THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVE

12.- A VECES SI, A VECES NO, A VECES QUIEN SABE QUÉ

Desde que Alex se había despertado no me había ido ni un solo minuto del hospital. Los médicos iban y venían, se la llevaban y la traían haciéndole pruebas sin parar. Hoy, en su segundo día consciente le haría las últimas pruebas con las que decidirían si le daban el alta o no. Yo, si os digo la verdad, estaba de los nervios. No veía la hora de que el médico viniera y nos diera los resultados, que nos dijese que todo estaba bien y que ya podía venirse a casa conmigo. Alex me veía ir de un lado a otro de la habitación, lo cual le hacía gracia. Ella parecía bastante tranquila en comparación conmigo. 

-Malú, cariño, si sigues dando vueltas acabarás por hacerle una visita al paciente del piso de abajo.- rió y consiguió sacarme una sonrisa en aquel momento

-¿Pero como puedes estar tan tranquila? 

-Es que nerviosa ya estás tu por las dos.- reí con su comentario, tenía razón. Estaba como para coger al médico y sacudirlo hasta que nos diese los resultados, la verdad.

-Todo va a estar bien, seguro...- repetía yo una y otra vez.

-A ver Malú ¿quieres parar de una santa vez? Van a venir ahora, ya lo verás... Anda, ven aquí.- me acerqué a su cama y me senté sobre ella. Acarició mi pelo y se incorporó un poco para besar mi frente.- En serio cielo, tranquila.

Y me calmé. Mi corazón se ralentizó y ahora en lo único que pensaba era en ella. La tenía frente a mi, con una sonrisa de oreja a oreja y transmitiéndome serenidad, como siempre. 

Al poco rato llegó el médico con los resultados y como ella misma había dicho, todo estaba bien. Suspiré aliviada y por fin sonreí más que nunca. Ahora si, podíamos irnos a casa otra vez, por fin. 

A Alex se la veía contenta, para nada nerviosa como yo. Se vistió por fin con la ropa que le había traído Sofía esa misma mañana y después de firmar un par de papeles por fin nos fuimos. 

Fuimos todo el camino en coche hablando de muchas cosas. Me preguntó por Chloe, que como le iban las cosas a Sofía, que como me iba todo a mi... Y aquí no pude evitar callarme. Sabía que no podía seguir ocultándole mucho tiempo lo que me había pasado el mismo día que ella enfermó... pero por ahora no era el momento. Notó que algo me pasaba por el pequeño detalle de que me conocía como nadie. 

-Malú... ¿vas a contarme lo que pasa o esperamos a llegar a casa?

-No pasa nada cariño.- dije fingiendo una sonrisa y parando el coche. Ya estábamos en casa y yo no quería contárselo. No ahora. 

-Si no te conociera pensaría que me habías puesto los cuernos o algo así.- rió. Yo no me reí, estaba tan nerviosa que no podía hacer ni siquiera eso. Se quedó callada un rato y luego se le cambió la cara por completo. Entramos en casa y nada más cerrar la puerta tiró de mi hasta el sofá, se sentó y me hizo un gesto para que me sentara. Así lo hice. Cogió mis manos y me miró fijamente a los ojos.- ¿Tan grave es?

-Bueno...- suspiré- Cariño... no es el momento.- dije fijando mis ojos en los suyos.- Te prometo que cuando pasen unos días, cuando estés completamente bien, te lo contaré todo ¿de acuerdo? Solo serán unos días más Alex, de verdad.

-Bueno, se que me lo vas a contar tarde o temprano, así que vale.- Sonrió, se acercó más a mi y me besó.- ¿Quieres que hagamos algo hoy?

-¿Tienes algo pensado?

-Pues... podemos ir a pasar el día al monte, o... 

-¿O...?

-O podemos quedarnos aquí a ver una peli con palomitas en tu cómodo sofá.- dijo sonriente.

-Ese plan me gusta más eh. 

-¿Si? 

-Si.- sonreí

-En ese caso voy a comprar las palomitas mientras tu buscas la peli y preparas e sofá ¿vale?-

-Vale cariño. Pero no tardes eh.

Besé sus labios y se fue. Rebusqué entre las películas que tenía pero ya las habíamos visto todas. Por suerte, en la televisión tenía un canal solo de películas, solo tenía que empezar una buena, eso iba a ser lo complicado. 

Encendí la tele y una película acababa. Llegó Alex y le dije que corriera, que iba a empezar otra pronto. Hizo las palomitas en el microondas y yo mientras cogí dos coca-colas.

Cuando tuvimos todo listo, nos sentamos en el sofá y cogimos una manta. Aquello era mejor que el cine. Empezó una película que no me sonaba nada. El nombre no me indicaba que la hubiera visto, pero tal y como empezaba parecía interesante. Y era de  las romanticonas, parecía un plan perfecto. 

La película era bastante larga, demasiado quizás. Alex se quedó dormida en mis piernas y yo no pude evitar acariciar su pelo mientras contemplaba como dormía. En ese momento la película pasó a un segundo plano, solo me centraba en ella. 

Las horas pasaban y mis ojos se cerraban, hasta que no pude evitar quedarme dormida.

(...)

-Buenos días mi vida.- me dijo besando mis labios

-Buenos días cariño.- como echaba de menos el despertar a tu lado.- sonreí y la besé una vez más 

-¿Cómo acabó la peli de ayer? 

-Pues... si te digo la verdad, lo último que vi fue a ti durmiendo.- reímos

Al cabo de un rato, mientras desayunábamos juntas aún en aquel sofá alguien llamó a la puerta. Alex fue a ver quien era, y no se la verdad que es lo que estaría pasando pero tardaba lo suyo. 

Me acerqué a ver si pasaba algo y la vi frente a la puerta, con la cara desencajada y junto a ella alguien desagradable a la vista. "Que poca tregua nos dan" pensé.