(Narra Malú)
Siguieron pasando los días en México. Nicolás y yo quedábamos a diario pero no solo por trabajo, sino que también quedábamos al acabar el trabajo y nos tirábamos las horas hablando, haciendo bromas... En muy poco tiempo Nicolás se había hecho una persona bastante importante en mis días. Hablábamos por whats app en todo momento cuando no estábamos juntos y nunca nos faltaba un abrazo cada vez que nos veíamos. Era algo así como mi confidente, mi mejor amigo y eso me encantaba. Podía contarle todo cuanto quisiera, porque siempre estaba escuchándome y atendiéndome con una sonrisa.
Me encontraba tumbada en el sofá, con la cabeza apoyada en sus piernas mientras veíamos la televisión. Nos habían dado el día libre ya que habíamos avanzado mucho en muy poco tiempo.
Hacía ya días que le daba vueltas a ciertas cosas y es que, no entiendo por qué pero es como si de repente lo mío con Alex se hubiera paralizado. Me llamó un montón de veces y esta semana, me envió mensajes pero no respondí a nada. Supongo que porque estaba ocupada, o se me olvidaba... En fin, era com si de repente se me hubieran ido las ganas así, de golpe.
-Nico... ¿Tu crees que las cosas con Alex van bien?
-No lo sé...- respondió aún mirando a la pantalla.- Pero si te digo la verdad, creo que está enfadada por como te comportas con ella últimamente. Y no la culpo, no estás haciendo las cosas bien Malú.
-Lo sé... Pero por otro lado no creo que sea para tanto. Ella sabe que estoy ocupada con lo del disco y ...
-¿Pero no crees que deberías hacerle un poco más de caso? Es decir, te llama y no le contestas, te escribe mensajes y no le contestas, te llama al hotel y tampoco lo haces... Y cuando tienes tiempo libre no le devuelves ni una sola llamada, ni siquiera un mensaje. Desde luego, si ella se enfadara sería comprensible.
-Tienes razón... Pero no sé que hacer. No sé ni que me pasa, yo no hago estas cosas...
-¿Aún la quieres?-preguntó el chico, clavando sus ojos en los míos
-Claro que la quiero por Dios.
-Entonces demuéstraselo. Hazle saber que esto no va a poder con vuestra relación. Porque a ella todo esto le perjudica tanto o más que a ti ¿entiendes? Se lo pones mucho más difícil si aún teniéndote lejos tiene que soportar el no saber de ti. En mi opinión, si la quieres harás lo mejor para ella.
-Lo haré.- sonreí- Y gracias Nico, de verdad.
-No hay de qué.- besé su mejilla y sonreímos.
Me abracé a su cintura y me quedé profundamente dormida.
(...)
-Buenos días marmota.- dijo, sentado en la otra punta del sofá con una sonrisa
-Buenos días.- sonreí
-Tienes una llamada, corre antes de que cuelguen.- hice lo que me había dicho y fui a coger el teléfono
-x-
-¿Si?
-Hola...- escuché su voz rota a través de aquel teléfono, produciéndome un escalofrío fuera de lo normal
-Cariño ¿estás bien?
-No Malú, no estoy bien. Pero no estoy bien porque hace dos meses que te fuiste y semanas que no me devuelves ni una sola de mis llamadas. Y por si fuera poco, te llamo y atiende un tan Nicolás. ¿Quieres que saque conclusiones o me lo explicas?
-Lo siento Alex, de verdad... Se que lo hice mal y te pido disculpas. Estoy ocupada y...
-No, no sigas por ahí. ¿Qué pasa? ¿Que no tienes tiempo para llamarme pero si para estar con el tipo ese? No soy estúpida Malú.
-No es lo que crees...
-¿Y que es?
-Nicolás es el que lleva mi organización. La agenda y todas esas cosas.
-Pues olvidaste decirle que yo debería estar en la lista de cosas importantes. Si es que aún es importante para ti llamar a tu novia.
