La Hija de Simón Cowell (Niall Horan y Tú) [SIN EDITAR]

Capítulo 51: Un Abrazo

Capítulo 51: Un Abrazo.

Narra Niall.

No puedo creerlo. Estuvimos a nada de que Simón nos descubra, pero por suerte eso no pasó.

Ahora me encuentro acostado en la cama de Mi Princesa.

Después de que ella saliera de su habitación, yo me quedé acostado en su cama.

No puedo creer esto. Es algo que no me esperaba, no esperaba todo esto que pasó. Lo que hizo Simón, el que ella volviera y que haya aceptado mis disculpas.

Ahora lo único que falta es que Simón nos diga el por qué hizo lo que hizo. Tiene que ser algo grave. Él más que nadie sabe que yo nunca la lastimaría. Nunca haría algo que a ella le doliera, eso nunca me lo perdonaría. Eso y hacerla llorar, son las peores cosas que me pueden pasar. Si algo de eso ocurriría, yo mismo me encargaré de matarme, no me lo perdonaría.

Esas son las peores cosas que un hombre le puede hacer a una mujer. Lastimar a los seres más Importantes de este mundo, las mujeres.

Ellas son las personas más maravillosas del maldito planeta, son las personas que nos dieron la vida. Y lastimarlas sería una completa estupidez. Tan sólo decepcionar a una sola mujer es lo peor del mundo.

El día en el que le conté a mi madre que firmé un contrato, fue lo peor del mundo.

FlashBack

Estábamos de vacaciones y quise venir a visitar a mi mamá porque hace mucho que no la veo y la extraño.

En este momento me encuentro bajando del avión, por suerte no habían muchas Directioner's.

Terminé de firmar algunos autógrafos y sacarme fotos, después salí del aeropuerto, tomé un taxi y fui directo a casa.

Al llegar toqué el timbre. Esperé uno segundos, se escuchaban pasos en la escalera. Después pasos más cerca y el ruido de la puerta abrirse.

Y ahí estaba, la mujer que me dio la vida.

Maura: Oh, por dios, hijo- dijo abrazándome, se lo correrpondí rápidamente.

Niall: Te extrañé- dije cuando nos separamos.

Maura: Yo también- Dijo con los ojos llorosos.

Niall: Ma, no llorés porque me vas a hacer llorar a mí también- Dije abrazándola. Una vez que nos separamos, entramos a casa. Al entrar observé todo. Estaba igual que la última vez que vine. Los cuadros, los muebles, y mi parte favorita de la casa, la cocina. Todo está igual, nada cambió.

Maura: Será mejor que vayás a acomodar tu ropa. Tenemos muchas cosas de las que hablar- Dijo empujándome hacia las escaleras. Oh Oh, sé a lo que esto va a llegar, y tengo el presentimiento de que va a terminar mal.

Agarré mis maletas y con cuidado de no caerme subí hasta llegar a la puerta de mi habitación. Suspiré y abrí la puerta.

Miré toda la habitación, todo está igual a como lo dejé. Las paredes pintadas de azul, con algunos cuadros y pósters, la cama; está al centro de la habitación, con dos mesitas de luz a cada costado de la cama, arriba de la cama estaba la Bandera de Irlanda que me regaló Liam por mi cumpleaños, el ropero; está ubicado al costado de la puerta del baño, y en un rincón, mi guitarra. Y no es una guitarra común y corriente, no. Esta es mi primer guitarra. Con la que hice las mejores canciones. O eso me dijo mi mamá.