Capítulo 25.- HÁBLAME

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Otra vez todo me superaba. No comprendía o no quería comprender lo que había pasado. 

Llamé a mi hermana y le conté lo que había pasado. Por suerte ellos seguían en Madrid, así que vinieron lo más rápido que pudieron. Yo estaba sentada en un banco del parque que estaba a media manzana de la casa de Malú. Cuando estuvieron les conté lo que había pasado. Estaba desconsolada. Faltaba media hora para que Malú cogiera el avión a México y yo no sabía que hacer.

-Alex, no se por que le das más vueltas. Tu la quieres, ella te quiere. Ve al aeropuerto y explícale todo lo que ha pasado, te quiera escuchar o no. 

-¿Y si le da igual?

-No le da igual imbécil. Se nota que te quiere, así que no le va a dar igual.- mi hermana tenía verdaderas dotes de consolación. 

-De acuerdo... iré. Pero tengo que pasar por su piso a coger mi maleta... 

-¡Pues rápido por que sino no llegas al aeropuerto!

Fui corriendo a la casa. No me hizo falta ni entrar por que mis maletas estaban fuera. Había una nota encima que ponía "Tú verás lo que haces" lo cual me indicó que si quería que fuera. 

Pedí un taxi y recé para llegar lo antes posible al aeropuerto. Cuando llegué la pude distinguir con facilidad. Lo cierto es que no era complicado, por que aun que se tapara la cara entera, su precioso pelo la delataba. 

-Hola.- le dije cabizbaja

-Hola.- aún estaba enfadada y poco a poco me rompía por dentro.

-¿Me vas a dejar que te explique lo que ha pasado?

-No. Ya me lo contarás en el avión. Y venga que hay que embarcar ya.

-Vale...

Cogimos las cosas y fuimos a hacer esas típicas cosas que se hacen antes de subir al avión. Pasar las maletas de mano por la cinta, que te cacheen si el aparato pita... en fin, esa rutina que yo conocía aun que no la hubiera vivido nunca. 

Subimos al avión. Mi asiento era el de la ventanilla. Lo cual me daba más miedo por que si el avión tenía un accidente y de caía en picado yo lo iba a poder ver... Pero no quería pensar en eso. Estaba temblando. Hecha un auténtico flan. Malú se dio cuenta y a pesar de su enfado apretó mi mano con fuerza. 

-Todo va a salir bien, tranquila.- me susurró.

Lo cierto es que si que me tranquilizaba y bastante.

El avión despegó y poco a poco mi miedo se estaba yendo. Gracias a Dios, por que pensé que el corazón se me salía del pecho. Luego me di cuenta de que en realidad no era para tanto, y llegué a sentirme realmente tonta.

-Malú... Ahora si, tenemos que hablar...

-Te escucho.

-Mira, no se lo que te habrá dicho María, pero no me importa. Solo quiero explicarte lo que a mi me parece lo esencial. Anoche no era capaz de dormir. Tenía miedo por el viaje de hoy. Estaba aterrorizada y solo con cerrar los ojos se me venían a la mente todas las noticias de los accidentes aéreos que veía cada día por televisión. Me entró miedo, nervios, un poco de todo, pero aún así estoy aquí y no es difícil darse cuenta por qué... Bueno, que como no me podía dormir quise ir a correr para despejarme. Cuando estaba corriendo y escuchado música me di cuenta de que alguien me llamaba y era María. No se por qué pero se acercó mucho a mi, quería entrarme pero yo la aparté. Me dijo que no quería que me fuera a México contigo por que nuestra relación se iba a afianzar más con este viaje, y solo en ese momento me di cuenta de que tenía razón. De que eso era cierto, o por lo menos yo esperaba que así fuera. Repito que no se lo que te dijo, ni ella me lo quiso decir tampoco, pero se con seguridad que no es verdad, por que visto lo visto, para que te enfades tanto tiene que ser algo gordo... Pero bueno, que si quieres creerme bien, y sino pues yo lo he intentado...

-Te creo. 

-¿En serio?- os juro que pensé que no me creería. En ese momento en mi cara se dibujó una gran sonrisa.

-Si tonta. Mira, no importa lo que me haya dicho, te pido perdón por no querer escucharte... Y si te creo es por que confío plenamente en ti. Se perfectamente que no hiciste nada. Y...Alex... Te quiero.

No le contesté. Me limité a enseñarle lo feliz que estaba en ese momento con un beso.

Estábamos escuchando la radio con los cascos cuando se nos acercó una niña pequeña.

-Hola- le dijo Malú con una gran sonrisa- ¿Cómo te llamas?

-Helena-dijo con timidez

-¿Y cuantos añitos tienes Helena?

-Tengo ocho- se estaba poniendo colorada, y era taaaan guapa.

-¡Pero que mayor eres Helena! 

-Si- reimos- Mi mamá dice si me puedo hacer una foto contigo- en ese momento es cuando yo morí de amor, definitivamente. 

-Claro que si, anda ven.- Malú posó con ella ante el móvil de su madre, que parecía feliz de que su hija consiguiera esa foto.

-Gracias, de verdad-le dijo la señora a Malú

-De nada mujer, tiene usted una hija preciosa.

En ese momento, cuando vi a Malú abrazando con dulzura a esa niña que apenas conocía me invadió una sensación de ternura que no podía con ella. La niña y la madre se fueron contentas, y Malú parecía estar contenta también.

-Que bien se te dan los niños cielo- le dije con una gran sonrisa

-Claro, por eso estoy contigo enana- puse cara de ofendida, pero no pude resistir mi risa cuando se me acercó y me dio un beso en la nariz. Si, me trataba cual niña pequeña a propósito, pero me encantaba. 

Después de interminables horas de vuelo en las que inevitablemente me quedé dormida en su hombro, por fin llegamos a México. 

No tardaron en acercarse fans a pedirle autógrafos, pero pronto nos fuimos. Fuera nos esperaba un coche para llevarnos al que sería nuestro hotel. Estaríamos allí poco tiempo así que teníamos que aprovechar al máximo aquellos días. 

Los dos primeros días fueron los más aburridos ya que ella tenía que ir a gravar algunas canciones de su disco nuevo y yo como no tenía nada que hacer y no me quería perder por aquellas grandes calles pues no tuve más remedio que quedarme en el hotel a esperarla. Eso si, las noches eran nuestras. Los paseos a la luz de la luna eran lo mejor. Si por mi fuera me quedaría allí con ella... 

Pero como siempre pasa, las cosas no duran bonitas siempre. 

Pronto recibí una llamada de María que por supuesto no contesté, y Malú hizo exactamente lo mismo. 

Realmente yo tenía un verdadero don para no contestar a las llamadas importantes.

THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora