Narra Malú:
Una vez más la lentitud de los hospitales hacía que me desquiciara. No soy completamente consciente aún de lo que ha pasado, solo se que después de esa llamada quise dejar de existir. Ahora me siento tan, tan mal por no haberle contado nada a Alex, al menos para que se quedara tranquila... En el momento en que Sofía pronunció esas palabras: "...se acaban de llevar a Alex al hospital y te necesita allí con ella", en ese preciso momento me rompí. Me sentí estúpida. No entendía lo que había pasado, pero algo me decía que había sido por mi culpa. La misma frase se repetía en mi cabeza una y mil veces. ¿Qué se supone que voy a hacer ahora? Lo menos que se me pasaba por la cabeza era perderla. No, eso no me lo podía permitir. ¿Después de cinco años? Ni de coña. Estaba histérica, enfadada, triste... Qué se yo. No paraba de dar vueltas por aquella sala de espera ante la atenta mirada de unas cuantas personas. Ya ni eso me importaba. Me daba igual que entraran periodistas, fans, lo que fuera. No me importaba. Estaba allí y mi prioridad era que saliera un médico de una maldita vez y me dijera lo que le había pasado a Alex. Esto no podía ser cierto. Tenía que ser una pesadilla de la que ella me iba a despertar dentro de poco con sus besos de buenos días. Por favor... Es imposible que esto esté pasando. ¿Como algo tan malo puede ser real?
Vino Sofía y me quitó de todo pensamiento trayéndome un café.
-Gracias.- pude pronunciar con la poca voz que conseguí sacar.
-¿Por qué no vas a dormir un rato?
-No, no... Prefiero quedarme. Si quieres puedes ir tu, que la niña necesitará que estés con ella.
-Bueno, quiera o no tengo que irme a recogerla porque tu hermano es el que está con ella... El pobre no habrá podido dormir nada.
-Ya... de todas formas cuando quieras puedes irte tranquila, me quedaré aquí el tiempo que haga falta.
Sofía y yo nos quedamos abrazadas en las sillas que había delante de la habitación donde estaba Alex. Habían pasado dos horas y ningún médico venía. Yo no era capaz de contener mis lágrimas cada vez que pensaba en esa noche. En todo lo que había pasado. Lloraba y lloraba sin poderme controlar, lo cual no me gustaba nada.
A las cinco horas de estar allí petrificadas sin saber absolutamente nada se nos acercó un médico.
-Familiares de Alejandra marín ¿verdad?
-Si.- dijimos Sofía y yo al unísono.
-Alejandra se encuentra grave... Creemos que puede tardar días o semanas en recuperarse... incluso meses...
En ese momento no lo soporté. Me estaba muriendo por dentro. ¿Cómo podían decirme esto? Una vez más sentí como mi mundo se desmoronaba frente a mi y ni yo ni nadie podíamos hacer nada. Rompí a llorar sin remedio alguno. No me imagino ni un solo día sin ella. No me lo imagino ni quiero. Sofía me abrazó con fuerza. Ella también lloraba sin poder parar y no me extraña. No entiendo como le puede pasar algo así a alguien como Alex. No es para nada justo.
Nos dejaron pasar a la habitación por fin. Sofía me dijo que no pasara, que si lo hacía lo iba a pasar peor pero me dio igual. Tenía que verla, lo necesitaba. Entré y volvieron a caer miles de lágrimas por mis mejillas. No paraban, dolía mucho. La vi en aquella cama conectada a un montón de máquinas. No me lo creía, era imposible. Imaginaros ver a la persona que más queréis pasar por todo esto. Duele ¿no?
Millones de cosas se me pasaron por la cabeza en ese momento. No sabía que hacer, no tenía ni idea.
Cogí el "sillón" que había en la habitación y lo acerqué a la cama. Lo primero que hice después fue llamar a mi hermano y pedirle que me trajera algo de ropa. La suficiente para pasar aquí al menos una semana. Se negó y me dijo que me traería solo la muda para mañana, pero me dio igual. Si no me la trae el la voy a buscar yo. Cuando por fin logré tranquilizarme un poco cogí las manos de Alex y las apreté con fuerza. "Tu solo promete que jamás te irás"- le susurré.
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THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVE
RomanceHistoria totalmente ficticia entre Alex, cantautora pendiente de descubrimiento y Malú, famosa cantante española.