-Te repito que lo siento... Fui una imbécil, perdóname, por favor.- hubo un breve pero incómodo silencio
-No puedo Malú. No puedo soportar más todo esto. A ti ya no te importa en absoluto hablar conmigo, te da igual todo. Yo estoy todo un día esperando una simple llamada, un mensaje o una señal de humo, pero nunca llega porque a ti te da igual.
-No es eso, es que...- se hizo nuevamente el silencio.- Tal vez lo mejor será que lo dejemos un tiempo...
-¿Eso es lo que quieres?
-Si, lo es...- dije intentando ocultar el nudo que se me había formado en la garganta. Las lágrimas inundaban mis ojos y eso era difícil de esconder. No era en absoluto lo que quería, por nada del mundo.
-Pues no seré yo la que te diga lo contrario.
Me colgó sin más. Me colgó y yo sentí una punzada en el estómago que pudo conmigo.
Dicen que a veces no tomamos las decisiones con coherencia, que nos dejamos llevar por los impulsos y acabamos cometiendo los errores más difíciles de remendar. Y esto es justo lo que me acababa de pasar a mi. No se si se puede explicar de alguna manera la estupidez que acababa de hacer. Si podía decir que sacrifiqué mi vida en su momento por la música y no iba a tirarlo todo por la borda ahora, o si por el contrario había sido una completa imbécil por dejar escapar a la persona más importante de mi vida por esto. Hay momentos en los que no nos damos cuenta de cuanto estamos perdiendo hasta que nos paramos a pensar en ello. Y en este momento nada me hacía más falta que darle mil vueltas hasta encontrarle sentido.
Le conté brevemente lo que había pasado a Nicolás y después decidí ir a dar una vuelta.
Mientras llegaba al enorme jardín del hotel cogí mi móvil y me puse a ver, otra vez de tantas, las fotos que colapsaban mi móvil. Todo eran fotos de ella. Ella durmiendo, jugando con las perras, haciendo la comida... Hiciera lo que hiciera siempre estaba yo ahí para sacarle una fotos.
Entonces vi una que me hizo recordar el por qué de todo este lío. No era nada del otro mundo sino una foto en la que se veían esos preciosos ojos que tenía y la sonrisa que era capaz de iluminar mis días. Recordé entonces la primera vez que la vi cantar la canción de 'Ni un segundo' en aquel que hoy era oficialmente nuestro parque Me recordó que nada más ver su sonrisa supe perfectamente lo que quería, sin pensarlo más de una vez. También recordé que era por ella, por su sonrisa y sus cautivadores ojos, por los que superé cada obstáculo que se interpuso en nuestro camino. Gracias a ella había sido capaz de tocar el cielo sin saber volar. Era la que conseguía hacerme sonreír con su sonrisa y hacerme feliz con su simple felicidad.
Y puede que muchos piensen que soy idiota por dejarla escapar, o por cambiarla por mi carrera. Pero es mucho más que eso. Es única y exclusivamente por hacerla feliz. Porque ¿como va a ser feliz atada a mi aún estando a miles de kilómetros? No, yo no quiero eso.
Y puede que si, puede que sea una idiota por haber dejado a la que con certeza afirmo, es la mujer de mi vida, pero al menos así no sufrirá por otro motivo. Al menos así, si algún día vuelvo y le explico lo que pasó podamos volver a estar juntas, solo quizás.
De momento solo puedo recordar que gracias a ella fui la mujer más feliz del mundo durante años.
Gracias a ella afronté con más optimismo todo lo que los días me deparaban. Con ella a mi lado aprendí que teniendo a la persona correcta, el resto no importa. Y si, ahora ya no la tengo a mi lado, pero se que tarde o temprano volveré a besar sus labios, como nunca antes pude hacerlo. Ahora y más que nunca puedo decir que: Pase lo que pase, ella es la mujer con la que quiero compartir el resto de mi vida.

ESTÁS LEYENDO
THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVE
RomanceHistoria totalmente ficticia entre Alex, cantautora pendiente de descubrimiento y Malú, famosa cantante española.