Aquella comida terminó, por mucho que la alargamos. Eran las cuatro y tenía que llevarla al aeropuerto. Sonreí, falsamente por supuesto, durante todo el camino hasta mi piso, donde cogió las maletas con las que había venido y algunas que había cogido de su casa. Ya no había vuelta atrás... ¿o si? No, no. Se iba y ya está.
Cuando llegamos no quise ni entrar al aeropuerto. La dejé en la puerta y mientras ella bajaba sus cosas yo intentaba contener mis lágrimas. Rodeó el coche para despedirse de mi. Besó mis labios y sonreímos.
-Espérame ¿vale?- asentí. Justo antes de que se diera la vuelta para irse cogí su brazo.
-Malú, quédate.- no sabía por qué había dicho eso, me había salido así, sin más. Bajé del coche y la abracé tan fuerte como pude.
-Nada me gustaría más cariño, ya lo sabes...- me volvió a besar y luego mantuvo su frente junto a la mía unos segundos. Las dos teníamos los ojos humedecidos y estábamos a punto de llorar, pero no.- Bueno... te quiero, no lo olvides.- sonreí. Me miró una última vez y se fue.
Volví a subir al coche. Me paré ahí un momento, ese mismo en el que una lágrima empezó a correr por mi mejilla. Me dolía demasiado. Se estaba yendo otra vez y eso me rompía por completo. Pero no, no podía venirme abajo, quedando tanto tiempo por delante antes de que volviera. No podía. 'Estoy bien' dije en voz alta, a ver si conseguía autoconvecerme de ello. Aunque la verdad, creo que no funciona.
Llegué a casa poco antes de las cinco. Tenía algunas llamadas perdidas en el móvil, algunas de Sandra, pero en ese momento me dio igual. Me quité los zapatos y me metí en la cama.
Cuando estaba a punto de quedarme dormida llamaron al timbre.
-¿Quien es?- dije sin salir de la cama
-Soy yo Alex, abre.- Sofía, como no.
-Abre tu.- hizo lo que le dije, cogió la llave de emergencia y entró
-¿Donde estás?
-Aquí.- vino hasta la habitación y se quedó un rato mirándome con una cara que me era imposible descifrar.
-¿Que te pasa mi niña?- se sentó sobre la cama y me acarició el pelo, tal cual hacía mi madre cuando éramos pequeñas.
-Se acaba de ir... otra vez Sofía...
-Era algo que ya sabías... Pero piensa que dentro de unos meses la tienes aquí otra vez... Tranquila ¿vale?- me abrazó durante un rato hasta que consiguió calmarme por completo.- Oye ¿que te vas a poner esta noche?
-¿Eh? ¿Que dices de esta noche? Hoy no salgo eh.
-Uy, más quisieras tú. ¿Te olvidaste de que hoy es la cena de ensayo o qué?
-Mierda, la cena... No tengo con quien ir Sofi... ¿En serio tengo que ir?
-Si. Más te vale Alex, más te vale que te vea allí... Además, te vendrá bien para desconectar. ¿Por qué no vas con Sandra?
-Casi prefiero ir sola.- dije tajante.
-Bueno... ya conocerás allí a alguien con quien entretenerte.- me sonrió y besó mi frente.- ¿Puedo confiar en ti? ¿Irás a la cena?
-Si, estaré en el restaurante a las nueve, no te preocupes.
-De acuerdo, entonces te dejo. Te quiero.
-Y yo.
Se fue y decidí quedarme hasta las siete en la cama. Iba a ser una noche muy larga así que me vendría bien descansar. Pero a pesar de mis intentos por dormir un poco no lo conseguí. En el lavabo caían gotas, por la ventana se oía el ruido de los coches y tenía el tic tac del reloj clavado en mi cabeza. No me sentía capaz de nada. Ni podía dormir, ni soportaba levantarme. Total ¿que iba a hacer? Solo tenía que levantarme, ducharme y vestirme para estar a las nueve en el restaurante, no había otra cosa productiva hasta entonces.
Pero como siempre, las cosas nunca me salen como las planeo, y el timbre volvió a sonar. Esta vez si me levanté, porque insistían demasiado y si fuera Sofía ya habría entrado. Me hacía una ligera idea de quien podía ser y no me equivoqué.
-¿Qué quieres?
-Hablar.- dijo con la cabeza agachada
-Yo no. ¿Te puedes ir?
-Me dijiste que cuando se me pasara te llamara... Y aquí estoy.
-Perfecto, ya te veo. Gracias por venir.- le cerré la puerta pero como era de esperar puso el pie para que no pudiera- Te voy a hacer daño. Yo que tu lo quitaba.
-Haz lo que quieras. No me muevo de aquí hasta que me dejes hablar contigo.
-Ya estamos hablando Sandra. ¿Que mierda quieres?
-Déjame pasar.- después de un rato, viendo su insistencia accedí. Se sentó en el sofá y esperó a que me pusiera frente a ella para comenzar a hablar.- Quiero pedirte perdón... No sé por qué me puse así. Supongo que estaba celosa...- al ver que no decía nada decidió seguir.- Alex, me gustas ¿vale? No sé, es raro, hace poco que nos llevamos tan bien pero... Eres especial y por eso siento que te quiero. Cada vez que hablas de Malú, de lo mucho que te molesta que se haya ido, de lo mucho que la quieres... es que se me encoge el alma, de verdad. No te estoy pidiendo que me quieras, ni que me des una oportunidad ni nada de eso. Solo que me perdones, que podamos volver a ser lo que éramos, porque estos días sin ti se me hicieron interminables. No puedo dejar de quererte aunque quisiera, y lo siento... Solo déjame estar a tu lado, como la amiga que soy...
-No sé que quieres que haga Sandra. No me vale que pases de mi cuando te de la gana y vuelvas esperando que siga todo como siempre. Pareces una cría.
-Dame una oportunidad, por favor...
-De acuerdo. Una. Pero como vuelvas a ponerte así se acabó ¿estamos?
-Gracias.- sonrió y vino a abrazarme, estrujándome como solo ella sabía.
-Ahora por favor, vete que tengo que vestirme para la cena de mi hermana.
-¿Puedo ir contigo?
-¿Quieres ir? ¿Por qué?
-Bueno, tengo la noche libre y... me gustaría ir contigo. Si tu quieres, claro.
-Me parece bien... ¿Paso a recogerte?
-Claro, ¿a qué hora?
-Mmm... A las ocho.
-Perfecto, nos vemos luego.- besó mi mejilla y se fue.
En cuanto se fue vi que eran casi las siete. Aún tenía una hora, así que podía ir con calma. Dejé caer el agua para que se llenara la bañera y fui cogiendo el vestido que pensaba ponerme.
Cogí el móvil y puse la radio. Minutos después me sumergí en la bañera. Empezaron a sonar canciones a las que tampoco podía prestarles gran atención, ya que por mi cabeza pasaban un montón de cosas que me distraían.
Pasados unos quince o veinte minutos no me quedaba otra que vestirme y maquillarme, porque sino como siempre iba a llegar tarde.
Me puse el vestido que había elegido, me maquillé y me peiné. Pero mis ganas seguían siendo nulas. Aún así no me quedaba más remedio que ir, normal.
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THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVE
RomanceHistoria totalmente ficticia entre Alex, cantautora pendiente de descubrimiento y Malú, famosa cantante española.