. Y esto no era nuevo para nosotras no. Pero Malú reaccionó diferente esta vez. No salimos corriendo, ni se puso nerviosa, nada. Se paró a hacerse fotos con algunos fans, les firmó a los que pudo y luego les dio un par de minutos a los periodistas, que le preguntaron quien era yo, pregunta que omitía como haciéndole "bullying" al reportero, cosa que me hacía muchísima gracia y no pude evitar echarme a reír mientras la observaba. Otros le preguntaban que tal el viaje, si había sido de trabajo o de descanso y en fin, cosas varias. Cuando terminó de contestar con la mayor de sus sonrisas fuimos a coger un taxi. ¡Por fin íbamos a llegar a casa! Pero en lugar de dar su dirección, dio la mía.
-Malú ¿qué haces? ¿No íbamos a tu casa?
-Si pero... Alex, escucha...- No se por que, pero en ese momento me entraron unos nervios tontos que aún no soy capaz de explicar.- Quiero que te vengas a vivir conmigo. Definitivamente ya.- No supe que decir por un momento. Me quedé callada. Feliz, claro. Vaya si estaba feliz. Pero no sabía que decir.- ¿Que pasa? No quieres... ¿no?
-¡Claro que quiero tonta!- logré decir por fin- Es solo que no sabía que decirte. Pero tengo muchísimas ganas.
-Genial cielo- me besó y casi provoca un accidente, por que el taxista miró por espejo de arriba y al no dar crédito giró la cabeza para vernos mejor, y al darnos cuenta reímos, pero se llega a despistar y a lo mejor no lo contamos...
Llegamos a mi piso. Estaba casi vacío. Las cosas de Sofía no estaban, por que se había ido el viernes, claro. Solo quedaban mis cosas. Recogí todo lo importante y del resto me deshice antes de irnos. Malú me ayudó con las cajas, que tampoco eran muchas y nos fuimos andando a su casa.
-Bueno y esto... ¿cual es mi armario?- le pregunté con las cajas de ropa ya preparadas para vaciar.
-¿Como que tu armario? ¿Piensas que te voy a dejar un armario entero?- rió
-Pues... si lo quieres deshacerte de más de la mitad de tu ropa más te vale que si guapa.- dije sonriendo
-Encima exigente... anda que...-se hizo la ofendida y me ayudó con una de las cajas. Fue hasta la habitación de invitados y la dejó frente al armario.- Ala, pues este va a ser tu armario- sonrió
-Pero... me queda un poco lejos de la habitación ¿no?
-¿Lejos? ¡Si está dentro de tu habitación!
-¿Eh? ¿Que no duermo contigo?- entonces no pudo contener la risa, al ver que yo lo decía totalmente en serio. Y lo cierto es que me lo había creído...
-Anda, anda, trae las cajas que te ayudo a vaciarlas. Y si te queda lejos te fastidias chata, eso te
pasa por tener tanta ropa- reímos.
Pero la verdad es que lo de guardar mi ropa en el armario nos duró más bien poco, por que a los 5 minutos estábamos a apenas centímetro la una de la otra. Yo perdida en sus labios, una vez más, y viéndolos cada vez más cerca. Y una vez que mis labios y los suyos se juntaron ya no se separaron. Un día más dimos las buenas noches al mundo a las cinco de la tarde...

ESTÁS LEYENDO
THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVE
RomanceHistoria totalmente ficticia entre Alex, cantautora pendiente de descubrimiento y Malú, famosa cantante española.